La posidonia oceánica vive otra floración masiva este año, y no es buena señal

Entrevista a Mercedes Varela, doctora en Biología Marina e impulsora del proyecto Biodivulga

La posidonia oceánica, la planta marina que tapiza nuestras costas y es singularísima seña de identidad mediterránea, está floreciendo cada vez con mayor frecuencia, y eso no es buena señal. La floración masiva de esta fanerógama, salpicada de copiosos brotes amarillos en parches significativos y en distintas localidades al mismo tiempo, solía producirse una vez cada década. Este 2023 estamos viviendo uno de estos episodios, el anterior ocurrió hace apenas dos ejercicios, y «desde hace como 15 años está floreciendo cada dos o tres años», apunta Mercedes Varela, doctora en Biología Marina.

«La floración es muy bonita pero no es un indicativo de que algo bueno esté pasando», advierte Varela, quien recuerda que hay artículos científicos relacionando este fenómeno con las altas temperaturas de nuestro mar cerrado. Ello concuerda con lo sucedido este verano, en el que el termómetro ha ascendido hasta los 29º «cosa nada habitual en el Mediterráneo, que ha experimentado estas altas temperaturas casi hasta octubre, de forma que hemos tenido un verano bastante prolongado. Esto genera un estrés potente en la Posidonia y hace que busque la forma de sobrevivir. ¿Cuál es la forma de sobrevivir que tiene la posidonia? Recombinarse genéticamente. Y eso lo hace la fecundación sexual», detalla.

Explica la bióloga que cuando los seres vivos encuentran problemas para su supervivencia porque cambian las condiciones ambientales, buscan formas para asegurar el futuro de la especie. Compara esta situación a lo que ocurre en una charca que se seca: esta circunstancia, dice, hace que los seres vivos que la habitan empiecen a reproducirse rápidamente porque la semilla y los huevos son los estadios que aguantan la desecación.

De igual forma, un aumento de las temperaturas pone en alerta a la Posidonia, y desencadena dos procesos. Por un lado, la producción de órganos de resistencia, que son los frutos; y por otro, deja de lado su sistema habitual de reproducción, que es asexual -que genera copias genéticamente exactas de los individuos-, y apuesta por la reproducción sexual, que conlleva la recombinación de sus genes y originará individuos con distintas características genéticas. Todo ello, «porque en la diversidad genética está el éxito de la supervivencia. Así que la reproducción sexual hace alusión a que hay un estrés, una alerta. Como respuesta, los frutos serán nuevos individuos con una mezcla genética diferente a los parentales».

Frutos adelantados

Estas recientes floraciones masivas se están observando en toda la costa mediterránea. Además, el año pasado se vieron también frutos mucho antes de tiempo -su época normal es finales de primavera, como es habitual en la mayoría de las plantas acuáticas o terrestres-. «Ver esta floración nos está alertando sobre el estado de todo el ecosistema. Pero no solo está esta pista, hay un montón de indicios más que nos están advirtiendo de cambios en el Mediterráneo. Entre ellas, la cantidad de especies invasoras que están accediendo a estas aguas. Hay algas del mar Rojo que, con estas temperaturas, logran adentrarse más en los ecosistemas acercándose hacia el Mediterráneo Occidental. Hay también cambios en los ciclos biológicos de distintas especies… hay muchas alertas de distinta índole que indican que el mar Mediterráneo está sufriendo un cambio», se preocupa la científica.

Este cambio, agrega, es perjudicial porque «hay un impacto en la pérdida de la biodiversidad, un impacto en los ecosistemas tal y como los conocemos, aunque esto no significa que lo que venga vaya a ser peor, eso no lo sabemos», detalla.

Para entender mejor estos cambios, Mercedes Varela ha iniciado un proyecto denominado Biodivulga, que lleva a cabo a través de su empresa Posidonia Ecosports, dedicada desde hace más de una década al buceo, divulgación y estudio del medio marino. Biodivulga es un proyecto de ciencia ciudadana que va a escudriñar la biodiversidad marina de la provincia de Alicante con el fin de ampliar el conocimiento en este campo y ofrecer datos de apoyo a los científicos. A lo largo de este ejercicio realizarán varios seguimientos, pero dado que este año la posidonia ha florecido masivamente, y que una parte importante de la biodiversidad es esta biodiversidad genética, se ha comenzado el análisis por este fenómeno. Más aún, teniendo en cuenta que esta especie, que crea los bosques sumergidos más característicos de este mar, «tiene una extraordinaria importancia biológica y ecológica, ya que interviene en el mantenimiento y equilibrio del sistema litoral y marino, y que a pesar de los numerosos estudios realizados sobre las praderas de fanerógamas marinas y en concreto sobre las de Posidonia oceanica, es mucho lo que todavía se desconoce de ellas».

Primeras inmersiones

MAYOR CONCIENCIACIÓN HACIA LA POSIDONIA

La Posidonia oceánica es cada vez más conocida. «La conciencia de la gente ha ido cambiando. Cuando hace 20 años preguntabas qué era la Posidonia nadie tenía ni idea; es más, la gente la consideraba como basura que había en la playa. Y todo eso ha ido cambiando, la sociedad se ha hecho más consciente de todo lo que pasa, la información llega más lejos», se alegra Mercedes Varela, doctora en Biología Marina.

 

CIENCIA CIUDADANA

La científica considera que «en general, la ciudadanía tiene una necesidad de proteger y conservar aquello que quiere. Y ahora los ciudadanos pueden participar en la conservación de los ecosistemas de manera mucho más directa que antes a través de estos proyectos de ciencia ciudadana, y no solo mediante donaciones o acudiendo a eventos. Ahora, la conservación de las áreas está basada en una gobernanza común, en que todo el mundo pueda participar y tener su trocito de responsabilidad».

Para ello, el fin de semana pasado realizaron las primeras inmersiones en el marco de Biodivulga, en una convocatoria abierta al público. La metodología incluye el trabajo con transectos y muestreos en el que participan diversidad de personas que ocupan un rol según su formación y experiencia en el buceo. Alguien con práctica en muestreo puede contar cuántas flores hay dentro de un área conocida, mientras que otros buceadores menos experimentados sostienen las cuadrículas o estiran la cinta métrica; y personal sin experiencia puede ocuparse de las tareas de tierra, ayudando a los buzos a salir del agua o descargando las fotos. A la llamada acudieron muchos alumnos de Ciencias del Mar, de Ciencias Ambientales y Biología, así como otros usuarios de Posidonia Ecosports, rondando las seis decenas de voluntarios. Tal y como esperaba, la floración está siendo bastante elevada. Han conseguido muchísimas observaciones, han obtenido un montón de datos y «todo el mundo ha visto flores», asegura.

En futuras acciones visitarán otros puntos de la provincia para tener una comparación. Varela ya controla hasta cinco playas en las que ha constatado floración. La ‘foto’ que extraigan de este proyecto, que se va a desarrollar en Alicante, es extrapolable a las comunidades colindantes con las que comparte ecosistemas. No en vano, en Murcia también se ha detectado floración masiva. De hecho, cualquier paseante por la costa puede estar atento porque, al igual que sus frutos –las olivas–, las flores también se ven cuando han sido arrastradas de los fondos por tormentas y oleajes. «La diferencia es que el fruto es muy evidente, pero la flor, hasta que alguien no te dice que es una flor, parece un trozo normal de posidonia. Siempre les digo a los participantes que, cuando bajemos a bucear, les voy a enseñar una flor y que se concentren en ella. Y que cuando luego levanten la vista, van a ver que todo está lleno de flores. Pero hasta que alguien no te señala esta primera flor, pasan totalmente desapercibidas», avisa.

De este modo, ante estas observaciones de ramilletes de flores –no un espécimen aislado–, es recomendable avisar a Posdonia Ecosports así como a otras organizaciones que recaban esta información, tales como Observadores del Mar, e Centro de Investigación Marina (Cimar) de la Universidad de Alicante o la Universidad de Murcia. Tras el aviso, las distintas entidades estudiarán si se pueden acercar a realizar mediciones.

En todo caso, esto es el principio. A lo largo de al menos un año estudiarán otros aspectos de esta planta, como la consiguiente fructificación. Y en un mes iniciarán transectos de fauna y flora general en distintos puntos de la provincia de Alicante, alternando zonas con y sin protección para poder comparar qué es lo que está pasando en las áreas marinas bajo diferente sistema de gestión. El proyecto toma datos de manera estandarizada para que puedan ser comparados con otra información cosechada por los científicos. «Se trata de que todo este esfuerzo sea trabajado desde un punto de vista científico y pueda ser publicado. Buscamos que todo ello sirva para contribuir a la ciencia», defiende la investigadora. Si bien la información aportada cada año ya será útil para los científicos, la idea es que Biodivulga continúe –con la ayuda de patrocinadores– para poder comparar los datos de un ejercicio a otro y extraer conclusiones, y para acercar a todos los voluntarios, a través de esta ciencia ciudadana, al conocimiento y defensa del medio marino y su increíble y frágil biodiversidad.

REPOR RELACIONADO: El espectáculo de la floración masiva de la Posidonia oceanica (7 Dic. 2012)

Relación de imágenes:

1- Posidonia oceánica en flor (en el centro). Imagen: Posidonia Ecosports.

2- Un buceador, fotografiando una pradera de posidonia cuajada de flores. Extracto de vídeo de Posidonia Ecosports

3- Frutos de la posidonia, conocidos como 'olivas de mar'. Foto: Cimar. Ver repor: 'Se buscan "olivas de mar", el fruto de la Posidonia. Si los ves, avisa' (2023-08-03).

4- Primeras inmersiones del proyecto Biodivulga, de Posidonia Ecosports, el fin de semana pasado. Imagen: Posidonia Ecosports.

5- Mercedes Varela imparte una charla formativa. Imagen: Posidonia Ecosports.

6- Fondos de Posidonia oceanica en la Región de Murcia. Imagen: CARM.

Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.