Marian Pérez, miembro del Colectivo Modalogía, que organiza este sábado la Fashion Revolution Day Murcia
"La sociedad no entiende el problema de la ropa"
Marian Pérez (1i), del Colectivo Modalogía, con miembros de Traperos de Emaús y de Proyecto Abraham.
Por cuarto año consecutivo la Fashion Revolution, una iniciativa mundial para reivindicar una industria de la moda "limpia en su más amplio sentido", llega a la ciudad de Murcia. Este año, el Colectivo Modalogía, que ha organizado las ediciones anteriores, se ha unido a Traperos de Emaús y a la Asociación Proyecto Abraham, para componer la Fashion Revolution Day Murcia, una jornada repleta de actividades de todo tipo, que van desde ponencias a conciertos, pasando por gastronomía, exposición, intercambio, photocall y talleres para niños y para adultos, entre otras propuestas.
Marian Pérez, miembro del Colectivo Modalogía, está inmersa en la organización. Como el resto de sus compañeros, a ello dedica estos días todo su tiempo libre y sus energías. “Lo hacemos todo ‘por amor al arte’, porque de esto no obtenemos beneficios, solo la satisfacción personal. Lo hacemos porque nos interesa el consumo responsable”, detalla. Y, en particular, se ve implicada en esta actividad “como consumidora”. En otras citas de la Fashion Revolution, cuenta esta licenciada en Antropología Social y Cultural, participan muchos diseñadores, “pero creo que el consumo es un tema bastante serio y me preocupa como persona, porque vivimos en un planeta finito. La gente se va concienciando poco a poco sobre el transporte, la comida… pero la sociedad no entiende el problema de la ropa: la contaminación que causa; las toneladas de ropa que se tiran que hace que las asociaciones que recogen ropa ya no den abasto y van a tope, que casi ni les cabe la ropa en sus almacenes; lo difícil que es introducir una producción limpia; los problemas con el reciclaje…”, enumera. Y a todo ello se añade el hecho de que “además, en cuestión de moda estamos perdiendo nuestra identidad” y, por supuesto, “el problema mayor, que es la pérdida de los derechos humanos y laborales en la producción en determinados países”. No en vano, el evento internacional nació a raíz del triste suceso del derrumbe de una fábrica de ropa de Bangladesh, en 2013, que causó más de mil muertes.
Este año, el Colectivo cayó en la cuenta de que las prendas de segunda mano, el up-cycling (más o menos, transformar la ropa, personalizarla), o el vintage (actualizar ropa antigua) estaban de moda, así que ha adoptado este tipo de acciones como protagonistas de esta edición de la feria. “Sabemos que hay que aprovechar cuando las cosas se ponen de moda, y en este caso, queremos intentar que esta moda no se pase”. En este sentido le gustaría que la Fashion Revolution Day Murcia sirviera para que cambiaran las leyes, "que mejoraran las condiciones laborales de los trabajadores del textil, que se cumplan de verdad los derechos humanos, y que se vaya teniendo en cuenta el peligro que corre el medioambiente". Y resume: "en definitiva: que exijamos transparencia y consumir responsablemente".
Y, claro, también querría, ‘al día siguiente' de la feria, “poder encontrarme con más tiendas físicas de moda sostenible o de ropa de segunda mano” porque, añade, “en Murcia existen muchos proyectos interesantísimos y muy chulos, pero el problema es que no duran. Lo bueno es que siguen apareciendo ideas”.
Y entre ellas, la de llenar el Cuartel de Artillería el próximo sábado 29 con tantas actividades y tantos voluntarios. “Los músicos, las charlas… la gente viene sin cobrar, y eso es lo que le da más valor a la cita”, apunta Pérez, quien se muestra encantada con la experiencia.
“Nuestra idea no es no consumir, porque quien tiene un negocio quiere que la gente entre a comprar, pero preferimos consumir menos y optar por cosas que duren. Sabemos que es muy complejo, pero creo que el futuro va a ir por ahí”, concluye esta experta en artículos de segunda mano y consumo responsable.
Paula Gorini - Presidenta de la Asociación Moda Sostenible
"Muy poca gente se plantea la posibilidad de salir del consumo fast fashion"
"El tema de la moda sostenible es muy nuevo. Muy poca gente se plantea la posibilidad de salir del modo de consumo habitual, la fast fashion; y con el consumo rápido no se cuestiona de dónde viene la ropa, las materias primas, su durabilidad o qué ocurre cuando es un residuo", lamenta Paula Gorini, presidenta de la Asociación de Moda Sostenible (AMS) de Murcia. Por eso, defiende la existencia de plataformas como su asociación o de eventos como la Fashion Revolution Day, en el que dos socias de la ASM van a participar con sendos puestos y en la que ella misma imparte una ponencia en la sección Micro Abierto, a las 12:40 h.
Gorini tiene desde hace tres años una marca de ropa, Arroparte, en la que vende prendas elaboradas solo con algodón orgánico (libre de productos químicos, aunque también incluye otras connotaciones, como que la semilla no sea transgénica, por ejemplo). En este tiempo ha notado que, poco a poco, la gente cada vez se interesa más por la moda sostenible o se implica en acciones que la fomentan. "La gente te va preguntando más según va conociendo la realidad de los problemas de la ropa", apunta. En su caso, recibe consultas de clientes con problemas de salud, como la sensibilidad química múltiple, que buscan productos cien por cien algodón y sin tintes. Y también clientes que prefieren ropa hecha en España o incluso en Murcia, por ser más sostenibles. Igualmente, se produce más acercamiento cuando conocen este tipo de prendas: "las tocan y se dan cuenta de la calidad que tienen, que es muy distinta a la que estamos acostumbrados. Siempre lo comparo con las camisetas de algodón de las abuelas, que duraban muchísimo", recuerda.
Cuenta, además, que no es fácil consumir ropa sostenible. Para diferenciarla, existen ya algunos sellos, "pero son muy caros y llevan un papeleo brutal, por lo que para las tiendas que están empezando se hace difícil acceder a ellos". Por eso, su uso no está muy extendido, "la industria textil aún tiene mucho camino que recorrer aquí", considera al respecto. Aún así, sostiene que hay indicios que pueden hacer sospechar que el producto no es sostenible, como el precio low cost o ciertos lugares de fabricación.
Moda sostenible, tal y como viene en la web de la AMS, es "toda aquella producción del sector textil que usa materiales orgánicos o sostenibles, recursos renovables, reduce el impacto medioambiental racionalizando el agua y reduciendo las emisiones del CO2 y evita las prácticas crueles en animales. En resumen, seguir las cuatro “R”: reducir, reutilizar, reparar y reciclar. También se incluyen criterios sociales como la producción local, el cumplimiento de la normativa laboral, el respeto de condiciones laborales dignas, el comercio justo, la solidaridad con causas sociales y la igualdad de género".