Una medusa tropical, nueva amenaza para la biodiversidad del mar Menor
El hallazgo ayer sábado de una medusa tropical en aguas del mar Menor supone una nueva y seria amenaza para la biodiversidad de la ya castigada laguna litoral. La especie, del género Cassiopea, necesita para sobrevivir unas condiciones semejantes a las que se dan en este entorno y es capaz de reproducirse a una muy alta velocidad, convirtiéndose en una especie invasora y compitiendo con las medusas ya presentes y con otros animales del medio.
La medusa fue detectada por voluntarios de la asociación Hippocampus en una de sus numerosas inmersiones para completar los censos de caballito de mar del mar Menor. La salida se realizó en las inmediaciones de la isla del Barón a una profundidad de unos cuatro metros y medio, donde dieron con varios individuos de esta especie, y más tarde pudieron constatar con los compañeros en superficie que alrededor nadaban docenas de estos diminutos ejemplares propios de aguas tropicales del Indopacífico, mar Rojo y Caribe.
Todo apunta a que con este descubrimiento se cita por primera vez a esta medusa en este ecosistema. De hecho, no aparece en el catálogo de medusas del mar Menor del Instituto Español de Oceanografía y tampoco la habían visto nunca profesionales como Javier Murcia Requena, reputado fotógrafo de la laguna.
Sin embargo, esta medusa se conoce desde el sigo XIX en el Mediterráneo, donde ya se considera invasora, así como lo es también a nivel global.
La noticia no es buena para Miguel Candelas Pérez, biólogo experto en medusas y especies mediterráneas, quien baraja la posibilidad de que la presencia de Cassiopea conlleve un descenso de la biodiversidad del mar Menor y la proliferación de esta especie alóctona. A raíz de su larga experiencia con estos animales como responsable en un gran acuario europeo, sabe que los datos de la elevada temperatura y poca profundidad de la laguna regional son idóneos para la especie, que necesita calor y aguas someras para que las algas situadas en sus tentáculos hagan la fotosíntesis. A ello se suma la circunstancia de que se trata también de un entorno tranquilo, es decir, con poco hidrodinamismo, de forma que desciende su exposición a ciertas amenazas, "como que las olas puedan machacar a las medusas contra las orillas". Con todo ello, “el mar Menor es perfecto para ellas”, resume.
Y una vez aquí, ocurre que “los pólipos de esta medusa son muy competitivos”, advierte el experto, encargado del mantenimiento de distintas especies de medusas en exhibición, entre ellas la Cassiopea, a la que hace el seguimiento de la reproducción todos los años. Candelas Pérez cuenta que “cuando empiezan a crecer, empiezan a competir con otras especies”, inhibiéndolas o erradicándolas tanto por competencia por el espacio como por la agresividad de los pólipos, que son muy urticantes, con lo que se defienden mejor de sus depredadores y además impiden el desarrollo de otras medusas menos agresivas. Esto es, las habituales del mar Menor: Cotylorhiza tuberculata, Aurelia aurita, Rhizostoma pulmo, y las ocasionales Olindias phosphorica y Pelagia noctiluca, especie esta última que puede verse en casos de temporales grandes y en zonas cercanas al intercambio con el Mediterráneo, recuerda Javier Murcia.
“Ahora mismo, a 30º ya tienen una temperatura muy buena, y con el aumento del verano van a proliferar. Entonces cada pólipo va a generar un nuevo organismo (lo que se denomina 'estrobilar'), de manera que pueden surgir decenas de pequeñas medusas, que crecen a un ritmo bastante alto y en cosa de algo más de un mes ya son maduras para volver a reproducirse”, avisa Candelas Pérez. Y que alcanzarán hasta 30 centímetros de diámetro.
Así las cosas, entra dentro de lo posible que una cantidad desmesurada de esta especie afecte también al plancton o a las larvas de peces, sus principales alimentos.
En cualquier caso, aunque augure que el comportamiento de la especie sea el de un organismo invasor, el futuro no suele ser fácilmente predecible para un ecosistema. Por ejemplo, el descenso de la temperatura del agua en invierno, de unos nueve grados, puede ser suficiente para que la especie no se desarrolle, si bien el calentamiento global podría revertir esa predicción; o una entrada de vertidos en cantidad considerable podría acabar con estas medusas al a vez que con otras formas de vida.
En todo caso, se trata de un problema ya conocido: “es como cualquier especie exótica, puedes intentar erradicarla, pero o la población colapsa por sí misma o hay muy pocas posibilidades de acabar con ella”, lamenta.
Mañana lunes, el propio Javier Murcia va a realizar una inmersión en apnea para tratar de localizar nuevos ejemplares y poder llevárselos a una investigadora que se ha ofrecido a realizar un análisis genético para determinar la especie en concreto. En apnea quizá no pueda bajar tanto, “pero si se han visto más de 50 ejemplares, igual tengo suerte”, espera Murcia. Quizá sigan ahí, en las proximidades de la isla del Barón, pequeñas, del tamaño de una uña, nadando alegremente en posición invertida, con los tentáculos hacia arriba, ribeteadas de botones blancos, simpáticas, graciosas, bonitas... y potencialmente invasoras.
EDICIÓN 1 (lunes 24-07-2017): Nos cuenta José Luis Alcaide Sanjurjo, miembro de Hippocampus y experto buceador, que fue él en concreto quien se dio cuenta de que la pequeña medusa que estaban observando era una especie alóctona en el mar Menor. Le llamó la atención que nunca antes la hubiera visto. Con él había más observadores, pero nadie se percató del hallazgo. Alcaide tuvo el buen ojo de pedir a su hijo que grabara el vídeo con su GoPro (ver enlace abajo) y disponer así de una imagen para poder consultar con los expertos, que posteriormente le confirmaron que se trataba de una especie tropical. Ahora, está a la espera de que se confirme que se trata de una primera cita. ¡Un lujo!
EDICIÓN 2 (lunes 24-07-2017): Nos indican, para tener todos los datos, que la inmersión en que fue descubierta esta medusa se realizaba dentro de la campaña 'Naturalmente, Mar Menor', financiada por la Dirección General del Mar Menor, una campaña de sensiblización medioambiental diseñada con el fin de proteger la laguna.
NOTA1: Todas las imágenes pertenecen a la Asociación Hippocampus, extraídas del vídeo que figura a continuación.