55.000 gargantas claman en Cartagena un histórico SOS por el Mar Menor

Las impresionantes imágenes que ha dejado la manifestación ‘SOS Mar Menor’ celebrada ayer en Cartagena son el vivo reflejo del pesar y la indignación de una Región ante la pérdida, por desidia, de uno de sus ecosistemas más singulares y pegados a la piel de los ciudadanos. Con la calzada completamente abarrotada por los manifestantes, que se echaron a la calle como nunca antes por un Mar Menor que agoniza, la cabecera iba lentamente abriéndose paso mientras en las aceras, medianas y plazas, cientos de vecinos de todas las edades esperaban verla aparecer entre la muchedumbre para unirse poco a poco a la inmensa marea humana. Y así, cerca de 55.000 personas, según estimaciones de la Policía Nacional, salieron a gritar su descontento y la urgencia de tomar medidas correctoras para recuperar, en lo posible, la laguna costera de reconocida importancia regional, nacional y europea.

“Ha sido un esfuerzo enorme coordinar y movilizar a tanta gente, pero creo que por el resultado ha valido la pena”, resumía su impresión Leandro Sánchez, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Usuarios y Consumidores de Cartagena y Comarca 'Fernando Garrido' (Favcac), entidad que organizaba esta movilización “para exigir a los políticos que actúen de forma eficaz para la recuperación de nuestro Mar Menor”. La convocatoria nació aún antes del reciente episodio de mortandad masiva en el norte de la laguna. “Creíamos que la ciudadanía tenía que dar un paso adelante, dejando a los políticos de lado”, explica. Ahora, el gran respaldo obtenido “significa para mí un punto de inflexión en el sentido de que ahora mismo la ciudadanía se va a dar cuenta, de una vez por todas, del poder que tiene, que sepa que tiene una responsabilidad enorme y que tiene que pasar a la acción para hacer ver a los políticos que otro tipo de política no sólo es posible, sino que es imprescindible”, defiende con vehemencia. Pero para Sánchez, esto no es el final, a esta manifestación le seguirán nuevas reuniones entre todos los colectivos, más actuaciones de movilizaciones en toda la Región, y seguir trabajando para elaborar más propuestas, como las que hicieron llegar a la ministra de Transición Ecológica en funciones, con el objetivo de “hacer ver a las Administraciones cuáles son las medidas que tienen que tomar, que por otro lado ya saben cuáles son desde hace más de 30 años”.

En la cabecera de la manifestación, tras una pancarta con el lema ‘SOS Mar Menor, por un Mar Menor con futuro’, acompañaban a Favcac representantes de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE), Pacto por el Mar Menor y la Fundación Sierra Minera.

La Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) lleva reivindicando desde hace décadas la necesidad de salvaguardar el Mar Menor, y tiene en Pedro García, que fue durante muchos años su presidente, uno de sus rostros más populares. Ayer compartía cabecera de la manifestación. “Veo una cantidad de gente descomunal, impresionante. Por mucho que pudiéramos esperar, la gente ha demostrado que el Mar Menor llega al corazón de la mayor parte de los habitantes de la Región, sino no se explica que hoy haya tantas decenas de miles de personas como hay”, se alegraba, mientras iba recibiendo saludos de uno y otro costado. “Llegamos a tiempo, sin duda, pero la situación espantosa que estamos sufriendo también se puede repetir. Es reversible, pero no necesariamente va a ser reversible si no se aplican las medidas”, advierte. Añade a ello que “el problema es que, después de tantos años, las medidas inmediatas ya son casi imposibles, pero hay una que nosotros sí pensamos que se puede hacer, y es eliminar todos los cultivos de regadío de la agroindustria que se están desarrollando en el Campo de Cartagena fuera de las zonas autorizadas de riego que conoce muy bien la Confederación Hidrográfica del Segura”.

Sobre el riesgo de que esta agroindustria salga del entorno del Mar Menor para ocupar otros territorios en la Región, García detalla que “la agricultura intensiva, depende de cómo se practique, puede seguir practicándose en el Campo de Cartagena. Hay agricultores que trabajan muy bien. Nosotros no calificamos a todos los agricultores de la misma manera; intentamos distinguir ente la agricultura en general y cierto tipo de agroindustria. Pensamos que sobre todo esa agroindustria súper intensiva con varias cosechas al año, que precisamente se puede desplazar de un sitio a otro, es la que termina perjudicando al agricultor de toda la vida o al agricultor que se ha adaptado, al ecológico, al responsable… Y en el resto de la Región lo que hay que hacer es aplicar las mismas políticas. Fuera del Campo de Cartagena hay también varios miles de hectáreas de regadíos ilegales y lo que resulta increíble es que la Comunidad Hidrográfica del Segura esté trabajando para la legalización de parte de esos regadíos, y eso lo está haciendo no solo en el Campo de Cartagena, sino que lo está permitiendo en otros lugares de la Región de Murcia”, alerta.

Desde ANSE consideran que una de las medidas que se pueden adoptar de inmediato es evitar que las zonas con pendiente que están siendo cultivadas en las proximidades del Mar Menor que no tienen tampoco derecho de aguas sigan con esas prácticas, o aplicar estrictamente las medidas preventivas para el Mar Menor que tampoco se están llevando a la práctica, “y una cosa imprescindible y muy urgente, que es que el Estado y la Comunidad Autónoma pongan en marcha un órgano de participación real en el cual se discutan todas estas medidas con luz y taquígrafos, y permitiendo que la ciudadanía pueda estar informada y pueda opinar, y se le tenga en cuenta, que es lo que no se ha hecho hasta ahora”.

Tal era ayer la avalancha de gente -llegada desde los municipios costeros por su propia implicación en el asunto, pero también de otros puntos de la Región, donde se fletaron al menos 20 autobuses- que cuando el grupo inicial ya había rebasado la Plaza de España y desplegado una doble pancarta, gran parte de los asistentes no habían salido aún del lugar de arranque, en la Alameda de San Antón.

Todavía quedaba un buen trecho hasta el destino final, en el Paseo de Alfonso XIII, frente a la Asamblea Regional, y la manifestación seguía avanzando pesadamente.

Los pescadores son uno de los colectivos que más está sufriendo la crisis que vive el Mar Menor. “En principio, somos los más afectados, pero ya lo sabíamos”, lamenta desde la cabecera Jesús Gómez Escudero, Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, que engloba a todos los pescadores del Mar Menor, y que aglutina a unas 150 familias. “Cuando aparecieron los peces muertos, nuestro mercado nos respondió y dijo que no quería pescado del Mar Menor. Tuvimos que parar de pescar, llevamos 15 días en dique seco y con un futuro muy incierto, y los pescadores, sin tener su medio de vida y sin ingresos. Lo estamos pasando bastante mal”, suspira. Y eso que lo tenían claro: “Yo, sin ninguna duda, lo esperaba desde mucho antes. En la Cofradía, junto a los otros cuatro colectivos que hemos convocado esta manifestación, estamos desde hace cuatro años luchando mucho en los medios, en Madrid, Bruselas, Murcia o Cartagena, pero sabíamos que era cuestión de tiempo. Como conocíamos la negligencia del Gobierno regional, que no se estaba haciendo prácticamente nada y estaba permitiendo muchas cosas que no debía permitir, pues sabíamos que antes o después la bomba iba a explotar, y ha explotado”, describe. Ahora, desea que esta manifestación sea definitiva. “Es verdad que la sociedad está respondiendo muy bien. Espero que de verdad sea un cambio y que seamos capaces de obligarles a los políticos a que hagan lo que tenían que haber hecho hace ya muchos años”.

"Ese, o, ese, Mar- Me-nor" fue  uno de los gritos más repetidos a lo largo de toda la columna, en la que también se corean otros eslóganes como “Con los nitratos no hay trato”, “Nos falta la paciencia con tanta incompetencia”, “El Mar Menor no es un contenedor”, "No es la DANA, es por no hacer nada" o el cántico deportivo de “Yo soy Mar Menor, Mar Menor, Mar Menor”.

“Creo que hemos superado las expectativas. Es un exitazo y significa que hay mucha inquietud en la gente en que realmente se resuelva el problema”, se alegraba Pedro Luengo, portavoz de Ecologistas en Acción, quien valoraba el esfuerzo de los ciudadanos por acercarse a la localidad portuaria un día entre semana, en horario laboral, y recalcando que por ello “aún hay mucha gente que no ha podido venir”. Al respecto, Luengo cree que “la gente no se va a cansar tan fácilmente de reivindicar. El episodio de 2016 tuvo unas características, y éste ha hecho que mucha gente que sólo miraba a ver si el agua estaba más o menos turbia se dé cuenta de que es todo un ecosistema, de que es mucho más ‘gordo’ de lo que nos estaban contando, y hay mucha gente que ya no se cree el discurso oficial, por lo tanto va a ser más difícil manipular a la opinión pública y la gente se está poniendo más exigente, está viendo que así no vamos a ningún lado”. Y es que “el Mar Menor es un símbolo de identidad de la Región, e incluso de mucha gente que no es de la Región. Hay realmente una preocupación en que los dirigentes actuales sean capaces de revertir la situación y tomar las decisiones drásticas que hay que tomar”.

La gran pregunta es saber si llegamos a tiempo. “Un ecosistema como éste es muy complejo, tiene capacidad de regenerarse, aunque posiblemente haya partes del ecosistema que no vamos a recuperar nunca. Pero sí que podemos llegar a un buen estado ecológico en su mayor parte, solo que tenemos que hacerlo ya porque si no, todos estos elementos se van a ir perdiendo y van a ser imposibles de recuperar”, dice. Así, señala que lo primero que hay que hacer es “parar la sangría de nutrientes que está llegando mayoritariamente del sector agrícola y por encima. Hay una controversia de si la conexión por debajo realmente lleva las cantidades que se dicen, y que se está estudiando, pero lo que sí es evidente es que por arriba entra mucho, y eso no se soluciona con una simple obra pública, sino haciendo políticas de cambios de modelo, de revegetación, de recuperación de espacios. Hay elementos que se puede hacer más rápidos y luego ir progresando, como recuperar todos los sistemas de ramblas y cauces públicos, revegetar vías pecuarias, establecer en la primera franja obligaciones de ciertas técnicas para evitar escorrentías y retener sus nutrientes, para que cada finca tenga sus setos... No es suficiente, pero se puede empezar por ahí y eso es bastante rápido”, anima el técnico.

Pancartas domésticas y coloridas se entremezclaban unas con otras con alegría combativa, algunas con figuras en forma de caballito de mar, o colgantes de un paraguas, o con medusas dibujadas, y entre ellas se podían leer espontáneos lemas trazados con pintura gruesa como ‘Los peces muertos tienen sus derechos’, ‘Éramos pobres con un paraíso único en Europa’, y algunas con tonos más graves como ‘Exijo prisión’ en rotundo blanco sobre un fondo negro, ‘Gobierno regional, menos agroindustria y menos caradura’, ‘Exigimos por ley una cosecha al año en todo el Campo de Cartagena’, o ‘Políticos, habéis dejado morir el Mar Menor’. También se podía ver con profusión el rectángulo negro con el lema, que igualmente manera lucía en multitud de camisetas.

Desde la plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor, su portavoz, Ramón Pagán González, se mostraba contundente: “Creo que es histórica; en la Región de Murcia nunca, bajo ningún concepto, se ha hecho una manifestación como ésta. Que tomen nota de que en la Región de Murcia queremos salvar el Mar Menor, que tomen las medidas oportunas para que esto no se siga degradando; porque si nos ponemos a trabajar, si realmente se solucionan los problemas en origen, el Mar Menor se puede salvar, y no vamos a consentir que sigan sin hacer nada. Si no se mueven, les moverán”, advertía. La plataforma está de enhorabuena porque han sido reconocidos en varias ocasiones por su labor en defensa de la laguna, pero “ésta noche estamos recibiendo todas las plataformas que hemos convocado esta asamblea el mayor premio” comparaba, y quiso subrayar que “desde Pacto por el Mar Menor y todas las demás plataformas que hemos ido a donde ha hecho falta para reclamar que en el Mar Menor se cumpliera la normativa y la ley, vamos a trabajar juntos y a seguir todavía con  más fuerzas; y a partir de ahora se van a ver los resultados. Y los que han cometido este desastre, que cumplan con sus responsabilidades”, defendió.

Un barco, un negro ataúd o una alargada raspa de pescado también se dejaron ver entre la multitud, mientras de fondo sonaba la contagiosa melodía de “Cada vez que te veo me sabe a poco…” rematada con un “Te quiero, Mar Menor”; o la esperanzadora “Saber que se puede, querer que se pueda… […] pintarse la cara color esperanza, brindar al futuro con el corazón”. Voces que se apagaron para escuchar, ya ante la Asamblea Regional, a la escritora María Dueñas relatando cómo esta “grandiosa manifestación es una muestra evidente potente y clamorosa de cuánto nos preocupa y cuánto nos duele a todos el Mar Menor”. “Las malas prácticas, la negligencia pública y privada, el maltrato sistemático y tolerado nos han traído hoy hasta aquí”, dijo, y se refirió a “las agresiones perpetradas durante décadas por parte de nuestros responsables”. Y, cerrando el día, la sentida lectura conjunta del manifiesto que dejaba constancia de que “no vamos a seguir consintiendo más incompetencia de los poderes públicos” y con el que se gritó bien alto que “no pararemos hasta salvar el Mar Menor”.

En el escenario, ya de noche, compartiendo visión de la multitudinaria asistencia -entre la que se colaron, sin protagonismo, aglunos políticos-, estaban las entidades convocantes. Desde allí, Leandro Sánchez, de Favcac, recordaba “el Mar Menor del 87, el que yo veía cuando mi padre me llevaba, que pasábamos antes por la fábrica de hielo, cogíamos hielo, cargábamos la nevera, y nos íbamos a pasar el día al Mar Menor a comer conejo frito con bolas. Lo recuerdo de una manera nostálgica, limpio, cristalino, lleno de vida, cálido… Era parte de mi vida, de mi ADN. Y es el que quiero para mis nietos, para las generaciones venideras”.

Mónica Rubio. Periodista y Bióloga.