'La gran extinción'

monica_rubio_foto_artista.jpgComentaba el otro día Miguel Delibes de Castro, el reputado investigador y divulgador de naturaleza, que en el mundo se está perdiendo flora y fauna a pasos agigantados, y tal es así que la actual extinción se está produciendo al mismo ritmo que la mítica desaparición de los dinosaurios de Parque Jurásico. La comparación fue tan rotunda que sorprendió a su compañero de mesa, Xavier Querol Carceller, profesor del CSIC y doctor en Geología. No fue lo único que se dijo. Se dijo mucho y muy interesante. Pero la gran extinción no estaba afuera, en los bosques, las selvas y los campos. La gran extinción estaba delante de sus narices, en la sala misma. En las decenas de butacas vacías del local. Y todo lo dicho por los ponentes de talla internacional que componían las jornadas caía en oreja rota, salvo la de las 60 personas que asistieron a la cita según la organización, algunas menos según esta narradora, problemas de conciliación de cifras. En todo caso, si fueron 60 la audiencia y tres los enormes conferenciantes que componían la cita -porque también estaba María del Rosario Heras Celemín, pionera en investigación en eficiencia energética en edificios- tocaba a 20 por ponente, por así decir.... A esta narradora le tocó más agudamente el corazoncito porque la semana anterior había acudido a escuchar al exministro Pimentenel metido a exitoso divulgador de arqueología, junto a nuestro querido antropólogo Michael Walker, y más de lo mismo. Esperaba en ambas ocasiones que la estancia estuviera a reventar y que no quedara apenas sitio para los inoportunos que siempre llegan tarde, pero no fue así en ninguno de los casos. Me comentaron después que a las siguientes convocatorias del ciclo de Walker sí acudió más público... no me atrevo a dar confianza a las fuentes porque visto lo visto en la jornada inicial, uno tiende a ser optimista y con poco se contenta. Así que, qué quieren que les diga, una cuenta lo que constata, y en dos semanas consecutivas una ha constatado la gran extinción del espectador de actos culturales de naturaleza. Pero no unos actos culturales cualesquiera, sino unos de gran relevancia. Y le da pena. Y luego nos quejaremos de que en la ciudad no se organizan eventos de nivel... Eso sí, esta reportera también se ha ido a algunas ecofiestas y allí sí se ve más gente, incluso en las charlas. Queda un hueco para la esperanza. Seguimos cavilando.

 

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NOTA: si quieren informarse someramente de lo que pasó en ambas citas, aquí les dejo los enlaces:

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