Andrea Guirado, embajadora del Día Mundial del Vencejo

"Nunca se ha dado a los vencejos la importancia que realmente tienen"

El 7 de junio se celebra por primera vez el Día Mundial del Vencejo, un ave curiosa, amenazada y urbanita, a pesar de lo cual sigue siendo una gran desconocida para el público que, en caso de verla apunta al cielo con el índice a la voz de “¡golondrina!”. Y aunque tengan un cierto aire, no son lo mismo. Para Andrea Guirado, joven defensora de esta singular especie en las redes sociales, experta en labores de rescate y ahora nombrada embajadora de esta fecha internacional, se trata de un pájaro “realmente especial”.

“Se merecen totalmente un día para ellos, porque es un ave protegida a la que nunca se le ha dado la importancia que realmente tiene. Son aves insectívoras y se alimentan de muchísimos insectos cada año. Realizan una labor tremenda en el ecosistema. Aparte, son súper especiales, porque es la única ave que nunca se posa y está toda su vida volando, y es una peculiaridad que lo hace realmente especial”, defiende Guirado, natural de Ceuta.

Lo cierto es que los vencejos no pasan desapercibidos en pueblos y ciudades. Su peculiar griterío se oye principalmente por la mañana y en el atardecer, que es cuando hace menos calor y hay más insectos. “Lo que ocurre es que la gente los confunde muchísimo con las golondrinas y los aviones, y no sabe lo que son. No son golondrinas, no no, son súper diferentes, son máquinas de volar, totalmente. Por eso, en la ciudad, si no comentas, pones carteles o haces talleres o charlas, muy poca gente sabe lo que son los vencejos”, anima la joven estudiante de Ciencias Ambientales, que a sus 19 años recién cumplidos sopesa saltar a la carrera de Veterinaria.

Guirado se ha ganado el título de embajadora del Día Mundial del Vencejo -en inglés, World Swift Day (WSD)-, compartido con otras personalidades, por su activismo en las redes y por su larga experiencia con estos animales, a los que profesa un delicado amor. Todo surgió gracias a la labor de su padre, veterinario de profesión y ahora también presidente de la Sociedad Ornitológica de Ceuta, perteneciente a la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife). “Lo que siento por ellos no sabría explicártelo”, reconoce. Y cuenta que “llevo toda la vida con ellos… Desde pequeña he vivido cómo a mi padre le traían siempre aves, porque en Ceuta no hay centro de recuperación en condiciones, hay una granja escuela que llega a lo que llega, y el personal que hay allí, cuando les avisan de la entrada de aves nos las traen a nosotros. Mi padre atiende las grandes aves, como las rapaces -un ratonero, un cernícalo…-, y las devuelve al centro; pero de las pequeñas nos hacemos cargo altruistamente y las liberamos nosotros. Y como mi padre tiene poco tiempo porque está con el trabajo, la que más cría soy yo. Esto ha sido así de toda la vida. Y entre los pajarillos siempre han llegado sobre todo vencejos, de modo que he estado toda mi vida con vencejos y lo tengo súper arraigado. Por eso creo que es, por tantos años criándolos y tanta cercanía con ellos…”.

Y el roce hace el cariño, porque “ha sido la especie que más nos han traído. Y no es lo mismo que te traigan un gorrión a que te traigan 40 ó 50 vencejos. ¡Porque el año pasado sacamos 60!”, advierte.

¿Y por qué caen al suelo más vencejos que otras especies de pajarillos? Guirado considera que el factor más influyente es el calor, “y como cada año va a más, pues cada año es peor. El calentamiento global, que afecta a todas las especies…”, lamenta. Pone por caso que mucha parejas crían bajo tejas, que se calientan muchísimo, así que los polluelos intentan asomarse para transpirar un poco y se caen. Y así, se van acrecentando los números de vencejos: hace dos años recuperaron unos 30 y el año pasado esos 60, “que duplicó la cifra, una locura”.

Los vencejos tienen las patitas extremadamente cortas, y el pollo que se cae no puede remontar el vuelo, se queda ahí. No es lo mismo que un gorrioncito que da saltitos y va siguiendo a los padres, compara. En este caso, “los padres ni siquiera pueden bajar a alimentarlo, ésa es la desventaja que tienen”, describe la joven.

Además del calor, los vencejos tienen otras amenazas. Su población en España ha ido decreciendo año tras año por varios factores. “Sobre todo es debido a los insecticidas, que cada vez se están usando más, y esos insectos rociados ascienden, se los comen los vencejos y se intoxican; y en época de cría se intoxican también los pollos”, advierte.

Curiosamente, este año se ha visto que en algunas ciudades ha aumentado la población mientras que en otras ha descendido todavía más. “O sea, que hay algún factor ahí que no sabemos cómo actúa”, asume Guirado, quien detalla que en Cádiz, a donde se ha trasladado a estudiar este año, “hay muy pocos, poquísimos”.

Añadamos a eso que los vencejos son muy difíciles de censar, porque anidan en recovecos de lugares rebuscados y es muy difícil controlar dónde han hecho el nido realmente. No ocurre lo mismo con golondrinas y aviones comunes, que hacen los nidos de barro y se pueden contabilizar fácilmente porque están a la vista.

El caso es que “muchos crían en tambores de persianas y boquetes de calentador o de ventilación, y muchas veces hasta sin querer, bajas la persiana bruscamente, se asustan o se mueve el nido y se precipitan del mismo, o se cuelan por dentro y se acaban muriendo todos los pollitos”, recuerda.

Pero es que, además, estos esenciales huecos se están perdiendo en las urbes modernas, que no dan un respiro a estas aves. No son como esos pueblos viejos, donde hay un sitio para anidar bajo de una teja o en una oquedad de la pared. Las ciudades actuales reparan y enlucen sus paredes, y los vencejos pierden oportunidades.

De hecho, ésa es otra de las grandes amenazas: la destrucción de sus nidos, al igual que ocurre con los de golondrina y avión. Aparte de que criar en la ciudad tiene muchos más problemas, porque tras caer los pollos al suelo, ahí están los gatos, la velocidad de los coches, la gente… “En la ciudad, a donde cada vez se dirigen más, lo tienen mucho más difícil”, advierte.

Para contrarrestar este peligro, la joven ceutí anima colocar cajas nido porque con ello se favorecer que tengan lugares para nidificar. “Es una ventaja tremenda para ellos porque tendrían un sitio asegurado todos los años, ya que siempre nidifican en el mismo nido”, alienta. Así que instalando cajas nido, con sus dimensiones especiales, se les ayuda, porque “la suelen ocupar, en dos años o así, pero la ocupan”, sentencia, y apunta: “En mi casa tengo dos que todavía no han ocupado. Ellos primero echan un vistazo para controlar, y ya veremos…”.

Aunque no puede hacer mucho porque está enredada con los exámenes, se muestra satisfecha por el nombramiento como embajadora del WSD -una iniciativa de Vencejos sin Fronteras-. “Este día servirá para que la gente los vea. Con mis posts, en Facebook, noto que la gente ya se empieza a interesar, ‘¡uy!, este pájaro no lo conocía’, dicen, y empiezan a tener curiosidad. Y es que si no le damos difusión sí que no hacemos nada por él. Yo, al menos, intento concienciar porque ya te digo que son unas aves espectaculares y muy poca gente las conoce”.


Dos vencejos adultos, a la espera de ser liberados.


Ejemplos de colocación de cajas nido para esta especie. Hay que tener paciencia, un mínimo habitual de dos años, hasta que las ocupen.

NOTA IMÁGENES: arriba, Andrea Guirado sosteniendo a un vencejo que ha cuidado. / En la mano, un vencejo a punto de ser liberado. / Los dos pollitos son dos ejemplares que le llevaron; habían quitado su nido los dejaron tirados en un macetero. ¡Los dos salieron adelante! / Otro pequeño dejado al cuidado de Andrea. (Todas las imágenes: cortesía de Andrea Guirado).

NOTICIA RELACIONADA: vídeo 'Vencejo ataca nidos de avión común' (28 de junio 2018).

Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.

 

OJO, SI ENCUENTRAS UN POLLITO Y NO TIENES EXPERIENCIA

Andrea Guirado ya tiene su primer pollito, aunque la temporada fuerte no ha comenzado aún. Se lo ha traído desde Jerez una lectora que la localizó por Facebook. “Aquí está, hecho un gordo, más gracioso…”, ríe.

Al hilo, recuerda que un año recibieron muchos ejemplares muy delgados porque no había comida, incluso los adultos llegaban súper esqueléticos… “Fue un año fatídico”.

Como comportamiento aún no explicado, han detectado, por ejemplo, que los pollitos, cuando ven que los padres no los alimentan -han fallecido, por ejemplo- se tiran, no se sabe por qué, "y están tan delgaditos que notas que no han sido atendidos en un tiempo y que a los padres les ha pasado algo", comenta.

Y aconseja no lanzarse al cuidado de esta especie si no se tiene práctica. “Si te encuentras un vencejo y no tienes nada de experiencia, siempre recomiendo llevarlo a un centro de recuperación que pueda ofrecer una buena atención, porque son especies protegidas y además no son animales fáciles de sacar adelante, son muy especiales. Son insectívoras y hay que darles la alimentación adecuada, y son muy cabezotas a la hora de comer. Además tienen un periodo especial de crecimiento, y para liberarlos también hace falta un conocimiento y una práctica. Una serie de factores que tienes que tener en cuenta”, advierte.

 

ALGO MÁS SOBRE EL VENCEJO

De nombre científico Apus apus (debido a que sus patas son muy cortas -apus viene a significar 'sin pies'), se trata de un ave adaptada a la vida en vuelo, que solo se posa para criar: hacer el nido, poner los huevos y sacar adelante a la nidada. Sus curiosas patas resultan ser extraordinariamente fuertes para agarrarse a las paredes verticales y así pueden hacer el nido en prácticamente cualquier hueco de las paredes.

En vuelo tienen una forma de hoz, lo que hace que se confundan con golondrinas y aviones, aunque son más grandes.

Y es un ave migratoria. En primavera, hacia mediados de marzo, comienza a aparecer por casi toda Europa, norte de África y Asia Central, llenando el aire de algarabía y velocísimos vuelos; mientras que el invierno lo pasa en el sur africano. En el campo, anida en taludes pero está muy bien adaptado a las ciudades, anidando en oquedades y bajo cornisas y aleros.

En España se ven cinco especies: vencejo común, real, cafre, moro y pálido, pero también existen el unicolor, de chimenea y mongol.

¿DÓNDE ENCONTRAR A ANDREA GUIRADO?

Es muy posible que esté con su padre, veterinario y este año además presidente de SEO Ceuta, haciendo censos de avión común, anillamiento de gaviota patiamarilla y de Audouin y charlas, talleres de cajas nido y actividades con niños pequeños.

Además, puedes seguirla en sus redes. Tiene:

Yotube.

- Instagram: @al_rescate_deaves.

- Blog ‘Al otro lado del Estrecho’.

- Facebook.


NOTA IMÁGENES: Andrea de niña, y ahora, con 19 años recién cumplidos, con la misma dedicación por los vencejos.