Esta herramienta es uno de los principales resultados del proyecto Silemar, un proyecto piloto en esta área marina protegida desarrollado por el Centro Tecnológico Naval y del Mar para estudiar la presión acústica que sufre este espacio. El trabajo, que abre numerosas aplicaciones prácticas, también refleja la necesidad de monitorizar los niveles de ruido submarino en áreas marinas con alto valor biológico.
La ONG puso en marcha en 2012 un centro de cría en cautividad específico para el reptil, en el que nacen anualmente entre 60 y 70 crías, lo que ha posibilitado la suelta de más de 200 individuos en varias charcas del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.
La nueva protección cultural para el monumento, recogida en un decreto que hoy se ha publicado en el Boletín Oficial de la Región de Murcia, incluye entre otros muchos bienes, su propio acueducto, el yacimiento íbero del Agua Salada, las acequias de la Dava, Turbedal y Alquibla o Barreras, así como la Ermita de Nuestra Señora de la Salud.
El Ministerio de Medio Ambiente ha concedido la autorización a la Asociación de Naturalistas del Sureste para trabajar, durante dos años, en la franja más estrecha de arenales con el fin de eliminar la vegetación exótica invasora. La Dirección General del Medio Natural de la Comunidad Autónoma pone la condición de que estos trabajos se hagan de forma manual y no se permite el acceso de vehículos de tracción mecánica o similar.
Un pH ácido favorece que haya más metales solubles y, por lo tanto, biodisponibles para los organismos, lo que puede propiciar mayores riesgos de toxicidad para el ecosistema, explica Nazaret González, investigadora del Subprograma Regional Saavedra Fajardo de la Fundación de Séneca de la Región de Murcia que desarrolla su labor en la UPCT.
Los investigadores han desarrollado y comprobado experimentalmente un modelo matemático basado en la teoría de juegos que predice la distribución espacial de las raíces de las plantas, que actúan como una enorme reserva del carbono vegetal y, por lo tanto, son importantes para mitigar el efecto del exceso de CO2 en la atmósfera.
Se llevarán a cabo actuaciones de divulgación, comunicación, interpretación del patrimonio, educación ambiental y concienciación sobre el Parque Regional de la Sierra de la Pila.
El plan busca reconvertir las azoteas de los inmuebles en 'pulmones verdes' de la ciudad. Se está estudiando instalar esta innovadora medida en 23 edificaciones de la Administración regional.
Diez agentes medioambientales velarán por la conservación de este espacio y por la seguridad de las personas, dado el elevado número de vehículos que circulan por las viales forestales. Unos 18.000 visitantes peatonales y 600 cicloturistas recorren los viales del Parque los días de mayor afluencia.
Una nueva investigación recalca que estos depósitos, denominados arribazones, son clave por considerarse ecosistemas de transición entre hábitats distintos donde existen comunidades de especies propias. Según los autores, no es suciedad, sino un refugio, y eliminar de forma artificial estos arribazones tiene un impacto directo en la biodiversidad de los ecosistemas costeros.