Joaquín Araújo: «No sigan estando contra la vida»
La mañana amaneció más fría de lo previsto este sábado en la pedanía de El Niño de Mula. De cuando en cuando, el viento desprendía los pétalos de los almendros y brillaban sobre sus flores las gotas de lluvia. En esa inesperada intemperie de barro que se aferraba a las botas, Cristóbal Gabarrón desplegó su intensidad pictórica para crear, sobre un gran lienzo, una obra que reuniera arte y naturaleza, biodiversidad y creación. Con ello, arrancaba su iniciativa artística bautizada como 'Ámbito' que recalará en varios enclaves naturales de todo el planeta y que inauguraba los actos de conmemoración del 30 aniversario de la Fundación Gabarrón. Quiso el artista internacional rodearse para ello de amantes de ambas disciplinas. Y entre pintura, poesía, música y danza, convocó también al conocido naturalista Joaquín Araújo, un mago de la palabra y el sentimiento.
Araújo, con acento porque así lo ha decidido
A los reporteros nos cuesta saber cómo escribe el maestro su apellido, así que se lo preguntamos. Y resulta que el apellido nació huérfano de tilde. Pero ahora lo escribe «con acento por decisión propia -nos dice-, porque me gustaba la sonoridad que hacía con el acento del nombre, de Joaquín», apunta.
De manera que aunque originariamente no precisara de la tilde, su dueño se la dibuja. Ahí queda.
«Lo absolutamente fundamental es que lo único que podemos exhibir como un auténtico llamamiento a una rebelión, a una desobediencia, a una elección cada día más crucial es que aquí, de lo que se trata es de estar con la vida o estar contra la vida», respondió contundente Araújo a las preguntas de elclickverde. «Ya sea plantando árboles o como se quiera, pero no sigan estando contra la vida. Ésa es la verdadera cuestión. Ahí sí que reivindico que hay que tener muy claro cuándo se está contra la vida y cuándo se está a favor de la vida».
«Demasiadas cosas en estos momentos están contra la vida. La mayoría- añadía Araújo-, incluso las cosas que parecen que ya controlan las apetencias de casi todos. Ése es el problema». En este sentido, ahondó sobre el llamado 'greenwashing' o 'ecopostureo', que inunda nuestra sociedad. «Es terrible, porque somos tan manipuladores, tan capaces de retorcer la realidad...», dejaba la palabra suspendida en el aire, para retomar el hilo y reconocer que «evidentemente, a mí me escandaliza que haya publicidad de las grandes compañías eléctricas diciendo que ellas se han inventado la sostenibilidad. En medio de todo esto hay un proceso, que son los certificados de autenticidad, que de alguna forma tenemos que empezar a exigir. El que yo tenga capacidad económica de hacer publicidad, incluso de lavar mi imagen, de modificar la realidad con la mentira, eso es terrorífico, es uno de los peores temas del presente», advertía.
Se puede ser perfectamente como el bosque
El escritor señalaba sin reparos que no se considera modesto «ni ganas de serlo», y lejos de los convencionalismos se reconoció «muy satisfecho» de su trayectoria vital que, sabido es, le ha llevado a plantar tantos árboles como días ha vivido. Pero al mismo tiempo defiende que «hay que tener muy claro» que se puede hacer lo que él ha hecho. «Se puede ser perfectamente como el bosque, como la fuente, se puede ser como la flor del almendro», aseguraba. «Hay un estímulo extraordinario a partir de una vieja conseja de la cultura rural, que yo la mantengo muy enarbolada, y es que cuando me dicen que todo el mundo no puede plantar un árbol por día vivido..., digo ¿cómo que no? Lo que dice la sabiduría popular es que lo que hace una persona lo puede hacer la otra. Yo estoy muy orgulloso de lo que he hecho, pero no lo considero excepcional en el sentido de que sólo yo puedo hacerlo, en absoluto», anima a sus seguidores, que se cuentan por miles.
Araújo había explicado en sus intervenciones ante el público llegado al almendral muleño que plantar es «un acto para mí tan natural como respirar». «Planto árboles para que cuando yo no esté, estén todavía los surtidores del verdor, del frescor de los ojos, otros trinos anidando en otros tímpanos; para que cuando yo no esté sea posible todavía el descanso creado por las sombras de los árboles, planto árboles para los nietos de mis nietos y para que siga habiendo libros de papel y ojos que los lean [...] planto árboles para que cuando estéis vosotros sepáis reconocer un pasado en el que la sabia savia intentó crear un futuro», desgranó entre otros motivos. «¿Árbol eres tú?», le preguntamos. - No. Seré. -contesta.
Y se extendía, entregado: «Tengo mucho de árbol porque tengo la inmensa fortuna de haber vinculado mi vida de alguna forma a los paisajes arbolados. Utilizo mucho la definición de “soy un emboscado”. Yo soy alguien que se plantó a sí mismo dentro de un bosque, y por solidaridad y porque me han publicado libros, entendí que la mínima forma de gratitud y reciprocidad era plantar árboles. Esto a su vez tiene mucho sentido porque plantar árboles es la mejor creación de la historia de la vida y a su vez tiene toda la correspondencia con una vida que yo he procurado dedicar a que haya más vida, que es mi militancia ecologista, mi actividad como campesino/agricultor ecológico y demás. Todo eso se da la mano. Y es coherente cuando decides, por también obvias razones, que acabarás siendo un árbol, que lo que quede de ti vaya a formar parte de las raíces de un árbol».
Reunión de artistas. Sentido y sensibilidad
En la jornada, junto a Cristóbal Gabarrón - anfitrión y artífice de 'Ámbito' - estuvieron también Raúl de Tapia, biólogo, escritor y colaborador habitual del programa ‘El bosque habitado’ de Radio 3 junto a Araújo; el poeta Carlos Aganzo; Juan Jesús Yelo, artista sonoro; José Joaquín Aroca Amorós, saxofonista improvisador; Manuela Salvado, bióloga y bailarina de danza contemporánea; y Damián Lajara, artista visual y fotógrafo que grabó todo el evento de happening, performance y action painting. El acto estuvo comisariado por el crítico de arte y director-conservador del Museo de Bellas Artes de Murcia Juan García Sandoval, y contó con la presencia de Cris Gabarrón, presidente de las Fundaciones Gabarrón y Casa Pintada. La primera actuación de 'Ámbito' llevó por título 'La floración, la belleza efímera'.
El también reconocido director de cine realizó -como el resto de las personalidades invitadas- varias intervenciones en el marco de la acción de arte improvisado ideada por Gabarrón, cuyo mural crecía a sus espaldas. «Nosotros, los que escribimos, pintamos..., los que queremos ser un poco como la natura, es decir, creadores...», decía Araújo a modo de presentación.
La iniciativa artística buscaba establecer un diálogo con la naturaleza y abrir una reflexión sobre los valores del patrimonio integral -cultural y natural-. Con el nombre genérico de 'Ambito, nace en Mula (Región de Murcia) con la intención de desarrollarse durante los dos próximo años recalando en otros hábitats icónicos y de interés medioambiental de los cinco continentes.
La lluvia irrumpió varias veces haciendo aflorar los paraguas y esponjando el barro a los pies, pero el arte no cesaba. Y así, poco a poco, describió, por ejemplo, a «las flores convocando a la incansable nación de los insectos a que trabajen y se conviertan en emisarios de la masiva más hermosa». O mostró la breve diferencia que existe, en el grafismo chino, entre la palabra 'árbol' y 'arte': «el que quiera entender, que entienda».
Una advertencia sobre el peso de lo inerte
Advirtió también de que «en estos momentos nos sucede algo que probablemente confirma el cambio hasta de Era Geológica». Y es que «a lo largo del año 2021, y de acuerdo con lo que los sabios ponen a nuestra disposición, el peso de lo no-inocente, de lo destruido, de lo feo, el peso de lo inerte -que no olvidemos que etimológicamente 'inerte' quiere decir lo 'sin arte'-, fue por primera vez en la historia del planeta mayor que el peso de la vida. Sobre la piel del mundo ahora hay más cemento, más asfalto, más contaminantes... pesa más lo muerto que lo vivo», repasó. Un proceso, puntualizaba, que «hay que compensar con actos inocentes, artísticos, vivaces».
«El acto más inocente de todos los posibles para nuestra especie es la contemplación», aportó Araújo, actividad a la que dijo tener la suerte de haber dedicado la mayor parte de su tiempo, y «espero que lo último que haga en esta vida es que mis ojos se pierdan en alguna lontananza no construida». Esperemos que sea dentro de mucho, mucho tiempo.