14 huevos se encuentran ya en las incubadoras del Oceanogràfic de València y el resto en la playa de reserva del parque natural de la Albufera. Es la primera puesta registrada de 2023 en las costas de la Comunidad Valenciana, tras el intento de desove de otra tortuga marina la madrugada del pasado viernes en Orihuela.
Supera en este ejercicio las 50.900 toneladas, y supone una media por cada ciudadano de 20,1 kilos de envases en contenedores y papeleras amarillas o azules.
Se destinan a la protección de la avifauna, el mantenimiento o mejora de hábitats y de actividades agrarias tradicionales que preserven la biodiversidad, entre otras actuaciones.
Este año, el Seprona ha detenido o investigado a 26 personas por la extracción de agua mediante el uso de infraestructuras ilegales. Esta actividad ilegal provoca una importante erosión y degradación del suelo, y tiene grandes consecuencias en flora y fauna. Hoy se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
Hoy se celebra el Día Mundial de las Tortugas Marinas. En caso de encontrar un ejemplar en la playa, las indicaciones para proteger al animal y su puesta son mantenerse a 20 metros, no colocarse delante, no deslumbrarla con linternas y llamar al 112.
Ha excavado dos nidos esta madrugada sin lograr depositar los huevos y volvió al mar. Se ha aprovechado para instalarle un emisor de señal por satélite y realizar el seguimiento de sus rutas.
El docuento se centra en la prevención sobre la extinción y asume que "es inevitable convivir con el fuego como elemento parte de nuestro ecosistema". A él se han adherido más de 70 personas e instituciones.
Es el distintivo con el que la entidad saca a la luz anualmente "los casos más significativos de contaminación y mala gestión ambiental de las costas del Estado español". Por primera vez en 16 años, se incorpora al listado de afecciones un problema que no se había denunciado: la proliferación de playas caninas designadas sin una evaluación previa de impacto ambiental.
Con el objetivo de restaurar los procesos naturales de los ecosistemas fluviales, propiciando su autorrecuperación, y con la idea de que "un río en buen estado tiene una mayor capacidad de adaptación y respuesta frente a eventos climáticos extremos como fuertes lluvias".
Por parte del Miteco, de manera coordinada con los agentes sociales y sectores implicados. Sus valores ecológicos incluyen abundancia de plancton y de krill, fuente de alimentación de peces y cetáceos, hábitats de amenazada o diversidad de relieves.