Este incremento podría ser de entre 55,2 y 76,5 centímetros a finales de siglo, según advierte Ecodes, que señala que el fenómeno está asociado al un calentamiento del las aguas que pone en peligro la biodiversidad marina.
Un esfuerzo logrado por la colaboración de más de 20 organizaciones, que van a seguir trabajando eliminando amenazas y con los objetivos de alcanzar las 750 hembras y entre 3.000-3.500 ejemplares de este animal, que ya está presente en Andalucía, Extremadura, Catilla-La Mancha y Murcia, además de en el sur de Portugal.
Además de disuadir a sus presas, su presencia responde a una repoblación de la fauna de ciudad, ya que estos ejemplares pertenecen a una subespecie de la zona levantina.
Con este objetivo, técnicos de la Fundación Oceanográfic y de la Asociación de Naturalistas del Sureste navegarán a borde del Else durante las próximas semanas. En los dos primeros días de navegación han capturados dos grandes ejemplares.
La asociación Amacope lamenta que el fuego, ocurrido el pasado viernes, afectó a 1.500 metros cuadrados de vegetación y provocó la huida o desaparición y muerte de varias especies que habitaban, nidificaban o tenían su refugio en el precario Humedal del Charco.
El proyecto surge de un estudio del Departamento de Ecología e Hidrología de la Universidad de Murcia, que advierte del declive de la población de pinos carrascos y de la necesidad de su progresiva su sustitución por especies más resistentes a los episodios de sequía y la acción del fuego.