Una nueva investigación internacional ha constatado que el aumento de temperatura durante los meses previos a la aparición de las mariposas adelanta sus periodos de vuelo, y que ello resulta positivo para algunas especies ya que comprobaron un incremento en su abundancia, según informa en una nota de prensa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), que ha participado en el trabajo.

El equipo de investigadores ha realizado durante más de diez años el seguimiento de 20 especies de mariposas de la Sierra de Guadarrama, observando que la temperatura es el factor determinante en la alteración del ciclo de vida de estos insectos, ya que provoca ese adelanto del inicio del vuelo.

“En la Sierra de Guadarrama, las condiciones climáticas varían en función de la altitud, de forma que los ciclos biológicos de las especies y de poblaciones de una misma especie también son distintos en función de su distribución. Esta relación entre el clima y los ciclos de los seres vivos se denomina fenología”, explica Robert Wilson, investigador del MNCN participante en el estudio. “En este trabajo en concreto, nos interesaba analizar la influencia de los cambios de temperatura y humedad en el inicio del vuelo y en la abundancia de especies de mariposas distribuidas a lo largo de este gradiente altitudinal, con el objetivo de tener una información más detallada sobre el efecto del calentamiento global en las poblaciones”, aclara el investigador.

“Los resultados muestran que la temperatura de los meses previos a la aparición de las mariposas, entre marzo y junio, es el factor que más influye en los cambios en su fenología, ya que se produjo un adelanto en los periodos de vuelo en los años y en las zonas con temperaturas más altas. Concretamente, el vuelo comenzó entre cuatro y cinco días antes de lo esperado con cada grado de aumento de temperatura”, indica David Gutiérrez, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos e investigador principal del proyecto. “A pesar de esta tendencia general, la influencia de la temperatura varió entre especies y entre poblaciones de la misma especie. Por ejemplo, se observó que las mariposas que aparecen en primavera son más sensibles a estas variaciones que las que lo hacen más tarde, y que para algunas poblaciones este adelanto fue positivo, ya que incrementaron los valores de abundancia. En el caso de las poblaciones de una misma especie, la diferencia en cuanto al periodo de vuelo entre poblaciones se debió más a la variación térmica entre años que entre zonas altitudinales, por lo que las mariposas podían aparecer a la vez en localidades a distintas alturas”, concluye el investigador.

Este seguimiento del efecto de la temperatura en la fenología de los insectos es fundamental para entender las consecuencias del cambio global sobre estos animales, algunos en serio declive, que cumplen funciones esenciales en los ecosistemas como polinizadores y piezas clave en las cadenas tróficas, pudiendo además extrapolar las observaciones obtenidas a otros organismos.

El trabajo, publicado en las revistas Ecology y Journal of Animal Ecology, muestra la importancia de realizar seguimientos a largo plazo para poder predecir el impacto del cambio climático sobre la biodiversidad.

2021-02-24

  • Ejemplar de 'Lycaena virgaureae'. Imagen: Robert Wilson / IEO
    Ejemplar de 'Lycaena virgaureae'. Imagen: Robert Wilson / IEO.
  • Ejemplar de 'Zerynthia rumina'. Imagen: David Gutiérrez / IEO
    Ejemplar de 'Zerynthia rumina'. Imagen: David Gutiérrez / IEO.