En todoterreno hasta la orilla
A la izquierda, los rastros dejados en la playa Rambla Elena. A la derecha, un chorlitejo juvenil nacido en el PR en la temporada de cría 2020.
Cuando el pasado año estaba a punto de culminar, y todavía en medio del confinamiento, el Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre sufría uno de sus últimos actos vandálicos cuando alguien tuvo la idea de adentrarse en todoterreno hasta la misma orilla de la playa Rambla Elena, arrasando dunas y vegetación del territorio de cría del amenazado chorlitejo patinegro.
Los hechos fueron observados por miembros del Servicio de Limpieza del Ayuntamiento de Águilas (Región de Murcia, España), quienes al ver el vehículo prácticamente en la orilla dieron la alarma para que agentes medioambientales y técnicos del parque procedieran a cortar el acceso y reconstruir el destrozo ocasionado. Afortunadamente, la irresponsable acción no alcanzó a ningún nido ni a la zona de cría, según detalla Ginés Desiderio Navarro, concejal de Educación Ambiental.
Sin embargo, para entrar y salir, el vehículo trazó un profundo círculo en la arena. Fuentes cualificadas consideran que las huellas dejadas muestran cómo «la playa se había partido en dos por las rodadas continuas, lo que constituye la 'forma ideal' de arruinar y agotar una playa, independientemente de los posibles daños a la flora y las aves».
Los trabajos se remataron con la instalación de grandes piedras, que es el elemento natural más idóneo, cuenta Navarro, y que fueron trasladadas al lugar con un camión. De esta manera se cierran todos los accesos fáciles al paso de vehículos normales, «porque a veces hay zonas que se quedan expuestas para la entrada y ello puede provocar arrastre de terrenos», aclara el edil. Navarro se muestra contundente frente a estas actuaciones: «ven un sitio bonito y sin coches y quieren entrar hasta la zona más profunda; pero no se dan cuenta de que si está bonito es precisamente porque no llegan coches».
Y es que no ha sido el único caso, la playa de Los Abejorros también ha amanecido con importantes rodadas, y la del Saladar, y en la playa del Calentón del Pozo (arriba a la derecha), donde hay un embarcadero romano.
En la Marina de Cope, en la playa de El Charco, que forma parte del Inventario Nacional de Humedales, nidifican algunas especies de aves -como, de nuevo, el chorlitejo patinegro- y crece flora muy rara y apreciada -como la azucena de mar (Pancratium maritimum), el Limonium lobatum , la adormidera marítima (Glaucium flavum) -las tres, en la imagen de la dercha-, la yesquerilla fina (Ifloga spicata) o el trébol reventón (Notoceras bicorne)-. De allí fue sustraído este verano en varias ocasiones uno de los bolardos para facilitar la entrada de vehículos a motor a la playa, según informan desde la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. La pieza ha sido a su vez repuesta en varias ocasiones por el Servicio de Mantenimiento de los Espacios Naturales. También se instaló una señal recordando la imposibilidad de acceso a la playa con vehículos a motor.
En la Dirección General de Medio Natural también hay constancia de algunas denuncias por parte de Seprona a vehículos que accedieron a la playa de El Rafal -contigua a la de El Charco-, que se encuentran actualmente en tramitación de sus correspondientes expedientes sancionadores. Igualmente, en la zona de Calnegre han sido varios los deterioros ocasionados en las infraestructuras del Parque Regional, fundamentalmente rotura y eliminación de bolardos de las playas; si bien estos desperfectos han tenido un carácter puntual y suelen repetirse prácticamente todos los años, informan las mismas fuentes. En ninguna de estas zonas se han realizado actuaciones de restauración en 2020.
CHORLITEJO PATINEGRO
El chorlitejo patinegro (Charadrius alexandrinus) fue ave escogida del año en 2019 por SEO/BirdLife. Según la web de la entidad, en la península Ibérica cría por todo el litoral mediterráneo, el litoral atlántico de Andalucía y algunos puntos de la costa gallega, Baleares y Canarias. Y también en localidades del interior de Andalucía y Castilla-La Mancha. Se estima que en España viven de 5.000 a 6.000 parejas, pero en numerosas localidades está en declive. El turismo masivo y algunas formas de ocio en las costas son una de sus amenazas, en especial en la temporada de cría, además de la construcción, la limpieza mecánica, los gatos o el abandono de prácticas de pesca tradicionales.
Aparece como 'Vulnerable' en el Libro Rojo de las Aves de España y 'De interés especial' en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Desde el Ayuntamiento aguileño se muestran sensibles hacia el chorlitejo patinegro, que anida en varias playas de la zona. Así, todas ellas se limpian a mano, menos una, en la que saben dónde están localizados los nidos y por dónde se extiende la zona de cría, de manera que unos operarios se adelantan a pie a la máquina y van señalando los hallazgos y los puntos sensibles. «Llevábamos mucho tiempo sin encontrar chorlitejos por la zona y a partir de la pandemia los hemos vuelto a ver», se alegra el concejal. En junio, un trabajador de limpieza descubrió un nido en una zona de Calarreona alejada de áreas de baño y por donde no transitan automóviles pero sí el vehículo del servicio, «y se alteró todo el recorrido para poder pasar sin molestar», detalla.
Navarro cree que aún hay gente que, sabiendo que se trata de una zona protegida, desconoce sus verdaderos valores. El hecho de que el Plan de Gestión del Lugar de Importancia Comunitaria de Cabo Cope y el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del espacio costero-litoral de Cope y Puntas de Calnegre, que ya fueron redactados, se encuentren todavía sin aprobar por la Comunidad Autónoma actúa en esa dirección y considera que supone un obstáculo a la gestión que se podría realizar sobre la zona. Aún y todo, la próxima primavera quieren instalar cartelería del hábitat del chorlitejo patinegro con imágenes de los pequeños huevos, que se pueden confundir con las piedras del entorno entre las que son depositados, y fotos de ejemplares adultos y de polluelos. La intención es aumentar las precauciones y evitar daños a la especie y al territorio.
Otros actos vandálicos en el Calnegre y Cabo Cope y Bolnuevo
En el mes de julio se detectó una posible eliminación de la vegetación de las playas de Calnegre, si bien afectó a una superficie sustancialmente menor a las acciones denunciadas en el verano de 2019, en el que se eliminó la mayor parte de la vegetación de las dunas de las playas de Calnegre. Tampoco se han realizado actuaciones de restauración en 2020.
Por su parte, las actuaciones denunciadas de mayor importancia en las calas de Bolnuevo (Paisaje Protegido Sierra de Las Moreras) se refieren a la plantación en el entorno de la Playa de La Grúa y cala Leño, de numerosos individuos de palmeras, pinos y palmitos, fundamentalmente, con destrucción de la vegetación existente y utilización de maquinaria pesada para ejecución de hoyos de plantación. Estas actuaciones tuvieron inicio en el año 2017 y han recibido diversas denuncias por parte de los agentes medioambientales de la comarca de Mazarrón-Águilas y comunicaciones del Ayuntamiento de Mazarrón, que dieron lugar a informes técnicos solicitando la paralización de las actuaciones denunciadas, dentro del correspondiente expediente sancionador.
Influencia de la Covid en los espacios naturales protegidos
En el periodo de confinamiento, en el que descendió drásticamente la presencia de visitantes en los Espacios Naturales Protegidos (ENP), además de la reducción generalizada de la contaminación, disminuyeron los ruidos y las molestias a la fauna, lo que pudo permitir una mejora en la nidificación de algunas especies y la reocupación de zonas para nidificación y alimentación de algunas especies. En cualquier caso, los cambios se consideran limitados y finitos, difícilmente ampliables a más de un periodo reproductivo, indican desde la Dirección General de Medio Natural.
Para esta entidad, «no se puede afirmar que haya habido más agresiones a ENP durante el confinamiento. Cuando se inició la desescalada, y ante la reducción o ausencia de formas de ocio en lugares cerrados, aumentó el interés por la realización de actividades en las zonas naturales y rurales de los ENP, con especial atractivo por los lugares remotos (tal vez para evitar contacto humano y riesgo de contagio), que suelen ser las zonas de mayor fragilidad ecológica», si bien añade que aunque no hay constancia de que durante la pandemia esté existiendo un menor respeto de los visitantes de los ENP, «la afluencia masiva a Espacios Naturales supone un mayor impacto sobre ellos e, incluso, la posible superación de la capacidad de acogida de algunas zonas con alta demanda de visitantes».
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Plantación denunciada en la zona de las cala de la Grúa y cala Leño, en el Paisaje Protegido de la Sierra de las Moreras.
Piedras colocadas para cerrar el acceso a los vehículos en la playa Rambla Elena.
A la izquierda, playa del Saladar, a la derecha, playa de Los Abejorros, ambas con rodadas.