Entre los hallazgos más llamativos se citan el caballito de mar de hocico corto y de hocico largo y una holoturia del Atlántico, pero hay también estrellas de mar, tiburones, especies de interés comercial y hasta bioindicadoras que se dejan ver en las aguas marinas más cercanas a la ciudad, y que ahora recoge en un colorido libro editado por la Autoridad Portuaria de Cartagena.
Un nuevo estudio científico ha identificado "señales de selección en genes potencialmente relacionados con la mejora del aprendizaje a través del olfato y la capacidad de recordar dónde se encuentran los alimentos", mejoras que podrían ser cruciales para los ejemplares que viven donde la disponibilidad de recursos suele ser menor.
Ubicados en el piedemonte este de La Loma Larga , al amparo de los vientos de poniente y levante, tienen en el microclima de la zona uno de sus principales valores, con un invierno muy templado y suave, característico de este valle, y un verano que no es muy caluroso.
Afecta a la ciudad de Murcia y a la mayor parte de las pedanías, por albergar la mayor densidad poblacional y de tráfico rodado e implica recomendaciones a la población y la emisión de mensajes informativos en los paneles de tráfico.
El caballito de mar, la nacra, la aguja, las praderas de cymodocea y el fartet protgonizan la publicación, que se distribuirá en centros escolares. También se han elaborado 1.500 calendarios de 2019 que se repartirán entre ayuntamientos, administraciones autonómicas o entidades y asociaciones interesadas en el Mar Menor.
Los nuevos ejemplares de álamo, fresno, sauce y taray se suman a los más de 300 árboles que ya crecen en la margen izquierda, en una actividad organizada por ANSE para restaurar una zona invadida por la caña, una de las cien especies exóticas invasoras más peligrosas del mundo.
La clave está en un esfínter de la arteria pulmonar que les permite bucear sin que se formen peligrosas burbujas de nitrógeno en su organismo. Es un hallazgo del mismo equipo de investigadores de la Fundación Oceanogràfic que en 2014 descubrió que estos animales podían sufrir el síndrome de descompresión, hecho que se desconocía y que alertó de que podrían estar falleciendo por la acción humana más tortugas de lo que se creía.
La Sociedad Española de Ornitología pide el apoyo de la ciudadanía en defensa de "una de las aves más icónicas de nuestro medio rural", con el objetivo de recuperar su hábitat y para que se prohíba su caza temporalmente. La especie ha sufrido una reducción de más de un 25% de su población en España en los últimos 20 años.
Su principal ventaja es que los agricultores pueden conocer la disponibilidad de agua y cómo distribuirla para aportarla al cultivo en momentos críticos.