"Esta temporada pinta caliente" para el desove de la tortuga boba (Caretta caretta) en el mediterráneo español, aseguró ayer, a su paso por la Región, la doctora en Ecología Marina Elena Abella, una de las grandes expertas nacionales en tortugas de mar. La investigadora acudió al Centro de Visitantes del Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar para impartir una sesión formativa sobre estos animales que desprendió, en realidad, el sabor de una exquisita clase magistral.

"Ya hacía tiempo que veníamos avisando de que este año los eventos de este tipo podían aparecer pronto", recuerda Abella, y así lo sostenía porque hacía días que "la temperatura superficial del agua había sobrepasado los 20 ºC", cifras, más o menos, que suponen un estímulo reproductivo para la especie, al tiempo que "la arena presenta también las condiciones adecuadas para la incubación". Y por eso la experta se plantea una temporada adecuada para las anidaciones de esta especie, la más frecuente en nuestras costas.

De hecho, el primer intento ha sido este sábado pasado en Canet de Mar (Barcelona). "Y es muy probable que se repita, ya que la hembra que salió seguramente no ha hecho nido y quizá en 15 días vuelva a intentar una segunda puesta", calcula. El movimiento ha empezado pronto, como viene ocurriendo últimamente, frente a años más lejanos en los que no hay registros de nidificación en estas playas o eran muy escasos (es en 2014 cuando se registra más actividad, con cuatro o cinco nidos, y desde 2001 se conocen 13 nidos y nueve intentonas frustradas). El año pasado la primera tortuga apareció en Castel de Fels por San Juan; y el anterior, en Ibiza el 4 de junio. Los tres casos, al norte de la Región. Y es que "la temperatura superficial del agua en el Mediterráneo norte de España es ahora un poco más caliente que más al sur. A medida que va avanzando el verano la cosa cambia", explica la científica. Como dato esperanzador, el año pasado se detectó un intento de anidación por Calblanque.

Abella califica este incremento de anidación aquí y ahora de "fenómeno muy importante ecológicamente" ya que indica que "probablemente, aunque no se sabe con seguridad, estemos ante un proceso de colonización de nuevos territorios". Y estos procesos aún "no los conocemos bien, son muy difíciles de detectar y muy imprevisibles". Añade que hay estudios muy recientes sobre estos temas y éste puede ser uno de ellos, "por lo que es muy importante obtener datos y conocimiento sobre el proceso".

Pero, ¿a qué se debe este aumento de nidos o intentos de nido de estas tortugas?, pues podría atribuirse al cambio climático, de forma que éste sea uno más de sus indicios. Es una de las hipótesis: que haya una dispersión de la especie para buscar zonas más frías porque las zonas actuales de anidación estable son demasiado calientes. Tal es así que quizá hasta se pueda esperar también la llegada de otras especies, si bien "la tortuga boba es la que prefiere zonas más templadas para la anidación, la que se ajusta más al rango de temperaturas que tenemos aquí. Las otras especies son aún más cálidas y quizá estamos en una latitud muy alta y el rango de temperaturas todavía no es adecuado para ellas. No obstante, no se puede descartar", sostiene Abella.

Así que aunque nos guste la llegada de las grandes tortugas marinas a nuestras playas, lo cierto es que quizá responde a una situación que no es buena para el planeta... "Por ahí va la cosa, pero es lo que tenemos. Estamos intentando luchar contra el cambio climático, pero esto no va a cambiar de un día para otro y los animales responden a todo ello. Por eso, una de las opciones que tenemos es intentar darles las condiciones para que, si una de sus respuestas ante los cambios es venir a nuestras costas, pues que realmente puedan anidar con éxito", recalca.

Al respecto, la investigadora apunta que "probablemente habrá que cambiar muchas estrategias para recibir a las tortugas". La población no tiene tradición popular de que esto pueda ocurrir en nuestras costas y no sabe cómo actuar, dice, así que hay que explicar la biología de la tortuga, qué hace una tortuga y cómo no molestarla. "Pero me gusta pensar en positivo y creer que la gente respeta a los animales, que les gusta que en su municipio, en sus playas, puedan aparecer tortugas, y que quieran hacer bandera de eso", expone animada.

Con ese fin de informar a la población de manera general sobre cómo respetar a las tortugas marinas, y en concreto a la tortuga boba, ha nacido la campaña 'Caretta a la vista'. La iniciativa contiene posters, fotografías, noticias y recomendaciones que, además, están disponibles en la página web www.carettaalavista.com

Esta campaña incluye, a su vez, el material para informar sobre el Protocolo de Actuación para las Tortugas Marinas Varadas en el Litoral (impulsado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y que en la Región cuenta con la participación de la Oficina de Impulso Socioeconómico (Oisma) de la Consejería de Medio Ambiente) que se comunicará a técnicos y profesionales cuyo trabajo se relacione con las costas, así como a toda persona interesada en formar parte de la incipiente red de voluntariado de detección, atención urgente y protección de anidaciones de tortugas marinas en las playas de nuestro litoral. Se trata de una red que sepa dar respuesta rápida a los avistamientos de ejemplares adultos, crías, nidos o huellas. Con ella se pretende disponer de un equipo humano preparado para hacer turnos en nidos de vigilancia en playa, o que, ante el conocimiento de un posible intento de anidación, pueda pasearse a ver si la hembra vuelve, por ejemplo.

La idea, detalla Abella, es que haya una respuesta local, con gestión en pequeñas redes coordinada con la CARM. Así, "en la Región debería haber más de un punto de gente con unos conocimientos básicos para poder realizar una actuación al momento y poder gestionar un evento correctamente. Y tampoco es descabellado una iniciativa privada, siempre que esté coordinada con la Administración pública", señala. Además, la red tendrá el apoyo del Ministerio, desde donde se asegura que "las Comunidades Autónomas contarán durante toda la temporada con un servicio de asesoramiento urgente a las labores de los agentes ambientales y de los voluntarios".

Y aunque nunca están de más los conocimientos, no hace falta ser experto para adherirse al voluntariado ya que el proyecto impartirá formación. De hecho, la charla de ayer, titulada 'Detección y protección de la anidación de tortugas marinas. Creación de una red para la atención urgente', fue la primera de otras que seguirán por Andalucía, Baleares y Cataluña. En ella se habló de las diferentes especies que pueden visitarnos, de cómo diferenciar sus rastros, de su diferente forma de caminar, del historial de avistamientos (hasta se comunicó uno al parecer no bien documentado), de cómo cada hembra hará varias puestas en un mismo año con una diferencia de quince días y dejando unos 500 huevos, de sus dificultades ("se cree que solo una de cada mil crías llega a adulta"), de las amenazas para los nidos... La cita reunió a especialistas, técnicos ambientales de la Región y de comunidades vecinas, técnicos de ayuntamientos y miembros de ONG, y Abella se mostró "muy contenta de cómo ha respondido la comunidad murciana, interesándose y aportando su conocimiento".

Pero las actuaciones no acaban aquí. La restauración de playas, por ejemplo, incide directamente en la especie, tanto por el material que se introduce como por otras prácticas. Así que si la anidación va en aumento "nos tendremos que replantear cómo hacemos la gestión de playa a todos los niveles: limpieza, mobiliario, iluminación, restauración, formación a conductores... hay muchas cosas que en un momento dado será bueno plantearlas".

En España se han observado seis de las siete especies de tortugas marinas existentes en el mundo. En concreto, se trata de las tortugas boba, verde, laúd, carey, lora y olivácea. Todas son especies altamente migratorias que utilizan estas aguas principalmente como zonas de alimentación, desarrollo y corredores migratorios. En algunos casos, también se acercan a las costas españolas para nidificar. Principalmente la tortuga boba.

Todas ellas se encuentran amenazadas a nivel global debido a numerosos factores derivados de las actividades humanas, como la pérdida y degradación de hábitats esenciales -incluidas las playas de puesta-; las interacciones con diversas pesquerías; la contaminación o el comercio ilegal internacional de sus productos, entre otras causas. Y, claro, las basuras marinas: "prácticamente un 100% de las tortugas que llegan a los centros de recuperación expulsan plásticos por haberlos comido antes", lamenta Abella.

Ahora, algunas de ellas busca refugio en nuestras playas. Lo único que necesitan es tranquilidad, y la prioridad como ciudadanos es dejarlas que desoven. Las tortugas tienen 'filopatria': las hembras vuelven a desovar a las playas en las que nacieron. Si las tratamos bien, las crías que nazcan este año quizá vuelvan a visitarnos dentro de cuatro lustros.