Visto bueno para crear una población de lince en la Región de Murcia «si se cumplen las condiciones»

La Unión Europea ha comunicado a la Junta de Andalucía su aprobación del nuevo proyecto para la protección del lince ibérico, denominado 'Life Lynx Connect: creando una metapoblación de lince ibérico genética y demográficamente funcional', según anuncia en su página web el organismo andaluz, que indica que el lugar escogido para la Región de Murcia es el término municipal de Lorca.

En esta Comunidad se barajó en su día la zona del Atliplano como posible ubicación para estos nuevos linces, pero «probablemente no tenía la superficie suficiente», explica Ramón Pérez de Ayala, coordinador del Programa del Lince Ibérico de WWF España. Sin embargo, el destino lorquino citado en el texto aún no está firmemente decidido, pues «se tienen que hacer todavía los trabajos previos, con lo cual no está cerrado del todo. Si esta zona no es válida, la idea es buscar otro sitio, a no ser que no haya nada que cumpla las condiciones», advierte el experto.

Pérez de Ayala recalca que para hacer una reintroducción «tenemos unos protocolos muy marcados y bastante exigentes". Tanto que, de hecho, las dos poblaciones históricas de Doñana y Andújar «no cumplirían los actuales requisitos porque no tienen suficiente conejo, allí hoy no soltaríamos linces", compara.

La primera actuación para la selección del lugar es asegurar que posee un hábitat adecuado. El siguiente paso consiste en determinar que haya suficiente conejo, y después, que se disponga de una superficie mínima suficiente para 20 hembras, que han estimado en 10.00 hectáreas. «Porque si creas una población pequeña y aislada, enseguida surgen problemas de endogamia», explica. Con todo ello, el objetivo inicial es lograr que se instalen cinco hembras reproductoras en el nuevo territorio, lo que suele suponer soltar unos ocho individuos al inicio del trabajo. En los años siguientes, se pueden liberar una cifra que ronda la decena.

ACTUACIÓN ESTRATÉGICA

 

Unir Doñana con Sierra Morena, Extremadura y Portugal es uno de los retos del proyecto Life Lynx Connect, que gira en torno a dos grandes ejes: aumentar el tamaño de la población y su conectividad. «Ahí en medio haría falta una población 'puente'. Hay un lugar que está bien de hábitat pero fatal de conejos. De vez en cuando se acerca un macho... En esa zona sería interesante una población pequeña y podríamos hacer un esfuerzo», se anima Ramón Pérez de Ayala, coordinador del Programa del Lince Ibérico de WWF España.

En la Comunidad murciana, recuerda, se estuvieron haciendo todos los estudios preliminares para localizar una superficie suficiente y no fragmentada. También se estudió el conejo, pero fue hace cosa de cuatro años y la población de este animal «oscila muchísimo», por lo que habrá que llevar a cabo nuevos muestreos. El conteo de conejo hay que realizarlo en junio, con el pico de la población, para luego proceder a la suelta un mes de febrero. Si el proyecto arranca el próximo otoño y hay que hacer dos recuentos, esta gestión puede hacer que los plazos de suelta de lince se alarguen al menos dos años y medio o tres.

Y, en medio de todo ello, aún faltaría la acción social para conseguir convenios, una actuación «que lleva tiempo y no es nada sencilla». El técnico detalla que se necesita el apoyo social de al menos la mitad de los propietarios de los terrenos. Esta gestión incluye a los cazadores y pasa por firmar convenios con el titular del coto cinegético. Uno de los socios del proyecto es Artemisan, que agrupa a todas las entidades de caza, y se encarga de los primeros contactos en este sentido. Como estos convenios suelen llevar aparejadas acciones para el incremento del conejo, el sector se suele mostrar interesado.

En la Región existe cierto recelo frente a la entrada del lince, ante el temor de que sea una fachada ambiental. «Es verdad que es una especie muy vendible y siempre es atractivo trabajar con ella, pero creo que sí que hay intención de introducir linces», considera el también responsable del área de Grandes Carnívoros de WWF. Al respecto, agrega que "tenemos unos protocolos muy claros, y si no se cumplen las condiciones, no se hacen reintroducciones. Tampoco tenemos linces para soltar alegremente. Al año liberamos unos 35 ejemplares y todo el mundo los quiere; y ahora, con cinco zonas de reintroducción, no sobran, así que si no se cumplen las condiciones...», deja caer.

Igualmente, ante la idea de quienes creen que las reintroducciones son innecesarias porque el lince llegará solo, expone que «podría llegar a ocurrir. Hay veces que un individuo aislado se mueve a mucha distancia y eso nos ha servido para ir a ver si la zona es buena. Pero normalmente son los machos los que hacen movimientos de exploración, y que te llegue un macho a 100 kilómetros no significa que también vaya a llegar una hembra, eso es mucha causalidad. Por eso es muy difícil que se cree una población nueva de esta manera. Sin embargo, si ya hemos puesto allí los territorios de hembras, si aparece el macho, se queda y comienza a reproducirse», detalla Pérez de Ayala, que es también técnico de proyectos del Programa de Biodiversidad de WWF. «Entre que las poblaciones originales disponen de poco conejo y no generan tantos emigrantes, si hubiésemos hecho eso, hoy no habríamos pasado de 300 animales, y ahora hay unos 800», se alegra.

¿Puede ser que éste sea el último Life para el lince? «Eso se lleva diciendo desde el primero, pero siempre hay algo que hacer por la especie», asegura Pérez de Ayala. Se estima que para que la especie se sitúe fuera del peligro de extinción a largo plazo es necesaria una población 750 hembras reproductoras, que suponen entre 2.500 y de 3.000 ejemplares, y que no concurra ninguno de los criterios para estar en peligro que marca la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Así se cumplirían sus criterios biológicos. Los cálculos indicaron que, si se mantiene el esfuerzo actual, se podría alcanzar esta situación en 2040 y para ello habría que reintroducir ocho poblaciones más de las actuales (de las que una sería la de Murcia). A partir de ahí, en una futurible siguiente oleada les tocaría el turno a otras comunidades, como Castilla-León, Madrid, Valencia, o quizá Cataluña y Aragón, ya que la zona del valle del Ebro «está reventada de conejos...», repasa.

En la actualidad existen dos núcleos consolidados de población de linces, pero aislados entre sí, que son Doñana y Sierra Morena Oriental. Otros cuatro núcleos se encuentran en fase de consolidación en Portugal (Guadiana), Extremadura (Matachel) y dos en Castilla-La Mancha (Montes de Toledo y Campo de Calatrava -ésta, en Ciudad Real-). «La consolidación y conectividad de estos seis núcleos garantizaría la conservación de la especie», ha señalado la consejera andaluza Carmen Crespo. Además, el proyecto incluye la creación de dos nuevos núcleos, uno en Sierra Arana (Granada) y el murciano. No hay que olvidar que el proyecto Life Lynx Connect recién aprobado gira en torno a dos grandes ejes: aumentar el tamaño de la población y su conectividad. «Con Lynx Connect empieza una nueva etapa que culminará con una población global de lince ibérico consolidada y viable», señala Crespo.

Para Pérez de Ayala, «no es nada fácil de que te den un Life de éstos, con el lince estamos mal acostumbrados», de hecho, el año anterior no pasó la criba, pero en esta ocasión "está mucho mejor definido y tenía confianza». Ahora ha superado los diferentes criterios de adjudicación, tanto de coherencia y calidad técnico-financiera como los de valor añadido a la Unión Europea, y está previsto que arranque durante 2020 y se prolongue durante cinco años. En la actualidad se prepara la documentación complementaria a algunas cuestiones técnicas y financieras planteadas previas a la aprobación definitiva.

Esta iniciativa persigue también que durante el periodo de ejecución la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza (UICN) recatalogue el lince para que pase de estar declarada 'especie en peligro de extinción' a 'especie vulnerable'.

El programa, además, contribuye al mantenimiento del monte mediterráneo, genera importantes servicios ecosistémicos y produce impactos económicos positivos en zonas rurales afectadas por la despoblación, gracias a la generación de puestos de trabajo en el sector del turismo de naturaleza.

Andalucía cuenta con más de la mitad del censo de la península Ibérica de esta especie. Los datos de la población andaluza de lince ibérico correspondiente al año 2019 revelan un incremento del 3,6% de la población, hasta situarse en los 461 ejemplares, la mayor cifra de la serie histórica. Destaca también el ligero incremento en el número de hembras reproductoras (121) y el importante aumento en cuanto a la superficie de expansión hasta alcanzar los 1.774 kilómetros cuadrados (casi 150 más que en 2018) entre los núcleos de Doñana-Aljarafe y Sierra Morena oriental.

El nuevo proyecto cuenta con una inversión de más de 18 millones de euros y 21 socios beneficiarios bajo la coordinación de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía.

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NOTA: Todas las imágenes, extraídas de la web del Programa de Conservación Ex-situ del lince ibérico.

Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.