Según experimentos del Centro Oceanográfico de Murcia

Las praderas marinas mediterráneas más profundas podrían despoblarse si continúa el aumento del calor

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Investigadores del Centro Oceanográfico de Murcia, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía (IEO), consideran que las praderas mediterráneas más profundas, y en concreto las de Posidonia oceanica, son las más susceptibles de sufrir una importante despoblación en los próximos años si continúan las olas de calor o si se endurece el cambio climático.

A través de varios estudios, los investigadores han hallado que estas praderas son más sensibles al estrés por calor, lo que las convierte en más vulnerables al calentamiento global y, en consecuencia, hace que sea previsible su regresión en las próximas décadas.

Las praderas marinas mediterráneas, que según el estudio del IEO se verían afectadas por el aumento de calor, incluyen plantas como la Posidonia oceanica y la Cymodocea nodosa. Estas especies forman hábitats complejos y sus ecosistemas se hallan entre los más valiosos del planeta debido a los numerosos servicios ecosistémicos que desempeñan, como la protección de la costa de los temporales marinos, el mantenimiento de la calidad del agua y de los recursos pesqueros, el reciclado de nutrientes y el control del cambio climático.

Al respecto, desde la página web del IEO indican que el cambio climático global está incrementando la aparición de olas de calor en la región mediterránea, causando incrementos anómalos de las temperaturas máximas durante periodos prolongados de tiempo. Estos eventos extremos intensifican y prolongan la estratificación de las aguas del Mediterráneo amenazando la supervivencia de los organismos que pueblan nuestras costas como son las praderas marinas de Posidonia oceanica y Cymodocea nodosa.

De hecho, el primero de los estudios publicados se refiere a la Posidonia oceanica. Según Juan Manuel Ruiz, coordinador del trabajo que ha rendido estas conclusiones, el máximo de tolerancia de las plantas de Posidonia en cuanto a temperatura del agua se halla un poco por encima de los 28ºC, rondando los 28 y los 32ºC, "y estamos alcanzando estos máximos en los últimos años. Si seguimos con esta tendencia podrían empezar a verse efectos en las poblaciones en las siguientes dos décadas, principalmente un descenso de la densidad en un porcentaje visible en determinadas zonas de la superficie de las praderas", avanza el doctor en Biología.

Las praderas de Posidonia oceánica ocupan en la Región una extensión de unas 11.000 hectáreas, de las cuales un tercio se pueden considerar profundas, es decir, que viven a partir de unos 20 metros, pudiendo alcanzar los 25 - 31 metros, donde hay menor incidencia de la luz. Las praderas se extienden en una banda litoral en ocasiones interrumpida, y las zonas más anchas se localizan entre La Manga y Calblanque.

El estudio muestra que las plantas de Posidonia oceanica que viven en fondos más profundos son menos tolerantes y tienen una menor capacidad de aclimatación al calor que aquellas que viven en suelos más cercanos a la superficie del mar.

El trabajo, publicado en la prestigiosa revista científica Scientific Reports, incluye los estudios moleculares y fisiológicos de las plantas y describe que mientras los ejemplares superficiales -que viven en un ambiente más cálido y fluctuante-, son capaces de activar mecanismos de protección y mantener su balance energético bajo condiciones de calentamiento, los profundos experimentan daños funcionales y un incremento respiratorio.

Según argumentan los científicos, estas diferencias reflejan la adaptación local de la especie y son las que sugieren que las partes profundas de las praderas son susceptibles de experimentar una fuerte regresión en las próximas décadas como consecuencia del incremento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor.

Este descubrimiento permitirá predecir con mayor fiabilidad el impacto del cambio climático en estos valiosos ecosistemas así como el establecimiento de medidas adecuadas para la gestión y conservación de las praderas marinas, de las cuales depende la salud de nuestras costas, el turismo y la pesca, añaden las mismas fuentes.

En todo caso, Ruiz señala que estos valores son una primera aproximación y que próximas investigaciones ahondarán en estos trabajos para determinar los datos con mayor precisión.

posidonia_1_ecv_pq_rec.jpgDe hecho, para llegar a estas conclusiones, los científicos han realizado varios exprimentos manteniendo las distintas plantas en condiciones controladas en un sofisticado sistema experimental del Centro Oceanográfico de Murcia, pionero en el Mediterráneo. Trabajos todos ellos relacionados con dos programas de investigación que se han centrado en la Posidonia oceanica y en la Cymodocea nodosa, integrantes de las praderas marinas mediterráneas y que se espera que pronto vean la luz. "Este es el primer estudio publicado, pero hay más muy interesantes", detalla Ruiz.

Así, en relación a la Cymodocea nodosa, el doctor en Biología avanza que "es muy diferente y más plástica, e incluso puede responder de forma opuesta, lo que se verá en otros estudios", sostiene el también investigador principal del grupo de Ecología de Angiospermas Marinas del IEO.

Los trabajos liderados por investigadores del IEO se relacionan con los proyectos Reccam y Heatgrass. Estos proyectos están siendo coordinados por Ruiz y por el investigador Lázaro Marín, actualmente en una estancia postdoctoral en la Stazione Zoologica Anton Dohrn de Nápoles.

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Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.