El barbo gitano, 'asalto' a las presas

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La FREZA es el proceso de reproducción presente en la mayoría de los animales acuáticos no mamíferos. Las hembras depositan los huevos (desove), y los machos esparcen sobre ellos sus espermatozoides. Es típico de peces, anfibios, crustáceos, moluscos o corales. La puesta de los barbos tiene lugar entre mayo y junio.

En primavera, el barbo gitano (Luciobarbus sclateri) siente el ímpetu de la reproducción y comienza a remontar el río para desovar en sus tramos altos, donde encontrará los rápidos y las aguas claras y frescas que necesita para la freza. En este momento, los machos, que suelen ser algo más pequeños que las hembras, exhiben unos característicos abultamientos nasales, lo que facilita su identificación cuando asoman su cuerpo sobre la lámina de agua en alguno de sus numerosos saltos. Saltos que, en muchas ocasiones, resultan inútiles porque se enfrentan a su mayor obstáculo: las presas levantadas en el río a lo largo de los últimos años, que impiden que puedan alcanzar las aguas de cabecera.

Y el barbo lo intenta, insiste una y otra vez frente al muro. Saltos grandes y pequeños, por la mañana y por la tarde. Pero todo el afán es estéril y se queda otro año sin dar respuesta a su instinto.

Hay numerosas presas construidas en la cuenca del segura, como en su día se edificaron en otros tantos ríos de la península. En muchos de ellos, sobre todo en los que tienen interés pesquero, se comenzaron a retirar años atrás, y ahora le ha llegado el turno al Segura, donde habita este pez, que tiene una notoria importancia por ser un endemismo de la península Ibérica. Quizá por eso, merece que tanto esfuerzo del animal sea recompensado y que, al eliminarse las barreras, puedan ponerse en contacto poblaciones que habían sufrido la desconexión, lo que reduce la diversidad genética de la especie.

La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) es la entidad encargada de emprender este 'asalto' a las presas en el marco del proyecto LIFE + Segura Riverlink, plan que incluye además otras medidas, y del que ya hablamos en su día. El trabajo de mejora de la conexión entre los tramos del río se adapta a cada circunstancia y así, para enmendar algunos impactos se construirán escalas para peces mientras que en otro caso, por ejemplo, se ha optado por abrir un nuevo brazo del río que suponga una nueva vía de comunicación para el barbo y otros peces de la zona.

A largo del Segura puede verse a menudo al barbo gitano, alargado y de colores amarillentos o, en ocasiones también de un verde grisáceo, un tono oliva o hasta anaranjados. Buscan alimento, asoma el morro en la orilla...

Y es que es un pez que se adapta muy bien a distintas situaciones de su entorno, incluso al deterioro causado por el hombre. Otros peces nativos no tienen esta capacidad y por ello han visto cómo sus poblaciones declinaban hasta casi desaparecer de la cuenca. Pero el barbo gitano, también llamado del Sur, resiste. Ello lo ha convertido en el pez más extendido por la cuenca, en el rey del Segura. Y, a pesar de todo, sigue siendo un gran desconocido.

Por ello, hemos hablado con David Verdiell, doctor en Biología e investigador en la Universidad de Murcia, que ha trabajado en numerosas ocasiones con este pez y que ahora, además, colabora con la CHS en el proyecto Riverlink. Os dejamos la conversación en esos dos vídeos:

 

       BARBO GITANO, EL REY DEL SEGURA:                                                 EL BARBO GITANO Y LAS PRESAS DEL RÍO SEGURA:

Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.