Las entidades defienden que el parany o el neoparany son métodos de caza no selectivos que no tienen cabida en el siglo XXI, y que no se puede intentar enmascarar un método de caza prohibido para realizar actuaciones con fines científicos cuando existen alternativas seguras para hacerlo.
"El riesgo de que se reproduzcan los eventos disruptivos que llevaron al colapso del ecosistema en 2016 sigue siendo muy elevado si no se reducen los aportes de nutrientes a la laguna", advierten los técnicos tras finalizar la séptima campaña de cartografiado de este hábitat.
"Los aguaceros de las DANAS que estamos viendo hoy, y que continuarán previsiblemente durante el otoño, aumentan el riesgo de catástrofe ecológica ya que aumentan el flujo de aguas contaminadas a la laguna", señala la ONG.
Para evitar daños medioambientales. La entidad advierte de que el caudal que circula ya es escaso, por lo que si se aplica la reducción en un 35%, "se podrían producir daños a la flora y fauna, incluyendo numerosas especies protegidas por la legislación".
Es la mayor población registrada desde 2017, se ha regenerado el 85 por ciento de la superficie donde no había vegetación, con la restauración de 5.964 hectáreas de las praderas. Un exhaustivo estudio del fondo marino de la Consejería constata la recuperación de praderas de Cymodocea nodosa y Caulerpa prolifera e identifica nuevos puntos de colonias de nacras.
La ampliación ilegal de un camino de acceso a la playa de La Carolina arrasa especies vegetales protegidas y perjudica a la fauna del lugar. Unos trabajos que se realizan de noche para pasar desapercibidos y cuyos autores huyen cuando son descubiertos.
La iniciativa, que partió desde el Mar Menor, ha logrado el apoyo de más de 150 entidades de toda España que han creado hoy 72 cadenas humanas por todo el país recordando que "cada día cobra más importancia defender la solidaridad entre pueblos para preservar y proteger el agua, imprescindible para todo ser vivo de este planeta".
Los principales objetivos de esta temporada son evaluar el estado de las comunidades que viven fijadas al sustrato rocoso, como corales, gorgonias o esponjas, estudiar especies protegidas y conocer la presencia de basuras, entre otros.
También ha dejado un acuífero sobreexplotado y en riesgo cualitativo y cuantitativo. Se estima una sustracción de más de dos millones de m3 anuales y que la actividad ilícita habría estado en funcionamiento durante unos 17 años.
A través de los fondos para los Planes de Impulso al Medio Ambiente estatales. Además, tres grandes proyectos, que suman 90.000 euros, permitirán mejorar la protección de anfibios, invertebrados y flora autóctona en la comarca del Noroeste.