Nacen 40 crías de tortuga boba del nido de La Manga, y puede haber más

Anoche se produjo la esperada eclosión de los huevos del nido de tortuga boba que una hembra practicó en julio en La Manga, y que ha conllevado, hasta el momento, el nacimiento de 40 pequeñas crías. Nada más nacer, los nuevos ejemplares fueron recogidos en un cesto, trasladados posteriormente al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre (CRFS) de la Comunidad Autónoma en El Valle y finalmente están desde esta misma mañana en el centro del IMIDA de San Pedro del Pinatar, donde la previsión es que permanezcan cerca de un año.

Desde su localización, la puesta ha estado custodiada en todo momento, con la supervisión de a Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente, que informaba esta mañana en una nota del acontecimiento, si bien fueron decenas de personas las que pudieron seguirlo en directo gracias a la cámara web instalada sobre el nido.

En su interior habían estado reposando 90 huevos, de los 100 que había puesto la hembra, toda vez que diez de ellos habían sido trasladados para su vigilancia al CRFS.

El director general del Medio Natural, Fulgencio Perona, explica que de esos diez huevos "han salido adelante tres tortugas, mientras que de los 90 que se trasladaron a otro nido con mayor seguridad han eclosionado 40, por lo que podemos celebrar que, solo en esta puesta, han nacido 43 ejemplares".

Eso quiere decir que aún podrían eclosionar más huevos en los próximos días. Por ello van a esperar dos o tres jornadas y luego se abrirá el nido para comprobar si han salido todas, según detalla María José Gens, veterinaria del CRF. Casualmente, esta mañana ha estado lloviendo y se han visto en la necesidad de cubrir el nido con una lona impermeable azul, con la que se ha protegido para evitar el efecto de apelmazamiento de la arena. Incidencia aparte, "el lugar se revisa periódicamente por si hubiese eclosionado algún huevo más, cosa improbable de día", aclara la vaterinaria.  

Desde que se tuvo conocimiento de la puesta, "el Gobierno regional ha realizado una importante inversión para garantizar su protección, la conservación de este hito medioambiental, la información y la difusión de un evento muy llamativo, a la vez que importante para la conservación del medio marino", explica Perona. En total, se han destinado más de 30.000 euros a esta operación, que ha contado con la cofinanciación con cargo al Programa Operativo Feder Región de Murcia 2014-2020.

Debido a que el lugar no era adecuado, y para evitar riesgo de inundación del mismo, se trasladó unos metros hacia el interior, a una zona de dunas, y se colocó un dique de contención para protegerlo del oleaje en caso de temporal. Además, se instaló un cercado perimetral de protección del nido, y se balizó el perímetro como medida de protección, contando además con vigilancia continua por parte de los agentes medioambientales, Protección Civil y un servicio de seguridad contratado para las noches. Del mismo modo, se ha realizado una monitorización de la temperatura de la arena a la profundidad del nido.

Además, se instalaron dos videocámaras de vigilancia en el nido, con calidad de imagen 4K, que además de grabar, han servido para retransmitir, en tiempo real, imágenes del nido durante las 24 horas del día.

Estos dias, la labor se ha centrado también en el control de la temperatura, para lo que disponen de dos termómetros especiales enterrados, uno en el nido, con los huevos, y otro fuera del mismo, pero a la misma profundidad. El dato se ha ido controlando semanalmente para ir comprobando la viabilidad de la puesta, detalla Gens.

La experta agrega que ahora, "las nuevas tortuguitas no se van a liberar hasta dentro de un año, aproximadamente, cuando ganen tamaño y pesen un kilo o kilo y medio, como se hará en los próximos días con las del año pasado". De momento, se van a marcar con GPS tres ejemplares del año pasado para su suelta, "aún es pronto para saber lo que se hará dentro de un año con las que han nacido ahora", comenta. 

Se da la circunstancia de que esta especie, Caretta caretta, está escogiendo, de forma cada vez más acusada y desde hace unos años, las costas del Mediterráneo occidental para anidar, un hecho que según los científicos podría responder al cambio climático, de manera que el cuidado de estas costas puede resultar crucial para el futuro de estos grandes reptiles. En este sentido, una curiosidad tradicionalmente conocida de las tortugas marinas es la tendencia de volver a desovar a la playa donde nacieron, conocida como filopatria.

Al respecto, Elena Abella, doctora en Ecología Marina y experta en tortugas marinas, detalla que "la filopatria no es a la misma playa, sino a una zona o región y, además, las hembras presentan gran plasticidad en el momento de elegir diferentes lugares para poner sus varios nidos en la misma temporada”. Así, pueden poner dos nidos en una misma playa, y al nido siguiente viajar 70 kilómetros a otra. Sobre la repercusión que el traslado de estas crías a centros de vigilancia ex situ -por contraposición a in situ, en el sitio donde nacer-, pueda tener en los jóvenes quelonios, la bióloga se refiere a un estudio previo de traslado a de cría y de cría en cautividad de Kempi, entre Texas y México, que ahora está empezando a dar frutos porque las tortugas tardan unos 20 años en volver a desovar. “Parece que la impronta se produce durante la incubación y entrada al mar, entre otros estímulos, pero todavía no se sabe bien”. De todas formas, agrega Abella, “las tortugas que nos visitan, no han nacido aquí, y aquí están decidiendo hacer sus puestas. Han roto la filopatria y los patrones de comportamiento. Con esto, se dice todo”. Tal es así que en realidad “no sabemos qué harán” en un futuro, pero con la cría en cautividad, se mejorará la supervivencia y sí sabemos que se adaptan bien al medio salvaje. El resto un misterio que sabremos en unos 30-50 años”, deja en el aire Abella, que es también una de las coordinadoras del programa de difusión Caretta a la vista!.

En 2019 nacieron 21 tortugas

En el verano de 2019 un ejemplar de tortuga boba depositó en la cala Arturo, de Calblanque, 66 huevos, de los que nacieron finalmente 21 crías, de las cuales 11 se desarrollaron en el Centro de Acuicultura Marina del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), en San Pedro del Pinatar, y el resto fueron trasladados a Valencia por técnicos de la Dirección General de Medio Natural.

Durante el transcurso del año, las pequeñas tortugas han sido alimentadas y controladas, garantizando su crecimiento y evolución, y actualmente se encuentran todas en el 'Arca del Mar', del centro valenciano, ultimando su adaptación al medio marino antes de ser liberadas, próximamente, en costas de la Región de Murcia.

El año de tortugas marinas a nivel nacional, según repasa María José Gens, ha sido bueno porque en todo el Levante se han detectado 11 nidos, desde Cataluña hasta Andalucía, incluyendo Baleares, confirmando el incremento de anidaciones que se ha venido produciendo desde 2005.

Aquí, a estos nacimientos de ayer se suman las cuatro crías localizadas en una cala de Calnegre en días pasados, que también se encuentran en el CRFS.

El nacimiento de anoche "se trata de un nuevo éxito para el medioambiente y la conservación de la fauna, que se corresponde con el esfuerzo que la Comunidad y toda la sociedad vienen realizando en los últimos años con el programa Territorio Tortuga, con medidas que favorecen el acercamiento de la tortuga boba a las playas, así como la puesta de nidos", celebra Perona, quien agradece la labor del personal de Medio Natural, así como de los voluntarios, asociaciones y personal de seguridad que durante todo el verano "han dedicado su tiempo a contribuir a la conservación del nido".

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El director general del Medio Natural y personal del Centro de Recuperación de Fauna 'El Valle', contemplando las tortugas nacidas anoche en La Manga. Ambas imágenes: CARM

Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.