Parece que este año se haya puesto de moda entre los buitres negros viajar al Norte para el verano. Hace un par de días salió la noticia de Brinzola, el buitre negro burgalés que, cruzando toda Europa, se fue a comer renos por Noruega. Gracias al GPS, se ha podido rastrear todo su épico viaje, de más de 3.000 kilómetros.

Estos días han empezado a aparecer observaciones de otro buitre negro en el suroeste de Letonia. Aprovechando un par de días de muestreo de campo para un estudio sobre la ranita de San Antonio (Hyla arborea) en la misma área, con una compañera del Zoo de Riga, nos pusimos en búsqueda del animal.

Lo encontramos, o quizás él nos encontró a nosotros, muy pronto. Nos sobrevoló en un área de bosque abierto, perseguido por un pigargo europeo (Haliaeetus albicilla) que, muy cariñosamente, le hacía entender que mejor se fuera a buscar suerte a otro lugar.

El tiempo en que el buitre negro se dejó ver nos permitió descartar que fuese el mismo ejemplar que andaba por Noruega, al no tener plumas decoloradas y ni GPS.

El pigargo europeo es muy fácil de ver por Letonia. El buitre negro (Aegypius monachus), por contra, es una especie considerada esporádica en el país, con tan sólo once observaciones documentadas desde 1837.

 

Alessandro Di Marzio. Consultor científico, Riga Zoo
2019-06-09 

 

  • El buitre negro, perseguido por el pigargo. Imagen: Elina Gulbe
    El buitre negro, perseguido por el pigargo. Imagen: Elina Gulbe.
  • Tres capturas del fabuloso buitre negro (la mayor ave de Europa)  que se ha dejado ver en Letonia. Imagen: Elina Gulbe
    Tres capturas del fabuloso buitre negro (la mayor ave de Europa) que se ha dejado ver en Letonia. Imagen: Elina Gulbe.