Mariposa del Gusano de Seda de origen español localizada en Corea del Sur.

La legendaria ruta de la seda, que comunicó Europa con China y hunde sus raíces en el siglo VIII, ha engendrado nuevos brazos, y en el siglo XXI alcanza lugares tan inesperados como Japón, Corea o México. Se trata, efectivamente, no de la mítica senda comercial, sino del rastro que han dejado las distintas razas de gusano de la seda (Bombyx mori) que antaño surgieron en España y que un día fueron exportadas para probar suerte en otros destinos. Estas razas constituyen un patrimonio genético y cultural desconocido en nuestro país y que la Asociación Española para la Recuperación, Conservación y Estudio del Gusano de Seda Autóctono (Aercegsa) quiere recuperar.

Aercegsa ha seguido la huella genética de las razas españolas y ha encontrado cinco nuevas líneas biológicas: una en México, otra en Corea del Sur y nada más y nada menos que tres en Japón. Lo cierto es que la historia de la búsqueda y recuperación de este material tiene una pizca de épica. Las relaciones con Japón han sido las más fluidas. Su descubrimiento fue casi fortuito, pues se sabía que del país nipón llegaron ejemplares que sustituyeron a los europeos cuando estos cayeron bajo una plaga que prácticamente los exterminó a finales del siglo XIX. No se conocía que lo que se produjo, en realidad, fue un intercambio de muestras, pero es un hecho que no sorprende. Gracias a ello, hoy, en Japón, mantienen estas razas que ellos llaman 'europeas' para su distribución interna. Pero Japón es un país tercero para la Unión Europea, y ha habido que ir acomodándose a distintas normas legales y condiciones que ha impuesto el Ministerio para el mantenimiento de gusanos en cautividad. La situación actual es que tanto el banco de germoplasma (por aquello de la semilla o simiente del gusano) del país oriental como el Ministerio español están de acuerdo en la compraventa, y en breve llegarán a España las primeras dos puestas. El esfuerzo económico recae en la asociación, y gracias a ello se harán con unos 200 huevos. “Es poquito”, detalla Francisco Javier Jurado, presidente de Aercegsa, quien confía en la viabilidad de la muestra... y en la disposición de los 15 'socios conservadores' de la asociación, que son quienes cederán sus fincas de moreras para alimentar a los recién nacidos.

Corea del Sur y México son escenarios más delicados -aunque no hay que olvidar que en el país nipón, la nuestra es considerada como 'raza foránea'-. El primero de ellos está en situación casi pre-bélica y Jurado relata cómo una de sus cartas para ponerse en contacto con la entidad que mantiene las razas españolas fue detenida en la Aduana. Aún así, no cejan en su empeño de establecer relaciones y lograr la salvaguarda del material genético. Y en México, solo hay cuatro criadores, de un pequeño pueblo indígena en los territorios de Oaxaca, que trabajan con un gusano que allí califican como 'criollo'. Jurado tiene especial cariño a esta raza, ya que es la protagonista de uno de sus trabajos de investigación, amén de tratarse de los descendientes de los ejemplares que Hernán Cortés llevó en propia mano al país y que sobrevivieron a una importante fumigación de mediados de los años '60 que acabó con el resto de las poblaciones locales.

Estos dos países sirven como ejemplo de la frágil posición en la que se encuentra en algunos lugares este capital histórico. “Son razas españolas que las instituciones nacionales no conocen y están siendo conservadas por ahí fuera; pero no se critica que estén fuera, sino que pedimos a los españoles que se den cuenta de que tienen fuera un patrimonio biológico importante”, reclama Jurado. Añade, además, que “aquí va a existir un interés propio por conservarlas y es un modo de protegerlas, por ejemplo, de las plagas”.

Pero la asociación no se detiene aquí, ya que está siguiendo indicios de otras posibles razas en otros lugares, como Italia o Filipinas. Mientras tanto, defienden que en España, hoy, existen dos razas autóctonas: una de ellas se criaba precisamente en Murcia y la otra en Almería; al tiempo que han desestimado una tercera. Son pocas, en relación a las 13 razas que hubo hacia 1910, una situación que no se espera volver a alcanzar.

Ahora, para difundir la existencia de estos ejemplares diseminados por el mundo y dar a conocer los resultados de sus investigaciones sobre estas razas 'en el exilio', han elaborado un manifiesto con el que solicitan a las instituciones que participen en la recuperación de estas razas. El documento, al que los particulares pueden adherirse, puede consultarse en la web.

Este manifiesto sirve también para impulsar la actividad de la asociación. Al fin y al cabo, su empeño es el empeño personal de cada uno de los socios. Al respecto, Jurado indica que “en España no existía ninguna asociación dedicada a la recuperación de razas autóctonas, y nuestra idea es colaborar a que el patrimonio no se pierda”. Así, el objetivo final es que “alguna entidad pública quiera hacerse responsable de este patrimonio”, porque, dice, la asociación lo va a criar “siempre”. 

Germoplasma de Gusano español de Corea del Sur,