Grefa bate prácticamente cada año su propio récord de ingresos de animales heridos

Fernando González, veterinario de la asociación, visita Murcia para participar en unas jornadas sobre fauna silvestre organizadas por la UMU

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Fernando González (c) y su equipo con un águila imperial joven en la enfermería de Grefa. Abajo, con pollos de águila de Bonelli para ser reintroducidas. Imagen: Grefa.

Del Hospital de Fauna Salvaje de Grefa (Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat) “nunca te vas a casa con el trabajo terminado. Siempre hay algo que hacer”, relata Fernando González, veterinario y director del Hospital. No en vano, la progresión de ingresos de fauna herida es tal que año tras año prácticamente baten su propio récord. El ejercicio pasado, el año que más animales han ingresado, la cifra rondó los 7.000. Sin embargo, y a pesar del ajetreo, González va a sacar tiempo para pasar por Murcia el próximo sábado 24 e impartir una ponencia titulada ‘Los centros de recuperación: algo más que recuperar animales salvajes’ dentro de las Jornadas ‘Retos y experiencias en la gestión de la fauna silvestre’, organizadas por la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia.

foto_2_pollos_de_aguila_de_bonelli_en_laLas tareas empiezan de mañana en el Área de Veterinaria de Grefa. Lo primero es la reunión de los veterinarios profesionales con todos los voluntarios (pasan al año cerca de 120) para ver los casos clínicos y repartirse el destino entre enfermería, laboratorio y necropsias. Cuando terminan, comienzan las operaciones de los animales que corresponda, o se les administran los primeros auxilios, al tiempo que hay que mantener los tratamientos de los ejemplares hospitalizados y realizar las analíticas para valorar cómo están evolucionando los tratamientos. Y, en su caso, también se debe elaborar el estudio de la causa de muerte de los animales que han llevado los agentes de la autoridad por ser sospechosos de delito... Al terminar, toca hacer un repaso general de toda la actividad y dejarlo todo preparado para el día siguiente.

La recuperación de fauna sigue siendo el buque insignia de Grefa, cuyo Centro de Recuperación y Hospital de Fauna Silvestre está ubicado en la Comunidad de Madrid. Los ingresos de animales heridos han ido siempre en aumento desde los inicios de manera progresiva “hasta un máximo que casi cada año vamos sobrepasando, y éste ha sido el año en que más animales han ingresado, con casi 7.000 ejemplares. Hace veinte años eran 800 ó 900”, recuerda el experto.

Por el tipo de llamadas que reciben, la progresión responde básicamente a una mayor concienciación de la sociedad, a la inversión en educación ambiental y a que “cada vez más, por suerte, la gente conoce centros como el de Grefa y sabe que cuando se encuentra un animal salvaje herido hay un sitio donde lo pueden atender”, dice González. A ello suma que también han crecido otras amenazas, “como que cada vez el medio está más urbanizado y vamos cercando más a la fauna”.

phoca_thumb_l_3_g.jpgLos animales llegan al Centro por diferentes manos. Colaboran mucho el Seprona y los agentes forestales; al igual que las clínicas veterinarias, que les derivan este tipo de pacientes con bastante frecuencia; así como la policía nacional y local. Y también los ciudadanos. Muchísimos particulares les llaman porque encuentran animales en el entorno urbano, como ocurre en primavera en la época en que las aves están criando y aparecen pollitos huérfanos. Al respecto, González recuerda que hemos pasado un verano muy duro porque el calor empezó muy pronto y ha sido además muy seco. De manera que este año también han batido el récord de huérfanos. Pero, advierte, las crías necesitan cuidados especiales si están heridos o se han caído por calor, pero “cuando son volantones no precisan atención porque ya se hacen cargo sus padres”.

Incluso los cazadores les llevan ingresos. “Hay que diferenciar muy bien entre la caza legal, y otra situación que es la de los que denominamos ‘escopeteros’, que sin ningún tipo de conciencia disparan a especies que están protegidas o incluso en peligro de extinción, sabiendo que es un delito. Con esos, que no los denominamos cazadores, son con los que no hay buen trato. Pero sí es verdad que los propios cazadores en ocasiones se encuentran animales heridos y nos los traen”.

Y en caso de ser avisados de una emergencia, como cuando los animales se enredan en vallas cinegéticas o similares, acuden a recogerlos, para lo cual tienen un equipo dispuesto las 24 horas.

Aves, mamíferos y reptiles son los grupos más atendidos, y en ése orden. Y aunque tenga un recuerdo especial para situaciones fuera de lo común, como la asistencia y el hospital de campaña que montaron cuando el derrame de petróleo del Prestige, “hay situaciones del día a día que aunque pasen frecuentemente me siguen llamando la atención, como que cada vez más ingresan animales electrocutados, que es un problema de conservación muy importante y que desde hace un tiempo estamos viendo sobre todo en grandes águilas; o casos de animales envenenados; o los ya citados de especies no cinegéticas o protegidas que aparecen disparadas, lo que es delito, y siguen ingresando con mucha frecuencia”, lamenta.

El hábitat es otra de sus preocupaciones: “en la mayor parte de actuaciones que hacemos con especies hay una participación directa con su medio”, reivindica. Un buen ejemplo, cree, es el programa de lucha frente al topillo campesino -que en algunas situaciones se puede volver plaga- y que fomenta la colocación de cajas nido para favorecer la cría de sus depredadores. O cuando reciben grandes carroñeras o grandes águilas, casos en los que se preocupan de analizar el material biológico. “Hacemos analíticas de sangre, por ejemplo, y así podemos encontrar que, aunque viven en un entorno salvaje que debería estar libre de ciertos contaminantes, tienen problemas muy serios y sufren intoxicaciones”, advierte.

phoca_thumb_l_anestesia_de_un_erizo.jpgDe hecho, este trabajo de investigación es otro frente importante. En este campo de acción la idea es aprovechar ese material biológico no solo para saber por qué ingresan estos animales, sino aportar otros datos interesantes. Así, González detalla que "muchas veces, si rascas más allá, ves que ese buitre que ha aparecido en un edificio en mitad de Madrid y que parecía dormido está en realidad intoxicado por plomo. Y si eso no lo estudias, estarías perdiendo una información muy importante para la especie, pero también para la salud humana. Es una forma de poder estudiar la presencia de enfermedades emergentes que en ocasiones pueden afectar al ser humano y que pueden aparecer en un primer momento en fauna salvaje".

Esta investigación es, para González, la resultante de “un esfuerzo muy grande y de mucha gente. Es un compromiso por parte de Grefa que se consigue gracias a colaboraciones con diferentes instituciones, con universidades como la de Murcia y con empresas que nos apoyan, y así se pueden establecer colaboraciones y convenios para obtener los fondos necesarios”. En este sentido, el veterinario añade que “los socios y los padrinos van a ser una de las principales fuentes de ingreso de Grefa”. Los apadrinamientos nacieron como campaña de hace mucho tiempo, pero siguen funcionando. “Realmente es mucha la gente que nos apoya a través del apadrinamiento”, comenta satisfecho.

Y no acaba aquí el trabajo, porque el Centro de Recuperación incluye además un Área de Rehabilitación, donde reciben las altas desde el Área de Veterinaria y se encargan de poner a los animales en forma, muscularlos, prepararlos y acondicionarlos para que se puedan valer por sí mismos en el medio natural. Desde el Área de Cría en Cautividad el objetivo es que cuando los animales se lleven a su habitat, estén además integrados en proyectos de recuperación. Aquí trabajan con diferentes especies, como el águila perdicera, el cernícalo primilla o el águila de Bonelli. También supervisan al buitre negro en Burgos y en la Sierra de la Demanda, o el águila real en Galicia. E igualmente se dedican a la Educación Ambiental, ofreciendo la posibilidad de visitar el Centro para niños, familias o visitas privadas.

Como resultado de estas actividades, el de Grefa no es un centro que se dedique únicamente a la atención primaria de los animales ingresados, cosa que habitualmente consiste en la recuperación veterinaria, rehabilitación y suelta. “En Grefa, nuestro planteamiento se ha ido ampliando con el paso del tiempo, y de este modo se puede implicar a las instituciones para que apoyen diferentes programas que vaya un poco más allá de recuperar un animal y liberarlo", defiende. Y de ello hablará González en su charla del próximo sábado en Murcia.

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Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.