Especie genuina del bosque mediterráneo y endémica de la península Ibérica, es también una de las grandes rapaces más amenazadas del planeta. El ejemplar recuperado por AMUS será liberado el próximo lunes y portará un emisor GPS para poder conocer al detalle todo su proceso de adaptación.
De este modo sigue siendo posible la mezcla de las capas de agua, un fenómeno de vital importancia para la vida en los océanos. Otras zonas del planeta sí están sufriendo este problema, según recuerda el IEO.
Los fondos del archipiélago balear albergan las mayores extensiones de praderas de Posidonia oceanica del litoral mediterráneo español. El equipo recorrerá todas las islas, cubriendo más de 500 millas náuticas en aproximadamente 60 días. El responsable de este seguimiento, Juan Manuel Ruiz, trabaja en el Centro Oceanográfico de Murcia.
Un estudio del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid revela que los métodos de seguimiento utilizados en España son insuficientes y tienden a extraer conclusiones demasiado optimistas. El nuevo trabajo ha monitorizado la población de lobos del Sistema Central durante ocho años.
Considera que el abandono rural y el cambio climático hacen que los superincendios sean cada vez más impactantes en España, donde la proporción de grandes incendios respecto al total de siniestros se ha incrementado en un 10% respecto a la década anterior.
Se realizarán recorridos en zigzag buscando evidencias de la presencia de ballenas, delfines y marsopas mediante avistamientos visuales y acústicos, y se tomarán muestras de agua para determinar si es posible detectar la presencia de cetáceos mediante el análisis de ADN en el agua de mar.
Descubren por primera vez microplásticos en el interior de los bronquios. “Todos estamos expuestos a la inhalación de microplásticos”, dice el doctor Carlos Baeza Martínez, del Hospital General Universitario de Elche, donde se ha realizado la investigación, en colaboración con la Politécnica de Cartagena y la Universidad Autónoma de Madrid.
"Las medidas adoptadas por la PAC no solo no han ayudado a detener la pérdida de biodiversidad en los entornos agrícolas, sino que la han fomentado”, afirma uno de los tres firmantes españoles del trabajo, elaborado por 300 expertos de 23 países miembros de la UE, que incluye estas recomendaciones.