El 'Top Five' de los errores que 'torpedean' el reciclaje
Reciclar no es fácil. Es una gran operación en la que estamos implicados los ciudadanos, las empresas y las administraciones; y funciona bien cuando cada una de las partes cumple su compromiso.
En este frágil engranaje, el ciudadano tiene una gran responsabilidad, de hecho, más de la que muchos imaginan. Separar en origen, que es la parte que nos toca, supone el arranque del ciclo y puede determinar que una empresa de tratamiento de residuos pueda llevar a cabo su tarea eficientemente o no.
Si bien es cierto que se puede discutir el tipo de gestión de residuos que cada cual desea para su municipio y debatir entre los procedimientos habituales y el sistema de depósito, devolución y retorno de envases (SDDR) -del que seguiremos hablando en este portal web-, así como sobre la existencia de un contenedor específico para la fracción orgánica -que nos gusta-, todo ello no exime de la actualmente necesaria separación en origen y de distinguir bien qué tipo de residuo va a cada contenedor. Y esto todavía genera muchas dudas en la ciudadanía. Tanto es así que en las plantas de tratamiento están acostumbrados a recibir de todo, y cuando decimos “de todo” queremos decir “de todo”. Principalmente, en gran desconocido contenedor Resto.
Al respecto, hemos consultado la situación con empresas del sector y hemos visitado decenas de ferias, donde nos han señalado los que consideran los fallos más habituales que 'torpedean' de forma importante el tratamiento de los residuos.
Debemos aclarar aquí que no hablamos de cuando, puntualmente, aparecen piezas de valor (alguna joya, dinero o similar). Este hecho lleva aparejado su sujeción a la ley e implica la búsqueda de su legítimo dueño. Así, se han encontrado teléfonos móviles, incluso encendidos y en perfecto funcionamiento, o valiosa vajilla de plata. Pero todo eso apunta más bien a descuidos.
La situación que abordamos se refiere a cuando son otras las razones (desconocimiento, desidia...) que llevan a usar descaradamente mal los contenedores. Como depositar todo tipo de plásticos, bidés y hasta puertas en el contenedor Resto. Y papeles y cartones que, al pringarse con la materia orgánica, ya no se pueden destinar a reciclaje. O la impotencia que supone que en el contenedor amarillo de envases terminen todo tipo de objetos que no lo son, como parachoques, cestas de almacenamiento o similares, que de haber sido recogidas en el ecoparque serían aprovechadas. Entre todos estos elementos a los que, mal que bien, se les da salida (la puerta, en concreto, hubo que romperla a mazazos), hay algunos con los que los operarios se encuentran constantemente y causan los mayores problemas o entorpecen el fluido avanzar del circuito de separación de los residuos. Este es el 'Top Five' de los errores que se comenten al separar los residuos:
1/ BALONES Y PELOTAS DE PLÁSTICO
El usuario, a veces por descuido y a veces por vagancia, ve un balón, se dice a sí mismo que es plástico, y lo deposita en el contenedor de envases, o directamente en el Resto -lo suyo sería el contenedor de ropa, calzado y juguetes o el ecoparque-. El balón va avanzando por las cintas transportadoras arropado por el resto de las basuras. Pero una vez que el material se va separando y clasificando en el interior de la planta, el juguete alcanza una cinta transportadora bastante vacía, donde no tiene el agarre que le proporcionaban los otros residuos, y se queda en un mismo punto, girando sobre sí mismo. Y ahí permanecerá hasta que baje algún operario a retirarlo a mano...
2/ TEXTILES
De nuevo, su destino ideal es el contenedor de ropa, calzado y juguetes o el ecoparque. Sin embargo, son muchos los trapos y paños, más que otras prendas, los que terminan en el contenedor Resto. Y lo que ocurre es que se enganchan en la primera máquina en la que entran, el trómel, cuya función es romper las bolsas de plástico con unas cuchillas. Las bolsas se rompen, pero los trapos se enganchan en las cuchillas y rebajan notablemente su eficiencia. De nuevo, los operarios han de detener la máquina y bajar a retirarlos manualmente.
3/ LARGAS BANDAS DE PLÁSTICO, GRANDES Y PEQUEÑAS
De obras, de competiciones deportivas... ¡Y las de vídeo! Sí, todavía aparecen en las basuras esas cintas viejas que ya nadie quiere volver a visionar. Los cartuchos se abren y las kilométricas cintas se enredan desde el primer instante. En ocasiones, son tan largas que parte de la pieza está aún fuera de planta mientras otra porción ya ha entrado en máquinas. Si es el caso, los trabajadores tendrán que detener las máquinas y cortarlas en varias piezas. Su destino correcto: el ecoparque.
4/ PILAS
Aún hay mucha gente que se despreocupa de a dónde van a parar las pilas a pesar de conocer su potencial contaminante, muy alto en algunos casos. Las peores son las más pequeñas, las pilas botón, que no pueden ser retenidas por el sistema, se cuelan entre las máquinas y terminan en el compost que se fabrica en las instalaciones de tratamientos de residuos. Para evitar que contaminen agua y suelos, lo lógico es que lleguen hasta los gestores autorizados, que saben cómo darles salida. Para ello, se pueden depositar en los contenedores dispuestos al efecto, y de los que hay muchos tipos, o bien se llevan al camión del ecoparque móvil o ecopunto limpio (o el nombre que posea en cada municipio), que los llevará definitivamente al ecoparque más cercano.
5/ VOLUMINOSOS
Parece que la gente pensara que las máquinas de las plantas de tratamiento pueden con todo. Verdaderamente son grandes y potentes, pero lo cierto es que están pensadas para su cometido, y no para otras funciones. Y por ellas pasan sofás, sillas, mesas... que ya no podrán ser reparados ni reutilizados y difícilmente valdrán siquiera para elaborar con ellas combustible recuperado. Todos estos materiales que terminan aquí serán depositados en el vertedero haciendo que éste se vaya llenando a mayor velocidad de la adecuada, y se perderá la posibilidad de volver a utilizar la materia prima o darle una mejor gestión. Para ellos, hay un teléfono específico.
NUESTROS CONTENEDORES PRINCIPALES... Y EL ECOPARQUE
Somero repaso de lo que se deposita en cada contenedor, o mejor, en cada destino, pues vamos a incluir el ecoparque, en este caso, aplicado al municipio de la ciudad de Murcia:
AZUL: Papel y cartón limpio. Sin manchas de grasas (pueden mancharse la parte de debajo de la caja de la pizza, el envoltorio de una empanadilla…). Tampoco se tira aquí el papel con pegamento ni el plastificado. Todos estos papeles sucios impiden un buen reciclado. Sí se puede echar el papel con tinta, porque en su mayoría se disuelve en el agua. Ojo: el satinado de las revistas no es un plastificado, por lo que se pueden depositar aquí.
VERDE CLARO: Antes tenía forma de iglú, ahora puede tener otras formas. Lleva la boca redondeada. Aquí se echa solo el vidrio. El vidrio se usa mayoritariamente como envase, y la tapa con que se cierra suele ser de materiales tipo plástico, metal o corcho. Son de vidrio las botellas, los botes y tarros de conservas, los esmaltes de uñas, los perfumes y similares. El cristal se reserva para vasos, jarras, jarrones, fruteros, ventanas, gafas y otros. Si no sabe si una pieza que tiene en casa está fabricada con vidrio o con cristal, si lleva tapa del mismo material, lo más probable es que sea todo cristal (el vidrio lo llevaría de otro material más barato).
AMARILLO: Para los envases (¡y solo envases!) hechos de plástico, metal o brick. Todo tipo de botellas y botellines, frascos, tarrinas, blisters, bidones y redecillas de frutas o latas, así como bandejas y el plástico que hace de envoltorio. Todo tipo de botes, latas y tubos de metal, y aerosoles vacíos. También valen los tapones y tapas de plástico y de metal. Y el brick, que por fuera se parece al cartón pero por dentro está impermeabilizado mediante finas capas de plástico y metal. ¡Y la pajita que suele traer el brick! Este contenedor nos confunde porque, con el tiempo, se ha aceptado que echemos también aquí unos pocos elementos que no son realmente envases, y que son las bolsas de plástico de la compra, el plástico film, y los platos, vasos y cubiertos de plástico; así como el papel de aluminio.
VERDE OSCURO: Es el contenedor 'Resto'. Aquí han de depositarse todos los restos de comida (que son materia orgánica) como cáscaras, huesos, pelo, serrín, cera, posos de café e infusiones, el pañal del bebé, flores... y los tapones de corcho. Y también las servilletas de papel usadas y el papel y cartón manchado con grasas, plastificado o con pegamento Pero también otro montón de cosas que la tecnología aún no sabe cómo aprovechar bien, como bolígrafos, cerámica, los platos, estropajos, esponjas, cordoneras, cigarrillos... Y el sistema hasta acepta, puntualmente, algún vaso o un pequeño cristal. Aunque el mejor destino de estos dos últimos elementos, es el siguiente lugar.
ECOPARQUE: Este es el destino de todos aquellos residuos que no tienen cabida en los anteriores contenedores, que son los contenedores principales. Aquí va a parar, por ejemplo, toda la tecnología: ordenadores, monitores, televisores, radios, pequeños electrodomésticos, CDs, memorias, reproductores de música, tablets, cables varios... Este es el sitio donde hay que depositar el cristal (bombillas, vasos, ventanas...). Aquí llegan también los residuos peligrosos (pinturas, aerosoles que aún contengan sustancias, baterías de coche, barnices, disolventes, decapantes, tóner, radiografías...). También cuchillas de afeitar, madera, pequeños muebles, restos de jardinería o utensilios de cocina. Y todas aquellas cosas para las que exista un contenedor adicional, como las pilas, ropa, calzado, juguetes o el aceite usado: usted puede escoger entre dejarlas en esos contenedores adicionales o llevarlos al ecoparque. Y como habitualmente desde el ecoparque se envía un camión a los barrios de la ciudad, puede separar los residuos por tipo y cómodamente entregárselos al operario del camión.