A bordo del Posidonia Segundo, del Instituto Español de Oceanografía (IEO) arrancó ayer en Murcia una nueva campaña de evaluación del estado de la nacra en el Mar Menor, uno de los reductos de esta especie amenazada en el litoral mediterráneo español, según informa el propio IEO.
Desde 2016, la nacra ha sufrido eventos de mortalidad masiva causados por un parásito nuevo para la ciencia, que ha llevado a la especie a una situación crítica. Por ello, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha puesto en marcha medidas urgentes para recuperar las poblaciones afectadas y mejorar su conocimiento, en colaboración con organismos de investigación y otras administraciones nacionales y regionales.
Esta expedición se realiza mediante buceo autónomo y da continuidad a una previa que se llevó a cabo en noviembre de 2019, en la que se encontraron individuos vivos en la laguna. Los investigadores del centro oceanográfico de Baleares del IEO evaluarán el estado de estos ejemplares, además del avance de la mortalidad y la posible recuperación natural de su población. Entre otras medidas se instalarán colectores de recogida de larvas en ocho zonas distintas para favorecer el reclutamiento, se tomarán muestras de agua para determinar la carga parasitaria y se buscarán individuos supervivientes para su seguimiento durante esta campaña, que finaliza el 27 de junio.
Las acciones de evaluación de la nacra en el Mar Menor también forman parte de las acciones de seguimiento asociadas a las Estrategias Marinas en España. Con la información obtenida, se seguirán poniendo en marcha medidas para salvaguardar esta especie en situación crítica.
La nacra (Pinna nobilis) es el segundo mayor bivalvo del planeta, el mayor del Mediterráneo y una de las especies características de este paisaje. Es un gran molusco que puede alcanzar los 120 centímetros y vivir 50 años de edad. Está muy asociado a las praderas de Posidonia pero puede aparecer en otras extensiones, y posee una capacidad de filtración muy alta, por lo que su presencia ayuda a la transparencia del agua. Desde hace unos tres años está siendo atacada de forma devastadora por el patógeno, pero había encontrado un refugio en el Mar Menor, donde la alta salinidad ha impedido su entrada.
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2020-06-18