Paco Montoro, veterinario y experto en quebrantahuesos
"Me hipnotiza la forma de volar del quebrantahuesos"
"El quebrantahuesos es un ave objetivamente especial" arrancaba ayer su charla en Murcia uno de los mejores conocedores de la especie, Paco Montoro García, doctor en Veterinaria, naturalista y entusiasta del animal. En su ponencia, titulada 'El regreso del quebrantahuesos al sureste peninsular. Biología y Conservación', en una sala completa y con lista de espera, habló de las características de esta "águila arrepentida", de sus amenazas y su futuro. Repasó parte de su trabajo como estudioso de la especie, detalló los avances del proyecto de reintroducción en Andalucía, mostró algunos vídeos inéditos, contó varias anécdotas y, a pesar de ello, se dejó mucho en el tintero "porque si entro en detalles... es que no me da tiempo", se lamentaba.
Para Montoro, la belleza y exclusividad de esta ave "ha sido objeto de infinitos halagos", pero se lo merece por sus viajes, su escasez, su enorme tamaño, su alimentación y, sobre todo, su vuelo: "Me hipnotiza la forma de volar del quebrantahuesos, es lo que más me encandila", suspira.
El 'quebranta' vuela muy bajo y muy lento, fijándose mucho -no en vano, su comida no se mueve y puede parecer una piedra- y va cosiendo la ladera con pasadas constantes. La montaña es el paraje que más le gusta, le encantan estos vientos. Y además remonta las térmicas con mucha facilidad. Todo ello, ayudado por su bajo peso y su plumaje: "es el ave europea con la cola más larga en términos absolutos" y tiene una característica superficie de sustentación gracias a sus estrechas alas. Con todo ello, despliega su dominio del aire, aunque los primeros días de vuelo, tras abandonar el nido con unos cuatro meses de edad, "aparcan fatal y aterrizan muchas veces donde pueden, no donde quieren". Eso sí, "en campo libre va perfecto", dice, "en el aire es un auténtico prodigio, es un ave construida para volar sin ningún tipo de cortapisa". Y aún estando como está muy acostumbrado a la presencia de este original buitre, verlo volar es siempre un espectáculo, de manera que se deleita relatando cómo, con sus casi tres metros de envergadura, lo ha tenido a diez o veinte metros sobre él, levantando la cola para mantenerse en cota y marcando los codos para que no se lo lleve el viento.
Por contra, en el suelo no se defiende bien, "no se mete con un buitre leonado, que pesa dos o tres kilos más que él, y ni siquiera con un cuervo", apunta el técnico. De hecho, es un carroñero solitario y territorial. El hueso no es un recurso tan abundante como la carne y, con su bajo peso, mejor no tener que pelear por él. Además, “encontrar tres huesos tirados en una ladera no es nada fácil”, pero es un animal "con muy buena memoria" que se acuerda de dónde ha dejado un resto, y hasta parece memorizar en qué lugar ha visto una reunión de buitres dando cuenta de una comida, cuyos restos podrá luego aprovechar... Y siendo como es la única ave del planeta que se alimenta de huesos, limpia el campo de animales muertos y por eso "¡hay que conservarlo a toda costa!", advirtió.
El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus, el 'buitre barbado') no mata -salvo a algunas tortugas que lanza desde las alturas-. En este sentido, compara el divulgador granadino, “es una águila arrepentida de cazar”, y lo considera mucho más parecido a las águilas e incluso a los milanos, que a los buitres.
Bilmunda, Hortelano, Encina, Viola, Royal -muerto por un tiro-, Tranco, Sansón o Marchena fueron citados ayer varias veces en la sala y, cómo no, Tono, "el Quebrantahuesos Perfecto", muy conocido por sus largos desplazamientos y uno de los preferidos por este estudioso porque "lo hace todo bien".
También Rayo, el que más ha visitado la Región de Murcia (hasta ahora, el quebrantahuesos se ha asomado al Noroeste, Altiplano, Cieza y Sierra Espuña). Montoro, que repasó también el área de distribución de la especie y la crónica de su extinción en el sureste peninsular, aclaró que el último avistamiento no fue en el 86, como se dice, sino en 1988, mientras que en Pirineos quedan unas 120 unidades reproductoras -unos 700 en total-. Recordó los últimos ejemplares cazados en la Región pero también el descubrimiento por el ornitólogo alemán Reinaldo Brehm del antiguo nido en la Cresta del Gallo, del que se habla hasta 1857, y, en 2007, el de Sierra Espuña, que se cree que estuvo ocupado a mediados del siglo XX. No apuesta mucho por su llegada a la Región porque, como nosotros, "van al bar que está más lleno" y, por ahora, ese lugar es Andalucía gracias al proyecto de reintroducción de la especie. "Aunque eso no quita para que a largo plazo vuelva a Murcia". No en vano, añade, "las sierras del Noroeste de Murcia son una prolongación de las de Andalucía, y viceversa, así que puede que tarde o temprano vengan por aquí". Al respecto, recuerda que "anida en lugares muy bien resguardados" así que si viene "y ojalá lo haga pronto", se va animando, "las oquedades escogidas estarán orientadas al norte porque odia el calor, y aquí hace mucho...".
La costumbre de la rapaz de bañarse en aguas rojizas, los nidos, sus mimos, cuidados y atenciones como padres, los rompederos, los dormideros o las marcas que dejan en ellos fueron otros de los temas desgranados en la ponencia, entre vídeos y diapositivas. Y sus amenazas: los disparos -antes deliberados y que afortunadamente ahora van a menos-, los tendidos eléctricos, el expolio, las molestias y, por encima de todo, el veneno. “Es un disparate, no podemos permitir que existan cebos envenenados en el campo. Pocas bromas con esto, hay que acabar con el veneno a toda costa”, advierte el experto.
Montoro es colaborador del proyecto de reintroducción del quebrantahuesos en Andalucía, que arrancó a finales de los 80. Está liderado por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, mientras que la Fundación Gypaetus se encarga del Centro de Cría del Quebrantahuesos de Cazorla. “En Andalucía el quebrantahuesos se extinguió por incultura, teníamos que devolvérselo a la naturaleza”, reclama. Ahora, tras mucho trabajo, la Consejería y su socio en esta andadura, la Vulture Conservation Foundation, han recopilado hitos importantes, en los que ha tenido la suerte de participar. Así, reportó la primera observación, tras la extinción de la especie, de un ejemplar lanzando un hueso para romperlo, y es el creador de una réplica de huevo que es capaz de engañar al 'quebranta' más espabilado. Es algo esencial, porque la especie es cainita: el primer pollo nace antes y es el que come bien, llevando a la segunda cría a la muerte por inanición. Por eso, se retiran ambos huevos del nido y se sustituyen por huevos artificiales, habitualmente de escayola y que han sido mejorados con éste nuevo de resina. Los huevos de verdad se incuban en el laboratorio y eclosionan allí supervisados para poder ayudar a los pollitos si hubiera algún problema. Se alimentan durante unos pocos días, y después se llevan a la adopción bien por sus padres de verdad, bien por otros adoptivos, quienes normalmente los aceptan y se entregan a su crianza. Tres meses después habrán crecido lo suficiente para poderlos liberar. A los cuatro meses de edad levantarán el vuelo, aprenderán a buscar comida por su cuenta y se independizarán. Cuando alcancen la madurez sexual, con seis o siete años, se reproducirán.
Y otro logro es el “resultado excepcional de éxito en los nidos” ya que en las dos parejas instauradas en libertad hasta ahora, de cinco intentos de cría han volado cinco pollos. Además, el esfuerzo invertido en el proyecto ha servido para liberar hasta 54 ejemplares a lo largo de los años, de los que estima que ahora habrá unos 35. “Me he emocionado mucho al ver la silueta del quebrantahuesos volar de nuevo en Andalucía”, reconoce.
Y en estos días mira a su futuro con algo de incertidumbre. La política influye sobre los planes de conservación, y ahora es momento de cambio en la Administración andaluza, mientras que el proyecto sigue necesitado de un respaldo. En este sentido, cree que van a apostar por su continuidad “porque la relación coste/beneficio es adecuada”, pero el veneno es otra historia. “La lucha contra el veneno es desagradable y políticamente poco rentable. Si no lo buscas, no lo encuentras; pero si lo encuentras, tienes que hacer algo”. Y, hasta ahora, en la mayoría de los casos investigados sobre muertes de quebrantahuesos, el veneno lo habían puesto los ganaderos, así que “no lo veo tan claro; suele ser más importante el pastoreo o la caza que la vida de un quebrantahuesos, pero ojalá me equivoque”, deja caer al final de la tarde.
Estupendamente organizada por César Gómez, del Centro de Estudios Murcia -quien recordaba al inicio de la charla el impacto de sus primeros encuentros con plumas de esta ave-, hubo mucha gente que se quedó sin plaza, así que "no descartamos hacer otra convocatoria en Murcia" para volver a invitar a Montoro, “los ojos y la voz del quebrantahuesos en su vuelta al sureste peninsular”. Estaremos atentos, escucharle es una delicia y el quebrantahuesos se lo merece.