Un año más, las banderas negras asignadas por Ecologistas en Acción (EEA) para alertar de casos de contaminación y de mala gestión ambiental litoral, presentdas hoy en Santander, han recaído en la Región de Murcia en el Mar Menor y en la Bahía de Portmán - Sierra Minera, según informa la entidad en una nota de prensa.

El texto detalla que en el caso del Mar Menor, se le otorga por mala gestión de las diferentes administraciones con competencias en el territorio de influencia, así como en los usos y actividades en la propia laguna, aunque quien ostenta mayor responsabilidad en el mal estado actual sea el Gobierno regional.

"En pocas décadas hemos pasado de tener una auténtica joya natural, de gran riqueza ambiental debido a sus aguas transparentes, altamente salinas y con pocos nutrientes, a tener un espacio muy degradado, tanto por el sector urbanoturístico, como por el sector agrícola", lamenta la nota. Igualmente, recalca que "además de encontrarnos con un paisaje dominado por el cemento y el asfalto, tenemos unas aguas cargadas de nutrientes, de origen agrícola principalmente, con menor salinidad y una turbidez que en 2016 propició la muerte de gran parte de las praderas subacuáticas, y diezmó numerosas especies, alguna en peligro crítico como la nacra. Turbidez que amenaza con repetirse este verano, dado que ya empieza a observarse un crecimiento de microorganismos debido a la alta cantidad de nutrientes que contiene el agua, y que no cesan de llegar".

A pesar de la gravedad del problema, y de la alarma social que se generó en 2016, "nos encontramos apenas tres años después, que prácticamente no se ha hecho nada para remediar el problema más acuciante: los nutrientes de origen agrícola", añade el texto, que detalla que "se han cerrado algunos vertidos de salmueras, pero se siguen produciendo, y prácticamente no se ha hecho nada para reducir la entrada de sedimentos y nutrientes de forma difusa".

Por otro lado, considera que "no se está actuando con responsabilidad, al no realizar una moratoria urbanística, ni plantear cambios en la navegación, ni solucionar problemas derivados de los fondeos ilegales y el exceso de puertos deportivos dentro de la laguna. Incluso se siguen proyectando nuevas obras impactantes como paseos costeros, con impacto directo en los ecosistemas costeros".

Por ello, otro año más han de "lamentar la falta de coordinación institucional, y la falta de los planes de gestión de los espacios protegidos, que llevan lustros esperando ver la luz".

Po rsu parte, Portmán y Sierra Minera sigue siendo una bandera negra por contaminación industrial, siendo uno de los casos más graves del litoral.

EEA recuerda que la empresa que explotó de forma muy impactante la riqueza de la sierra minera en la segunda mitad del siglo XX contaminó no sólo la propia bahía de Portmán y parte del litoral, sino también la mayor parte de la Sierra Minera, "dejándonos una bahía colmatada de residuos mineros tóxicos, y una sierra plagada de balsas mineras cuya toxicidad se va dispersando año a año, afectando a población y medio ambiente. Todo ello con la permisividad necesaria de la administración, tanto durante la explotación, como tras finalizarse la actividad minera".

"Ni la empresa que se benefició de la explotación de los recursos, Peñarroya España, ni la que es la actual propietaria de la mayoría de los terrenos, Portmán Golf, quieren hacerse responsables del enorme coste que tendrá la necesaria regeneración de la bahía y el sellado y estabilización de las balsas mineras y suelos contaminados", reclama la asociación.

Asimimso, apunta que por otro lado, la inversión pública para la regeneración parcial de la Bahía de Portmán "parece destinada a encontrarse con enormes obstáculos a cada paso, y este año se ha paralizado la obra debido a importantes problemas técnicos y judiciales, sin estar claro cuándo se reanudarán los trabajos".

En cuanto a la Sierra Minera, "hay muchas luces y sombras, tanto por la incapacidad de la administración en exigir a los responsables y/o propietarios que lleven a cabo el sellado de las balsas y la descontaminación de los suelos afectados, como por la mala ejecución de algunas actuaciones, como en el caso de la Balsa Jenny".

En esta edición del informe 'Banderas Negras 2019', EEA -que otorga dos banderas por cada provincia litoral, más Ceuta y Melilla- ha vuelto a analizar los casi 8.000 kilómetros de las costas del litoral español considerando aquellos casos más característicos de afecciones por contaminación y mala gestión ambiental, y ha vuelto a identificar 48 situaciones reseñables. Este año, además, el informe incorpora los efectos de la turistificación en el litoral español, "una problemática que moldea el relieve costero". Y al igual que en 2018, el mayor problema del litoral español se centra en los vertidos de aguas y su mala depuración,según se desprende del trabajo

Para Clara Megías, coordinadora del informe, "este estudio tiene como objetivo realizar un diagnóstico de la salud de nuestras costas, en el cual alertamos cada año del deterioro que sufren, debido en gran parte, aunque no en exclusiva, a las actuaciones de la industria turístico-inmobiliaria, que tiene en ellas uno de sus principales atractivos para el turismo de masas".

El término turistificación se emplea para referirse a los impactos que provoca el aumento desmesurado de turistas en un lugar determinado. La turistificación en una playa tiene consecuencias directas sobre la costa y su entorno. "La simbiosis entre el Estado y la industria turístico-inmobiliaria ha generado un cambio sociológico desde la implantación del monocultivo turístico en nuestros entornos litorales", ha declarado Megías. Sin embargo, lejos de la extendida noción de que la sociedad española vive del turismo, Ecologistas en Acción detalla en su estudio cómo el aumento del turismo no se refleja en un aumento de la riqueza. Por contra, el informe señala que el modelo actual de turismo conlleva la explotación de unos recursos que se encuentran amenazados y sobrepasa la capacidad de muchas localidades para enfrentar a la gran cantidad de turistas que visitan las playas.

Así, el informe 'Banderas Negras 2019' da cuenta de problemáticas sin resolver, algunas recurrentes en el tiempo y otras no. La clasificación de estas enseñan en función de las causas de origen ha dejado 15 banderas negras por vertidos de aguas sin depurar, nueve por especulación urbanística, otras nueve por afecciones industriales, seis por puertos y cruceros, otras seis por regresión costera, dos por acumulación de basuras y también dos últimas por otras actividades como los fondeos.

2016-06-13

  • Informe Banderas Negras 2019, de EEA
    Informe Banderas Negras 2019, de EEA.