Cuidados y ciencia para las tortugas bobas nacidas en la Región que han cumplido un año

Una quincena de pequeñas tortugas bobas, de cerca de un año de edad y nacidas en la Región de Murcia, ha vuelto al Mediterráneo tras permanecer en instalaciones regionales y de la Comunidad Valenciana, donde han crecido entre cuidados y prácticas científicas punteras. En el acto, organizado ayer en La Manga por la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, han participado voluntarios de las asociaciones ambientales que este verano han recorrido la costa en busca de rastros, nidos y crías, dentro de la campaña 'Territorio tortuga', y que se vieron arropados por varias decenas de curiosos.

Los ejemplares de tortuga boba (Caretta caretta) fueron devueltos al mar, con mucho mimo y dedicación, en la playa de la Ensenada del Esparto, donde habían nacido, con la esperanza de que dentro de unos años escojan estas mismas arenas para anidar.

La suelta se ha producido tras algo menos de un año de cría en cautividad en condiciones óptimas y controladas de temperatura y alimentación, momento en el que muchos de los ejemplares habían alcanzado un peso y desarrollo suficiente para poder ser liberados. Y han sido depositados en la orilla "una vez que han alcanzado el tamaño óptimo que les permite incrementar sus probabilidades de supervivencia en el medio marino", señalaba el director general del Medio Natural, Fulgencio Perona, presente en el acto. En este sentido, la ficha de la especie en la 'Enciclopedia virtual de los vertebrados españoles', del CSIC, refiere una estimación de la mortalidad anual de juveniles en aguas del Mediterráneo del 27%.

Los quelonios, que fueron trasladados en cubetas traslúcidas, no dejaban de moverse ni en el recipiente ni en las manos de los voluntarios, y una vez en el suelo su instinto los dirigió hacia el agua sin pérdida de tiempo. Tras el contacto con las primeras olas -salvo un ejemplar despistado que insistía en volver a la orilla-, se sumergieron con velocidad y soltura en el que va a ser su elemento durante larguísimos años.

El pasado 15 de julio tuvo lugar, igualmente en La Manga, la liberación de otros diez ejemplares que habían nacido hace un año en la playa del Estacio.

Perona recordó que estas tortugas proceden de la segunda puesta de esta especie documentada en nuestra Región, que tuvo lugar el pasado verano en este mismo arenal. Parte de la nidada se trasladó al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Comunidad Autónoma El Valle para su incubación, manteniendo la mayor parte de los huevos en la playa, en un nuevo nido a 500 metros de la puesta original, en una zona más apta para su desarrollo.

Finalmente, tuvo lugar la eclosión de los huevos en uno y otro emplazamiento. Todas las crías nacidas, tanto en la playa como en el Centro de Recuperación, pasaron al programa de crecimiento controlado 'Head Starting', para lo cual se llevó a cabo su revisión y su pesaje, y fueron después trasladadas bien a los tanques de la Estación de Acuicultura Marina que el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA) tiene en San Pedro de Pinatar, bien al Arca del Mar de la Fundación Oceanográfic de Valencia, para iniciar su cría en cautividad hasta alcanzar un peso que les permitiera aumentar su supervivencia frente a depredadores. No en vano, el citado trabajo del CSIC señala que "la mortalidad de huevos y de neonatos en los primeros momentos de vida libre suele ser muy elevada pudiendo superar el 90%".

Desde el IMIDA relataron cómo las tortugas se mantienen en unas condiciones controladas de luz ultravioleta y temperatura, y bajo supervisión del personal del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, que las alimenta tres veces al día con una papilla especial a base de pescado blanco, pescado azul, crustáceos y moluscos, y una vez a la semana, suplementos vitamínicos y calcio, detallando ya el pasado diciembre que crecían a un ritmo mayor que las tortugas del año anterior.

UNA HEMBRA, VARIAS PUESTAS

 

Se sabe que una hembra de tortuga boba puede poner, en una temporada, entre uno y siete nidos, con una diferencia de entre diez y 18 días, recorriendo la costa hacia arriba y hacia abajo. De hecho, los machos se suelen quedar cerca de la zona de puesta, en el mar, a la espera de que las hembras vuelvan, ya que ovulan de nuevo a las pocas horas. De modo que los apareamientos son ahí muy frecuentes. También se sabe que muchas hembras se aparean con varios machos y que en la especie se da el almacenamiento de esperma.

De hecho, ésta es la segunda vez que se práctica en la Región esta técnica de 'Head Starting' -que ya ha sido contrastado en otros lugares del mundo, por ejemplo con la tortuga lora en EEUU-. "Lo que interesa es que las pequeñas tortugas se críen en la playa", explica María José Gens, veterinaria responsable del centro de El Valle, "pero también interesa que aquí se produzcan hembras, y eso depende de la temperatura de incubación". En realidad, cuenta, las tortugas están escogiendo nuestras costas porque las temperaturas han aumentado en sus zonas tradicionales de desove, en el Mediterráneo oriental. Allí, ahora, en las puestas predominan las hembras, y parece que se desplazan "buscando nuevas zonas donde se puedan producir machos y hembras". Al llegar aquí encuentran esa menor temperatura. Y si "a nivel global interesa que haya machos, a nivel más local interesa que haya hembras para acelerar la recolonización". Por eso, se toma una parte de la puesta y se destina a las incubadoras específicas para los huevos, y después a habitáculos para las crías.

Curiosamente, en el caso de estas tortugas liberadas ayer, que fueron trasladadas al Oceanográfic hace unas semanas, donde fueron sexadas, han resultado ser el 50 por ciento de machos y hembras.

El asunto en la tortuga boba es que presenta filopatria, esto es: querencia por el lugar en el que nació, al que vuelve para desovar. En relación con esta recolonización, el trabajo del CSIC señala que "se estima que la probabilidad de retorno de un neonato a reproducirse puede ser en muchos casos menor del 1 por mil, aunque esta baja supervivencia podría ser sostenible en condiciones naturales al ser una especie con una fertilidad (hasta más de 10.000 huevos totales por hembra) y longevidad (hasta más de 40 años fértiles) elevadas". La técnica de Head Starting trata, pues, de reforzar estos datos.

Este sistema, además, es también un seguro para el caso de que surgiera algún problema y el nido no saliera adelante. De nuevo, el trabajo del CSIC indica que "el éxito de emergencia de crías es enormemente variable entre nidos, entre playas y estacionalmente, influyendo decisivamente factores como la depredación, la inundación, la erosión de la arena, la deshidratación excesiva del nido, la infección por microorganismos o la presencia de arcilla o raíces de plantas".

Sin nidos este año en la Región, pero aún es temporada

A lo largo de este verano se han hallado siete rastros de tortuga intentando desovar en la Comunidad murciana, de los que uno se encontró en La Manga y los seis restantes en Calblanque, si bien finalmente no se ha llegado a localizar ningún nido. Esto supone para la Región un aumento en el número de avisos frente a los cuatro producidos el año pasado. Por contra, los intentos realizados en toda la costa española han descendido notoriamente de los 27 del verano de 2020 a los 19 de este ejercicio. Que una tortuga boba no anide dos años seguidos no es raro, de hecho los expertos describen que suelen pasar uno o dos veranos hasta que una hembra vuelve a excavar un nido.

Los avistamientos regionales se han producido en el periodo del 26 al 30 de junio. Pero la temporada de cría aún no se ha cerrado, toda vez que la puesta más tardía de la que se tiene constancia ocurrió el 27 de octubre de 2014, en Tarragona. Así que no hay que perder la esperanza y aún quedan algunos voluntarios inspeccionando las costas de la Región de buena mañana. "Es difícil que ocurra, pero sobre todo es complicado que haya gente en la playa que las vea", señala Gens, recordando la importancia de esta actuación.

La falta de nido no solo no hace perder la ilusión, sino que ésta "va in crescendo y el equipo de biólogos y veterinarios del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de El Valle sigue haciendo su trabajo y más emocionados que nunca porque este año vamos a liberar las 47 tortugas del año pasado, y ya se ha consolidado ese equipo Territorio Tortuga gracias a las asociaciones, de las cuales siete han participado hoy en esta liberación", detallaba Perona.

Al respecto, Perona agradece "la colaboración y el compromiso que las distintas asociaciones han prestado a la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente en la nueva campaña de 'Territorio Tortuga', fundamental para propiciar su afianzamiento en nuestro litoral".

Los expertos creen que la costa de Calblanque, La Manga-San Javier, Calnegre en Lorca y, en menor medida, Águilas, son buenas zonas para el desove. Ante el avistamiento de una hembra desovando, lo indicado es avisar en el 1-1-2 y retirarse para no molestar.

Todas las tortugas marinas se encuentran amenazadas en un mayor o menor grado, por lo que merecen todo el cuidado y toda la atención científica que se les pueda brindar. Y el hecho de que una generación de hembras adultas esté escogiendo nuestras costas como nuevo destino de anidación supone poner el foco de atención en la conservación de estos ecosistemas. Las playas no son meros acúmulos de arena, son hábitats para una fauna muy diversa, incluyendo a la protegida, querida y espectacular tortuga boba.

  

(NOTA: EN BREVE, INCLUIREMOS AQUÍ EL VÍDEO DE LA SUELTA DE LAS TORTUGAS)

Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.