El IEO-CSIC monitoriza a estos ejemplares de la especie de bivalvo más grande y endémica del Mediterráneo, que resisten en zonas de mar abierto y cuyo número "es muy reducido y su distribución geográfica se ha visto drásticamente limitada".
Una parte de los nutrientes que entran en el Mar Menor lo hacen a través de los flujos subsuperficiales del acuífero cuaternario que afloran en esta rambla. El contrato permitirá revisar más de 28 km de impulsiones y modernizar las estaciones de bombeo.
Sin embargo, en el Mediterráneo occidental, la mejora se produjo principalmente entre 1970 y 1990 y, posteriormente esa tendencia se estancó, según un estudio a largo plazo en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales.