Tras el ejemplar de Noruega, se ha avistado otro estos días por Letonia, donde es una especie considerada esporádica, con tan sólo once observaciones documentadas desde 1837. Nos lo cuenta desde el país báltico el biólogo Alessandro Di Marzio
Facilitados por la Vulture Conservation Foundation y procedentes de centros de Jaén y Lleida, se suman a los pollos soltados el año pasado. Los nuevos ejemplares, de seis kilos cada uno, permanecerán durante un mes en un nido artificial para su aclimatación.
“Ahora mismo no hay una ‘sopa verde’, pero también tenemos muy claro que los impactos siguen y que se puede volver a producir”, señaló ayer Celia Martínez, portavoz del Grupo de Coordinación de la plataforma Pacto por el Mar Menor en la primera Jornada Ciudadana de Pacto por el Mar Menor, que tuvo lugar en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática, con aforo completo.
A partir de ahora, serán objeto de una atención especial y requerirán de medidas de conservación activas. La medida incluye también al charrán bengalí, la tortuga marina olivácea o la pardela cenicienta atlántica, citadas en el Mediterráneo.
Localizadas en el piedemonte de la Sierra de Orihuela, son el hábitat de especies protegidas. La entidad abrirá en breve una campaña de donaciones para quienes deseen colaborar en la adquisición de la Reserva y desarrollar las primeras medidas de protección.
Primarias y secundarias; filoplumas, cerdas y plumón pulverulento y, por supuesto, el búho real, el elanio azul, el cernícalo, el magnífico quebrantahuesos, y muchísimas más aves se han asomado este fin de semana al curso de identificación de plumas impartido por Iván Esteban Morales en el Centro de Naturaleza de Rambla Salada, en Fortuna.
La acción se ha desarrollado en el marco de una operación internacional, en la que la Guardia Civil se ha incautado de al menos 627 animales vivos, y a nivel mundial cerca de 1.500, de muy diversas especies de reptiles, algunas de ellas de gran valor ecológico. Ésta, en concreto, goza de la máxima protección a nivel nacional y europeo.
Andrés Pastor, estudiante de la Universidad Politécnica de Cartagena responsable de la idea, cree que serviría también para que la gente se conciencie de que hay que preservar los fondos marinos.
Esta sustancia, esencial para el crecimiento de los animales, es escasa en ecosistemas dulceacuículas. La presencia en mayores cantidades de un gen relacionado con su síntesis facilita la supervivencia de las especies que lo poseen y es un dato útil para predecir futuras invasiones.
Tres años consecutivos con más de 20 nacimientos cada primavera y las buenas condiciones de la población en cautividad hacen que el proyecto de reintroducción se vaya consolidando, y todo apunta a que el próximo otoño se podrá soltar definitivamente un gran grupo de estos bellos animales en la cordillera africana.