Cientos de personas reclaman en Murcia acciones reales en la lucha por el clima
Cientos de personas se han manifestado esta tarde en la ciudad de Murcia, en un ambiente festivo y con clara presencia de jóvenes, para mostrar, al amparo de la Huelga Mundial por el Clima, su preocupación por el futuro del planeta y reclamar medidas reales y prácticas que frenen las afecciones al clima. Sin un lema concreto, pero respaldada por más de 60 entidades, la nutrida manifestación ha recorrido la capital con multitud de carteles reivindicativos, consignas y canciones, hasta llegar a la Delegación del Gobierno, donde se ha leído un manifiesto.
España ya ha declarado el Estado de Emergencia Climática. Lo hizo el Pleno del Congreso de los Diputados el pasado 17 de septiembre, no así el Gobierno regional ni ningún ayuntamiento de la Comunidad. Hoy, la jornada buscaba, en concreto, exigir a los gobiernos estatal, regional y locales "medidas realmente efectivas ante la emergencia climática en la que nos encontramos", según explican en una nota de prensa las entidades participantes, entre las que están Madres por el Clima, Extinction Rebellion, Ambiente Europeo, Ecolgistas en Acción (EEA), Greenpeace, ANSE, la Fundación Desarrollo Sostenible, Pacto por el Mar Menor, Teachers For Future o Nueva Cultura por el Clima (NCC).
Irene Sánchez, responsable en Murcia de la entidad convocante, Fridays For Future ( FFF) -que tiene a Greta Thunberg como icono-, considera "importante recordar a la gente por qué estamos luchando, queremos recordarles que ésta es nuestra casa y que si no gritamos con ella nadie más lo hará. Hoy queríamos en Murcia unirnos a nuestros hermanos en otras ciudades". Cada vez que organizan una manifestación, espera que "más gente se una a la causa, que recapacite y piense si le merece la pena cuidar el planeta y presionar para que los gobiernos hagan lo mismo a gran escala. Unos pocos igual no conseguimos mucho, pero cuantos más seamos, más difícil será ignorarnos", anima. A su parecer, declarar la Emergencia Climática es relevante "porque la Tierra necesita ayuda, pero más aún la Humanidad. El planeta nos ha demostrado más de una vez que es capaz de soportar cualquier cosa, y nos sobrevivirá a nosotros, ya sea en 10, 20, 30 ó 100 años. La cuestión es si queremos vivir en un planeta que, con sus incendios, inundaciones y tragedias en general, nos está echando porque no cuidamos de él. Tenemos que abrir los ojos, abrírselos al de al lado, entender de una vez la gravedad del asunto. Está en juego nuestra salud, la de nuestros hijos, sobrinos, nietos, animales… Esto no es una broma, no es un chiste, no es un Like en Facebook. Esto es real. Las fechas pueden variar, pero no la realidad".
En los carteles, muchos elaborados en vivos colores sobre cartones reutilizados, podían leerse sentencias como 'Plástico suelto, veneno pa' mi huerto', 'El dinero no salvará el planeta', 'Hay más plástico que sentido común' o 'Las otras luchas no tienen sentido si no ganamos ésta', mientras varios cientos de personas iniciaban la marcha desde la plaza de La Merced en dirección hacia la plaza de La Fuensanta.
"La declaración del Estado de Emergencia Climática es un poco la toma de conciencia con la situación que tenemos hoy, que no llega a la sociedad. Si el ciudadano de a pie fuera consciente de lo que tenemos encima habría una presión brutal y todos los gobiernos tomarían unas acciones contundentes y determinadas", expresa Ángel Silvente, vicepresidente NCC . Ése "lo que se nos viene encima", dice, lo estamos viendo y este verano ha sido un poco ejemplo de ello, con incendios masivos que aún no han acabado en la Amazonia -se preveía que la selva amazónica se convirtiera en sabana en 30 ó 50 años, y eso está pasando ya-. Hemos tenido temperaturas récords de treinta y tantos grados en Groenlandia con fusión masiva de superficie helada, que era una masa de hielo que los científicos daban como estable por lo menos hasta 2050. También temperaturas récord en España y en Francia con 45,7 º -jamás vistos-, y esto se une al episodio reciente de lluvia, a que la corriente de chorro se está debilitando, a que masas de aire frío se desprenden fácilmente del frente polar…", repasa, para detenerse aquí en Murcia, donde "somos zona cero del Cambio Climático; en una región semiárida y costera, si no nos preocuparnos por eso, lo tenemos mal". Pero esa información "no llega, no se cuenta toda la verdad y esto es fundamental" porque "tenemos que adaptarnos a un clima que va a cambiar. Esto empieza ahora. Esto que estamos viendo es lo que menos nos tiene que preocupar, dentro de diez años diremos ¡qué bien estábamos en 2019! Esto va muy deprisa y hay que mitigarlo y reducir emisiones, pero aparte hay que adaptarse: cómo vamos a gestionar el agua, la agricultura, las masas forestales, qué va a pasar con el turismo cuando la temporada baja en España será el verano y nadie querrá venir aquí", advierte.
La marcha, dominada con rotundidad por los más jóvenes que, situados al frente portaban la pancarta inicial, encaraba la Gran Vía con ánimo creciente y surgían aquí y allá, casi sin lapsos de silencio, un "Este planeta no se vende", o "Ni una especie menos, ni un grado más". El grito de "No hay planeta B" recorrió sonoramente varias veces la multitud, que podía superar ya los 2.000 asistentes.
Silvente es también el coordinador de la proposición de Ley de Cambio Climático recientemente presentada la Asamblea Regional de Murcia. A este respecto, aclara que "que se apruebe la Ley del Clima de la Región de Murcia es el primer paso a dar. A partir de ahí tendrán que venir más cosas". Añade a ello su más que sospecha de que "el ciudadano medio tiene un desconocimiento bastante grande del Cambio Climático y una confusión enorme, entre otras cosas por las propias declaraciones de muchos políticos que no están al día o medios de comunicación que invitan a pseudo expertos que generan más confusión. Y, desde luego, no estamos capacitados para gestionar una crisis que tenemos inminente. Este es uno de los puntos que tratamos en la Ley, la capacitación climática de la sociedad", reivindica.
Por ello, contempla a la manifestación como una toma de conciencia y un toque de atención sobre todo a los políticos, que son quienes tienen la llave para poner este tema en la primera línea de sus prioridades, que además impregna a todas las demás políticas. Añadido a que "la mayoría, si no todas, las soluciones al Cambio Climático son medidas que tiene sentido en sí mismas: ¿quién no va a querer aire limpio en la ciudad, un tráfico más calmado, energía más barata y de origen renovable, una alimentación más sana…?" deja caer.
Al paso de la manifestación se iban sumando nuevos participantes, que enseguida se veían envueltos por el espíritu alegre que ha caracterizado la cita. "Corre, que el planeta se nos muere", decía un chaval, tirando del brazo de su padre, queriendo coger un sitio entre la gente. En la acera, una niña que apenas sabía andar con seguridad le cuestionaba a su madre, quien le respondía "Eso no es cuidar el planeta", mientras una pareja de amigos de edad avanzada sonreían: "qué gusto da ver a la juventud así".
"La reivindicación es que se reconozca la verdad del Estado de Emergencia Climática como primer paso, porque para actuar lo primero es reconocer que estamos ante un reto; y a partir de ahí, que no solo sea una declaración institucional, sino que se hagan cosas concretas. Lo que interesa es llevar a la acción urgente dedicando los esfuerzos a hacer lo que hay que hacer, que es básicamente reducir las emisiones al máximo para conseguir, antes de 2030, el Balance Neto de Emisiones cero, que significa que entre lo que se emite y se retira del aire, el total sea cero", defiende Pedro Luengo, de EEA. Por lo tanto, repasa, "habrá que reducir el consumo de lo que despilfarramos, revisar el consumo de energía con menos emisiones apostando, por ejemplo, por energías limpias, y aumentar los sumideros de CO2, así como reforestar y recuperar áreas de la naturaleza degradadas para que sean sumideros otra vez". Y más aún, "conseguir que se traduzca también en políticas que se pongan en marcha, con todo lo que implica, pero hay que hacerlo ya, no quedarse en las palabras". Luengo entiende que ya hay cosas que se están haciendo en este sentido, "lo que no existe es un plan", y una Declaración de Emergencia Climática lo que hace es "poner el foco en esas acciones que hay que llevar a cabo, algunas más sencillas, otras será más difícil aplicarlas a corto plazo, pero cuando uno pone todo el foco en estas acciones, es más fácil que se aprueben y que acaben llevándose a cabo", subraya.
IHJ, de 11 años, ha escrito su propio manifiesto:
"Solo hay una cosa que me preocupa sobre mi futuro: que no exista.
Según la ONU, 200 especies se extinguen cada día y no sé cuándo le va a tocar a la mía.
Mi vida cambió radicalmente cuando mi madre empezó su guerra anti plásticos; a veces no puedo tomar lo que quiero, pero me aguanto porque es necesario.
Esta semana España ha declarado el Estado de Emergencia Climática. Hoy estamos aquí para celebrar lo que hemos conseguido y para conseguir más".
A favor tiene, apunta, un factor nuevo, "y es una creciente presión de la población, que está sufriendo una progresiva y muy rápida y sensibilización por el tema, debido a la situación del Cambio Climático y las posibles consecuencias si nos vamos a un escenario en el que no hagamos nada y el Cambio Climático avance de una forma mucho más dura que si aplicamos restricciones a esas emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero".
Sally Johnstone, como otras muchas personas, ha estado trabajando a la sombra. Es la cofundadora de Madres por el Clima y Extinction Rebellion y, en el trajín de la organización, ha sido el espíritu dinamizador y ha estado bregando para diseñar el recorrido, localizar las mesas, las pancartas, las músicas o buscando y ofreciendo apoyo logístico. "Esta manifestación es muy importante. O debería serlo, esperaba que viniera mucha gente y por eso hasta y tuvimos que cambiar la ruta", sonríe. Luego añade, "yo pido cosas muy generales, que cuidemos el medioambiente" y asegura que "la Declaración de Emergencia Climática es para ponerse optimista, porque es un paso. Significa que puedo decir a la gente que estamos en emergencia climática; que en lugar de ser yo quien va diciendo que tenemos un problema grave, puedo decirles que el Gobierno ha declarado el Estado de Emergencia, y que, por favor, hay que hacer caso. De momento será un papel, y tendremos que presionar más, pero serán una serie de pasos que hay que dar". Con ella y otros compañeros a la cabeza, a lo largo de toda la acción se han oído alegres y reivindicativas adaptaciones de Wallking on sunshine, Bella ciao o In the jungle, que Johnstone no dejaba de bailar y cantar, además de anunciar, micrófono en mano, una próxima cita el 6 de octubre en Madrid para continuar con las reivindicaciones.
Al llegar frente a la Delegación del Gobierno, las pancartas se han depositado en el suelo y parte de los manifestantes se han tumbado, al tiempo que se leía el manifiesto.
La nota conjunta detalla que desde hace semanas se están llevando a cabo numerosos gestos de apoyo a la Huelga Mundial por el Clima por parte de distintos actores sociales, de la comunidad científica y de la artística, que reflejan "la necesidad de abordar una transición ecológica urgente y justa", y recuerda que "la actual crisis climática es el mayor reto al que se enfrenta la humanidad y, por este motivo y con el fin de dar respuesta a la magnitud del problema, la sociedad se está coordinando a nivel mundial".
Los colectivos explican que "la actual crisis climática es consecuencia directa del modelo de producción extractivista", basada principalmente en el uso de combustibles fósiles y del consumo globalizado, "poniendo en riesgo la supervivencia de un gran número de especies y ecosistemas, afectando también a la propia especie humana, y más especialmente a las poblaciones más empobrecidas y vulnerables".
Señalan asimismo que "desde hace décadas la comunidad científica alerta del deterioro de un gran número de ecosistemas", tanto terrestres como marinos, así como del "punto de no retorno frente al cambio climático". Pero consideran que lo que ha desatado la alerta en la población y la comunidad científica son dos recientes informes. El primero, sobre el estado de la biodiversidad de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES), que revela que cerca de un millón de especies entre animales y plantas se encuentran al borde de la extinción como consecuencia de las actividades humanas. El segundo, el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado el pasado agosto, reconoce que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los sectores es el único modo de mantener el calentamiento global por debajo de los críticos 1,5 °C.
Y para conseguirlo, "tenemos apenas una década, en la que hay que poner en marcha estas medidas ambiciosas y eficaces. No responder con suficiente rapidez y contundencia a la emergencia climática, ecológica y civilizatoria supondrá el aumento de la pobreza extrema para millones de personas, el aumento de las migraciones y de la mortalidad, además de la extinción de muchas especies e, incluso, de ecosistemas completos".
Las cuatro fuentes consultadas hoy están satisfechas. "Hay mucha gente joven, hay un clamor, esto se ha movido en redes sociales y otros medios que no tenemos los adultos y sin ninguna organización que la acapare, y eso es muy positivo", apunta Silvente. Pedro Luengo incide también en la presencia de la juventud, "es esperanzador, es un síntoma de que la lucha les interesa porque va su futuro", aunque añade que "por desgracia, es una de las muchas más manifestacones que tendremos que hacer para que se lo tomen en serio". Para Johnstone el resultado es "fenomenal, mejor de lo esperado. Estoy encantada porque tenemos que hacer un cambio y no se puede hacer si no se suma la gente". Mientras que Sánchez se sentía "súper agradecida a toda la gente que ha venido y de que se haya dado cuenta de que hay que luchar, y de que lo haga".
La manifestación celebrada esta tarde se halla enmarcada, a su vez, en las movilizaciones por el clima y en la semana de acción del 20 al 27 de septiembre que, también a nivel global, ha convocado FFF, y además de en la capital, se ha convocado también en Lorca y en Yecla, al igual que en las principales ciudades del país y de todo el mundo.
Ante la Delegación del Gobierno, las pancartas se dejaron sobre el asfalto. Después, varios manifestantes se tumbaron encima (foto de arriba). Ambas imágenes, cedidas por Antonio García, de Naturnet.