Lo ha descubierto el prestigioso fotógrafo Javier Murcia Requena, autor de varias publicaciones sobre la fauna de la laguna, que en una inmersión varios días antes de la cuarentena halló una hembra lista para la reproducción. Emilio Cortés, director técnico del Acuario de la Universidad de Murcia y con larga trayectoria en el manejo de este grupo animal, cree que su entrada «ha tenido lugar por la bajada de salinidad” que se está detectando en este paraje desde septiembre del año pasado, por lo que su presencia «es consecuencia del problema» que sufre la laguna costera.
La Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) anunció ayer inesperadamente la compra de 270 hectáreas en Cabo de Cope, en la costa de Águilas (Región de Murcia), para impulsar la conservación del conjunto del Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre, una de las últimas zonas no urbanizadas de la costa mediterránea española, así como para promover la aprobación de su Plan de Ordenación de Recursos Naturales. Pedro García, director de la organización y conocido activista de larga trayectoría, explica que no se trata de la primera medida que contemplaron para la zona, pero ante la preocupación de que este enclave privilegiado se viera afectado, amenazado por la voracidad urbanística, decidieron dar un paso sorprendente, en el convencimiento de que la sociedad también puede mover ficha.
Hace más de 4.000 años, un pequeño grupo humano habitó un poblado en lo alto de una elevación. Frente a ellos, otro fabuloso promontorio los contemplaba, casi inexpugnable, y en la planicie impecable de su cima hallaron el lugar idóneo donde dejar sus inscripciones. Una serie de intencionadas concavidades, aún de significado oculto, reposan desde entonces trabajosamente talladas en la piedra. Es el Cabezo Malnombre, el segundo mayor yacimiento de petroglifos de la Región de Murcia en número de dibujos, y que alberga un diseño geométrico único en el mundo. Hablamos con Miguel Pallarés, presidente de la Asociación Patrimonio Santomera, entidad descubridora del campo de insculturas y encargada de su actual investigación.
Balsas, pozos, aljibes, canales o acequias suponen en muchos casos una trampa mortal para la fauna en el medio natural. Un precioso lagarto bético, un ratoncillo, tortugas, anfibios y otras especies sorprendentes caen en los huecos abiertos en el suelo, desprotegidos y sin vía de escape, donde terminan muriendo. Desde hace apenas un par de años, el Proyecto Rampas Salvavidas se asoma a estos paisajes secos rastreando el terreno, a la búsqueda de posibles víctimas. Son su última esperanza. En un solo canal han llegado a rescatar hasta 300 ejemplares.
El águila calzada, con sus largas alas, sus patas emplumadas y su estilizada silueta, puede lucir dos plumajes completamente diferentes, uno claro y otro oscuro, que no están relacionadas con el sexo ni con la edad. Se les denomina morfos. Por qué se mantiene este polimorfismo y cómo se consolida en las poblaciones es aún un misterio para el que un equipo de científicos de la Universidad de Murcia plantea una hipótesis en la que entra el juego la coloración de los padres, y sobre todo de la madre, que cuando es oscura deja una impronta en el polluelo que hace que tienda a buscar parejas oscuras. Éste es un apasionante relato de genes, nidos, parejas y muchos años de investigación.
En el corazón de la curtida sierra de Cazorla, agreste, montuosa, los pinos se enseñorean sobre una variada flora y, de cuando en cuando, entre ellos emergen desnudos, de un llamativo blanco grisáceo, retorcidos y como quejicosos, los viejos troncos de los árboles muertos. Se distinguen en la lejanía, envarados, incluso arrogantes. Y en el Parque Natural, orgullosos de su presencia, los dejan estar. Son los abuelos del bosque, madera muerta que impulsa la vida en el ecosistema.
La salud del ser humano sólo se puede mantener si se gestiona en equilibrio con los propios ecosistemas naturales. Esta visión integradora del mundo y sus habitantes forma parte del concepto One Health, del inglés ‘Una salud’, una estrategia mundial que busca aumentar la colaboración interdisciplinar de los expertos en el cuidado de la salud de las personas, los animales y el medioambiente, entendiendo que todas estas realidades están ligadas entre sí. Una visión que defiende y en la que trabaja desde hace dos décadas la doctora Emma Martínez López, toxicóloga en la Universidad de Murcia y secretaria general de la Asociación Española de Toxicología.
Las hay grandes y pequeñas, verdes, marrones o grises, diurnas y nocturnas, de alas vistosas o con encantos más discretos, y todas están recogidas por fin en el pequeño manual ‘Las mantis de la Región de Murcia’ que ha publicado el conocido naturalista Conrado Requena Aznar, en cuya portada una preciosa Iris oratoria se yergue en posición defensiva, levantando las patas raptoras y desplegando las alas, dejando a la vista su sorprendente colorido.
El buitre negro, la rapaz más grande de Europa, desaparecida de nuestros bosques hace ya cien años, ha vuelto a anidar en estas tierras y parece ser que con notables posibilidades de que sea para quedarse. No en vano, aquí se conservan aún esos agrestes paisajes forestales tan del agrado de esta magnífica y amenazada ave. Nuestra primera pareja de este siglo, cuyo nido fue descubierto por el agente forestal José Navarro, sacó adelante su única cría el año pasado. «Sin lugar a dudas es un acontecimiento muy importante. Nosotros esperamos y deseamos que no sea un hecho aislado, que continúe la reproducción del buitre negro en la Región de Murcia y que se pueda llegar a formar no una, sino varias colonias», señala esperanzado Mario León, miembro del equipo de Seguimiento Biológico de los Vertebrados Amenazados de la Dirección General del Medio Natural de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia