Los picos azules, la depuración del agua y un modelo de desarrollo sostenible

A punto de finalizar el proyecto LIFE 'Conservación de la malvasía cabeciblanca en la Región de Murcia'

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El proyecto LIFE sobre la conservación de la malvasía cabeciblanca en la Región llega a su fin. Han sido cuatro años de trabajos, y entre los logros está no solo el hecho de difundir la difícil situación mundial de este pato buceador cuyo pico se pinta de azul vivbrante en época de celo, y de dar a conocer su afortunada querencia por la Región para construir sus nidos. Gustavo Ballesteros, coordinador del Proyecto LIFE 'Conservación de la malvasía cabeciblanca en la Región de Murcia', destaca también, como hecho significativo, el "poder mostrar que es posible depurar el agua de nuestros pueblos y ciudades, generar con esa agua nuevos hábitats lacustres para la conservación de la naturaleza, que llegan a acoger especies mundialmente en peligro de extinción como la malvasía cabeciblanca, y usar después esa agua principalmente para riego agrícola. Es decir, poder mostrar el funcionamiento de un modelo de desarrollo sostenible".

Para Ballesteros, esta "creación de nuevos hábitats lacustres que son colonizados por multitud de especies de flora y fauna, y en especial, la malvasía cabeciblanca" es el resultado más apreciado, pero recalca que prácticamente han alcanzado la casi totalidad de sus objetivos, "no sin muchas dificultades" como superar los complicados trámites administrativos agravados en un periodo de crisis económica, hace notar.

Los trabajos se han realizado en los tres humedales de la Región donde esta especie es nidificante: lagunas de Campotéjar, en Molina de Segura; lagunas de Las Moreras, en Mazarrón; y lagunas de Las Salinas, en Alhama de Murcia. "Las lagunas de Campotéjar son mucho más grandes que los otros espacios, por tanto hay más hábitat donde crían más parejas nidificantes y hay mayor población invernante que en los otros dos espacios", aclara el experto. Pero, en realidad, la podemos ver en cinco enclaves, uno más que cuando empezó el Proyecto LIFE. Así, también la tenemos, en este caso como invernante, en las lagunas del Cabezo Beaza (Cartagena) y en el embalse de Santomera cuando la salinidad es baja. Y, como sexta localizacióin, recientemente se ha instalado en Alguazas. Eso es bueno. "La malvasía cabeciblanca es una especie que, cuando encuentra un humedal adecuado, se queda para siempre, por tanto, lo que hay que hacer es cuidar los humedales donde está para que sigan teniendo el hábitat adecuado y la tranquilidad suficiente que necesita", anima Ballesteros, quien se alegra de que "la población de malvasía cabeciblanca en la Región de Murcia goza de muy buena salud". 

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Es de destacar que esta anátida es mucho más exigente a la hora de escoger los humedales donde nidificar, en los que busca determinadas características de profundidad, vegetación y fauna -sobre todo, ausencia de determinados peces-, que cuando elige un punto de agua donde pasar el invierno.

A grandes rasgos, indica el técnico, la presencia de malvasía en la Región de Murcia fluctúa a lo largo del año entre unos 50 y 250 ejemplares, sobre una población europea que se localiza solo en España y que se sitúa en torno a los 1.500-2.000 individuos, ligeramente por debajo del máximo alcanzado hace unos años. En el país, se distribuye entre humedales de Andalucía, Murcia, Valencia y Castilla-La Mancha, principalmente. Y también está presente en otros lugares del planeta, como en Marruecos o Túnez.

malvasia_cabeciblanca_aleteo_ecv.jpgLa primera cita de malvasía cabeciblanca en la Región se produjo en el embalse de Santomera en el año 2000. Antes no hay ninguna cita. "En Murcia tenemos las máximas concentraciones en verano y a principios del otoño, cuando el resto de los humedales ibéricos están muy mal de agua ya que dependen en gran medida de las precipitaciones; y las mínimas, tras las lluvias otoñales, donde la población de malvasía se dispersa en un rosario de humedales ibéricos", describe Ballesteros. Así pues, es un momento idóneo para ir a verla.

Pero el proyecto LIFE finaliza el próximo mes de septiembre.

Y ahora surgen nuevos propósitos. Tras haber dado a conocer a la sociedad "espacios muy interesantes para la conservación de esta especie tan amenazada", apunta el experto," se nos genera el reto de regular el uso que la sociedad realice de estos espacios, como conseguir que todos las personas que quieran puedan visitar estos sitios sin causar ningún impacto a la flora y a la fauna, o cómo llegar a la gente para que entienda las regulaciones y limitaciones que se están implantando".

En este sentido, defiende que desde la Dirección General de Medio Ambiente y en colaboración con los tres ayuntamientos socios del Proyecto, se pretende "afinar todo lo que se pueda para que las personas puedan disfrutar de estos espacios sin causar el mínimo daño a la flora y la fauna", y avanza que "no descartamos pedir otro Proyecto LIFE para profundizar aún más en la conservación de la malvasía cabeciblanca. Lo evaluaremos en esta nueva convocatoria LIFE de la Unión Europea. En todo caso, pensamos que lo más importante ya se ha realizado con este Proyecto LIFE y que lo que toca ahora es mantener lo que se ha creado e ir resolviendo día a día los nuevos retos que se vayan presentando".

Porque, resume, "estamos muy, pero que muy satisfechos" con lo realizado hasta la fecha. Han sido cuatro años "intensos donde hemos trabajado con los ayuntamientos de Molina de Segura, Alhama de Murcia y Mazarrón, con Esamur y los responsables de la depuración de aguas de esos municipios, con agricultores que utilizan el agua depurada, con la población local, centros escolares, ecologistas, con los responsables de la conservación de la malvasía de otras comunidades autónomas y del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. De todos ellos hemos aprendido muchas, muchísimas cosas sobre la interrelación existente entre los aspectos sociales, económicos y la conservación de la biodiversidad, ya que todo está interrelacionado", concluye Ballesteros.

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Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.

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Un azul vistoso para buscar pareja

La malvasía cabeciblanca (Oxyura leucocephala) recibe su nombre del aspecto más habitual que presenta el macho a lo largo del año. De lejos, su cabeza blanca, casi de un blanco puro, se destaca como una bola de billar sobre el agua. Pero no hay que confiarse, en ocasiones adquiere un color oscuro, por completo en los jóvenes, y por zonas en los adultos. Sobre todo, cuando se extiende hacia abajo la franja oscura que le cruza la cabeza de la frente a la nuca, y que puede alcanzar la zona alta del ojo; o cuando les recrece el plumaje oscuro de la nuca.

Por su parte, las hembras tienen partes de la cara blancas, pero les atraviesa la mejilla una franja oscura. 

El cuerpo, en ambos géneros, es pardo, de ocre a rojizo, más apagado en las hembras. 

En todo caso, para distinguir la especie, conviene fijarse en su pico, que es robusto, con un puente muy notorio, como engrosado; y en su cola, que se aprecia bastante larga y, por lo común, la llevan levantada, apuntando al cielo.

En cuanto al azul del pico, no es un rasgo fiable todo el año, ya que solo lo exhiben así de llamativo durante la búsqueda de pareja, y solo los machos. El resto del año, puede verse azul grisáceo muy pálido o del todo gris. Para el mes de mayo, ya aparecen los picos azules en todo su esplendor, que iniciarán el declive en otoño.

Los nacimientos de los nuevos patitos tiene lugar entre mayo y septiembre, y en poco más de un mes están listos para abandonar al nido y a la madre e ingresar como jóvenes miembros del bando.

Puedes profundizar en el conocimiento de la malvasía cabeciblanca y en las acciones desarrolladas para su conservación en la página web dedicada a este proyecto LIFE y en el blog.

El contrincante: la malvasía canela, que no está en la Región

Como ocurre muy a menudo, la presencia de una especie extraña al paisaje, venida de fuera, compite con las especies autóctonas y, a menudo, gana la batalla. El gran competidor de la malasía cabeciblanca es la malvasía canela, llegada de América del Norte y que fue asilvestrada en los años 60 en Inglaterra. Allí fue aumentando de población y algunos ejemplares empezaron a migrar, alcanzando la Península Ibérica a partir de los años 90, donde se encontró con la escasa población de malvasía cabeciblanca, con la que se hibrida.

La malvasía canela es muy parecida a la cabeciblanca. Algo más pequeña, presenta también la cola larga apuntando hacia arriba y hasta la coloración azul del pico; si bien la gran diferencia es que éste no exhibe el notorio engrosamiento de la cabeciblanca. Además, el plumaje de la cabeza también difiere de la autóctona, sobre todo en las hembras, aunque debido a las distintas apariencias que adquieren las cabezas de una y otra especie, a primera vista pueden confundirse si el observador no es un experto.

Como se vio que hibridaba con la población autóctona poniendo en peligro su supervivencia como especie, los expertos españoles -coordinados a través del Ministerio de Medio Ambiente y después con expertos de otros países con los que se tiene relación a través de distintos foros de la Unión Europea y los Convenios de Naciones Unidas para la conservación de la fauna-, llegaron a la conclusión de que, de no actuar, "se extinguiría delante de nuestras narices la malvasía cabeciblanca antes de que finalizara el siglo XX", resume Gustavo Ballesteros, coordinador del Proyecto LIFE 'Conservación de la malvasía cabeciblanca en la Región de Murcia'. Por eso, añade, se adoptaron rigurosas medidas de erradicación de la malvasía canela en ambos países. "Felizmente, ha sido erradicada en España y quedan muy pocos ejemplares en Inglaterra, por lo que se espera que en breve también haya sido erradicada allí", cuenta animado.

En el caso de la Región de Murcia, entre el año 2000 y el 2010 se abatieron seis ejemplares y desde 2010 no se ha vuelto a observar la presencia de ésta especie. "Por suerte no tenemos ni en Murcia ni en España ningún ejemplar de malvasía canela", suspira el doctor de la Universidad de Murcia.