El ibis que se enamoró de Archivel

Grindelwald es un nombre difícil para nosotros y quizá aquí, en la Región de Murcia, no lo pronunciemos bien. Pero a Grindelwald no le importa. Es un precioso ejemplar de ibis eremita nacido en tierras lejanas, en el zoo de Rosegg, en Austria, que fue guiado hasta la provincia de Cádiz en un vuelo encabezado por un ultraligero en el que viajaban, a turnos, sus ‘mamás’ humanas, y que partió de allí para independizarse en una travesía que lo atrajo hasta la campiña regional, donde ha permanecido unas fechas. Grindelwald es el ibis que se enamoró de Archivel (Caravaca), y cuya partida dejó en el aire la esperanza emplumada de volverlo a ver.
La llegada de Grindelwald responde a un movimiento dispersivo juvenil. Pero su presencia en este paraje durante más de dos semanas del pasado octubre «es relevante. Cada observación fuera del área habitual aporta información sobre la dispersión natural de la especie y su capacidad de explorar nuevas zonas. Que un ibis llegue hasta aquí demuestra que ha aprendido bien el recorrido durante su primera migración guiada y que es capaz de orientarse por sí mismo en vuelos posteriores», señala Chúss Fernández, representante en España del equipo del Proyecto Waldrappteam, una iniciativa europea para reintroducir a esta especie extinta en Europa mediante migraciones asistidas con paramotores, donde los aún polluelos son guiados por humanos desde sus áreas reproductivas en el norte de Europa (Austria y Alemania) hasta sus zonas de invernada en el sur de España. Un viaje en el que participó este ejemplar con querencia por el paisaje caravaqueño.
Este hecho «también indica que todavía existen paisajes continuos y adecuados que le permiten desplazarse entre distintas regiones, algo fundamental para la expansión natural de la especie», añade Fernández, encargada de las tareas de seguimiento en España de los ibis pertenecientes al proyecto.
Además, puede que no viaje solo, sino acompañado de ejemplares sedentarios de la colonia de Cádiz (Proyecto Eremita) o incluso de la recién iniciada en Cataluña (Fundació Alive), indica la experta. «Eso abre la posibilidad de que los proyectos se amplíen de forma natural, conectando poblaciones y reforzando la expansión de la especie en la Península y en toda Europa».
Fernández no conoce aún la zona de Archivel, pero sí lo que necesitan estas aves. «Alimento y tranquilidad. Los ibis buscan zonas abiertas con insectos y lombrices, y si el entorno ofrece eso junto a cierta seguridad frente a perturbaciones, puede resultarles atractivo. Los numerosos observadores y observadoras que han acudido y que me han enviado información, comentan que es zona de purines, y eso también podría explicar su presencia: los terrenos abonados con estiércol suelen tener mucha actividad biológica y atraen a invertebrados, que son la base de su dieta».
Bastante confiado
Y es que esta vistosa ave ha sido un reclamo para los aficionados a la ornitología de la Región, que han acudido a visitar la localidad caravaqueña para fotografiarlo. Jesús Miguel Salinas Martínez, técnico en recursos naturales, recuerda que «era bastante confiado con las personas: un granjero que tenía ovejas le hacía fotos a menos de tres metros con el móvil. Tenía un poco más de distanciamiento de los perros, y además huyó rápido al paso de una garza real que sobrevolaba, lo que me pareció curioso», relata. Asimismo, Salinas fue testigo de cómo se lanzó desde una tapia al suelo y se puso a buscar comida por el sustrato. Una experiencia parecida cuenta la naturalista Carmen Álvarez, otra de las afortunadas en verlo «en el paisaje de terreno agrícola, y en un principio estaba en un poste de un corral de ovejas. Estaba tranquilamente y sin inmutarse. Había un gato merodeando, pero no se sentía en peligro desde su poste de seguridad. De hecho, me acerqué lentamente a hacerle fotos y se quedó quieto y sin asustarse. Cuando se fue el gato, bajó volando y se puso a picotear en la tierra y a sacar gusanos. Cruzaba la carretera e iba de campo en campo comiendo. En ningún momento se asustó de mí ni se sintió incómodo». Al respecto de la presencia del felino, un observador sí ha reportado el acoso de un gato al que hubo que ahuyentar. Quizá fuera el mismo.
Irene, reconocida naturalista, acudió varias veces la zona y aprovechó para hablar con los ganaderos del lugar, a quienes les subrayó la importancia del ave y de por qué seguramente mucha gente iría a verlo. Les habló del proyecto informando también del nivel de protección de la especie, encontrando colaboración en sus interlocutores. «El bicho llegó por la tarde noche y al siguiente día, antes del amanecer, fui a buscarlo y estaba durmiendo en un cable de la luz junto a una granja. Se levantó nublado esa mañana y no se veía a más de 10 metros», recuerda. Aun así, tuvo oportunidad de ver cómo dormía, se acicalaba y limpió sus plumas, «y cuando levantó algo el sol, que no la niebla, salió volando y se fue a unos campos en barbecho que estaban fuera de la zona de niebla y se alimentó un largo rato, hasta que ya me tuve que ir a otras tareas. Lo que vi es que se estaba inflando a larvas que desenterraba del suelo», bromea. Y, añade, «tenía querencia por dos granjas de la zona y sus alrededores».
Para Chúss Fernández, «la probabilidad de que este ibis vuelva de forma regular a la Región de Murcia no es muy alta, porque todavía es joven y está en esa fase en la que exploran mucho antes de asentarse en una zona de reproducción o de invernada. Aun así, pienso que sus movimientos no son del todo al azar: más o menos siguen la ruta del primer viaje de aprendizaje que hicieron con sus madres adoptivas de Waldrappteam. Por eso, muchos acaban moviéndose por la zona de Albacete y, según soplen los vientos, pueden desviarse un poco más hacia el este o hacia el oeste. En cualquier caso, que haya llegado a la Región me parece algo muy interesante, porque demuestra hasta dónde puede llegar la especie y su capacidad para seguir expandiéndose». Ahí están, por ejemplo, Cañaílla, un ibis que va y viene de Galicia a Cádiz, o el ibis de Badajoz, que después de pasar varios años en Extremadura alcanza este año la madurez sexual, vuelve a criar a La Barca de Vejer (Cádiz) y regresa a Badajoz con uno de sus retoños. «Los ibis pueden dar muchas sorpresas», advierte.
¿Hacia dónde irá Grindelwald? Cada ibis del proyecto está marcado con un emisor GPS y anillas de identificación. En el caso de este joven macho, porta una anilla azul con la inscripción 760 en letras blancas en la pata derecha, y el código de colores blanco/negro en la izquierda. Gracias al emisor, los ornitólogos pueden conocer sus movimientos diarios y analizar patrones de desplazamiento, descansos y alimentación. De esa parte se encarga en Austria la responsable de emisores de Waldrappteam, Daniela Trobe. «Yo estoy en contacto con ella de forma permanente: Daniela me facilita la información actualizada sobre los movimientos del ave, y yo soy quien actúa a nivel local, contactando con personas en la zona donde se encuentra el ibis. En mi caso, los grupos de WhatsApp de ornitología son una herramienta clave: me permiten llegar rápidamente al mayor número posible de personas para que, si el ave se detiene en una zona concreta, puedan acercarse a comprobar su estado y garantizar su bienestar. Esta colaboración entre equipos internacionales y observadores locales es fundamental para el éxito del proyecto».
Hace escasos días, Grindelwald, de vuelta en la provincia de Cádiz, visitó la zona de Montenmedio, un club de polo con amplios espacios verdes y abundante alimento, situado frente a una zona de ganado bravo. En una visita reciente, Chúss Fernández pudo comprobar que el terreno estaba lleno de escarabajos, «una de las delicias preferidas de los ibis». Después se desplazó a San Ambrosio, donde existe uno de los dormideros de invierno, en unos eucaliptos situados a escasos metros de la Finca Eremita de Pierre Gay. Allí se encuentra el aviario de aclimatación donde los ibis permanecen unos dos meses tras su llegada a Cádiz con la migración guiada, antes de ser liberados definitivamente. Durante el invierno suelen ser bastante fieles a esta provincia. «Pero, como suelo decir, todo este proyecto es un auténtico “laboratorio”: las aves no solo exhiben sus patrones de comportamiento, sino que, en plena época de cambio climático, presión humana y transformación dramática del paisaje, están viéndose obligadas a poner a prueba su máxima capacidad de adaptación».
Últimas y tristes noticias sobre el proyecto
Esta primavera, el proyecto Waldrappteam había recibido la ilusionante noticia de que dos hembras del viaje en paramotor de 2023 Alemania-Cádiz habían regresado por sí mismas a las latitudes germanas en su segundo año de vida, que es cuando retornan habitualmente a su lugar de nacimiento para intentar reproducirse. Estos días estaban haciendo felizmente el viaje de regreso a España, cruzaron la frontera a principios de semana y haciendo noche el jueves en Cuenca, donde fueron observadas por ornitólogos de la zona que enviaron fotos de los dos ejemplares, DrSaurier y Espi, en buen estado al proyecto europeo. «Ambas han iniciado su viaje de invernada y ya están cruzando la Península rumbo a Cádiz, lo cual es realmente emocionante», relataba con alegría la responsable del seguimiento de estas hembras. Pero este éxito y felicidad se han visto interrumpidas: las dos hembras aparecieron muertas el viernes por la mañana en esa misma zona. La necropsia apunta a una depredación natural. Este hecho, tan sigiloso, tan inadvertido por la sociedad, da muestra de la fragilidad de un esfuerzo tan grande y tan bonito como es restaurar las antiguas poblaciones del precioso ibis eremita en Europa y de la cantidad de peligros a los que se enfrenta.
Esperemos que Grindelwald supere todas las pruebas y desafíos y decida de nuevo, un día, en un futuro cercano, volver a visitarnos. Y sería una doble fortuna si, además, no viniera solo...

IMÁGENES:
- Grindelwald en Archivel, fotos de Carmen Álvarez Montalbán (arriba y despiece de la derecha, arriba).
- 'Mamás humanas' con las aves y el ultraligero de una migración que tuvo como destino el norte de Italia, cortesía del Proyecto Waldrappteam (al inicio del segundo despiece de la derecha).
- De nuevo Grindelwald en Archivel, extracto del vídeo de Jesús Miguel Salinas Martínez.
El viaje de Grindelwald
+ Grindelwald es un ibis eremita (Geronticus eremita) macho, nacido el 19.04.2024, en el zoo de Rosegg (Austria), ciudad ubicada cerca de la frontera con Eslovenia. Se trata de un ejemplar criado a mano y con interacción social, al que se le colocó una anilla azul en el tarso izquierdo con el código 760. Además, como puede verse en la imagen, lleva un emisor GPS a su espalda y otro anillado en la pata derecha.
+ Voló en 2024 con otros 35 juveniles desde Taching (Alemania) hasta Vejer de La Frontera (Cádiz, España), junto con las 'madres adoptivas' Helena y Babsi y el ultraligero, dentro del Proyecto Waldrappteam.
+ Permaneció en Vejer hasta el 28.08.25. Voló con Rabauke, Espátula y Fluffy pasando por Córdoba hasta Albacete. El grupo se reunió en Albacete con Poniente y Schnapsi, y permanecieron juntos.
+ Grindelwald y Poniente salieron de Albacete el 01.10.25. Volaron hacia el oeste hasta Alhama de Granada. Poniente se separó de Grindelwald. Grindelwald voló a Caravaca de la Cruz y se aposentó en la pedanía de Archivel, donde permaneció hasta el siguiente movimiento registrado.
+ Lunes 27 de Octubre: Grindelwald está de vuelta en Cádiz, y parece integrado en la población sur, «aunque en el caso de los waldis -diminutivo cariñoso jugando con el nombre del ave en alemán, waldrapp-, eso no significa "permanentemente"», deja caer Chúss Fernández, representante del equipo del Proyecto Waldrappteam en España y encargada de las tareas de seguimiento de los ibis en este país.

El proyecto Waldrappteam: una autopista en el cielo para los ibis eremitas
El proyecto Waldrappteam ha realizado ya tres migraciones guiadas con jóvenes ibis: en 2023 y 2024 hacia Andalucía, y en 2025 hacia Cataluña.
Cada una refuerza las rutas migratorias naturales que la especie está recuperando en Europa tras su reintroducción.
A largo plazo, el objetivo es que los ibis aprendan a migrar sin ayuda humana, y Grindelwald, como otros individuos liberados, podría en el futuro unirse a los grupos reproductores establecidos o explorar nuevas zonas, lo que sería una excelente señal de consolidación de la especie. Hasta ahora, las únicas aves que han conseguido regresar con éxito a Alemania son DrSaurier y Espi, dos hembras de la HLM 2023, que acaban de encontrar recientemente fallecidas.
Ciencia ciudadana: si identificas una anilla o un ave, avisa
Todas las personas interesadas pueden seguir los movimientos de los ejemplares marcados en la app Animal Tracker, que es pública y gratuita.
Y si se tiene la suerte de ver a alguno de estos ibis, se pueden compartir las fotos o vídeos, indicando fecha, hora y lugar del avistamiento. «Toda esa información es valiosísima: nos permite vigilar posibles incidencias y, en caso de una muerte no natural, realizar investigaciones más exhaustivas», anima la experta Chúss Fernández, del Proyecto Waldrappteam. Podéis enviar vuestras observaciones a estos correos:
- Si es un ibis de anilla azul, es decir, centroeuropeo, a Daniela Trobe ([email protected]) y Chúss Fernández ([email protected]).
- Si es un ibis de anilla amarilla, es decir, de Proyecto Eremita del ZooBotánico Jerez - activo desde 2004-, a Alfonso Alonso ([email protected]).
Un ibis eremita en un yacimiento de Abanilla
Como curiosidad, se tiene referencia de la presencia de ibis eremita en la Región desde épocas prehistóricas gracias a un fósil hallado en el yacimiento paleontológico de Quibas (Abanilla). El registro se emplaza en el Pleistoceno Superior, entre 1 y 1,3 millones de años de antigüedad, según refiere la entrada de la especie en la web de vertebrados ibéricos, donde añaden que «es muy probable que esta ave estuviese presente, y ampliamente distribuida al menos en la mitad sur de la península Ibérica al menos hasta el siglo XVII».
Conoce a la especie
El ibis eremita pertenece al Orden de las Pelecaniformes y su aspecto le hace inconfundible. No en vano, se le denomina también ibis calvo. Se reproduce desde mediados de febrero y primeros de mayo, con más probabilidad en marzo. Ponen de dos a cuatro huevos que incuban ambos progenitores. En poco menos de un mes van naciendo los pollitos. Hacen sus primeros vuelos antes de los 50 días de vida, y ambos adultos continúan cuidándoles hasta la siguiente temporada de reproducción.
En la actualidad, la única población totalmente silvestre y autosuficiente en todo el planeta está en Marruecos.
Dos proyectos de reintroducción (Proyecto Waldrappteam y Proyecto Eremita) han establecido dos poblaciones europeas, en los Alpes y en el sur de España, y desde este mismo año, en colaboración con la Fundació Alive, el Proyecto Waldrappteam ha incorporado como destino Cataluña, al situarse en medio de la ruta migratoria. La propia Fernández ha sido una de las voluntarias que los ha criado a mano en el zoo de Jerez. La población centroeuropea se extiende a lo largo de una faja de los Alpes, desde el oeste de Austria y sur de Alemania al oeste de Suiza, con tres sitios de cría, y migra en invierno al noroeste de Italia. Los lugares de invernada en el sur de España se ubican en la provincia de Cádiz (La Janda y Vejer de la Frontera).
Esta especie se encuentra en la Lista Roja Europea de Aves 2021 como RE – Regionalmente extinto, y aún no se consideran los datos poblacionales relacionados con los ejemplares reintroducidos.
El III Atlas de las Aves Reproductivas de España refiere la existencia en 2018 de 23 parejas distribuidas en tres colonias, y un número creciente de aves en criadas cautividad y posteriormente reintroducidas. En 2021 se censan 129 ejemplares, y aunque la evolución de la población introducida parece ser positiva, la especie todavía no se considera del todo autosuficiente en España.
► Puedes ver más sobre el proyecto en esta entrada de elclickverde: 'Los ibis guiados por dos mujeres en paramotor llegan a Cádiz tras 2.000 kilómetros de odisea' (3 Oct. 2023), y en la web del Equipo Waldrappteam.
► Y en este enlace, tienes el vídeo que le grabó en tierras caravaqueñas Jesús Miguel Salinas.

