Un equipo internacional de científicos de varias instituciones europeas se encuentra en la Base Gabriel de Castilla, en la Antártida, para estudiar las consecuencias evolutivas de la personalidad de diversas poblaciones de pingüinos con el objetivo de obtener conclusiones sobre la respuesta de cada individuo a los cambios ambientales del continente Antártico, según informa en una nota de prensa el Oceanogràfic de València, que participa en este proyecto.
Se trata del proyecto Perpantar (Personalidad de Pinguinos Antárticos), liderado por Andrés Barbosa, que fue biólogo e investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y en el que participa el Instituto Pluridisciplinario Hubert Curien, la Universidad de Alcalá de Henares, la Academia Polaca de Ciencias y, este año, también un equipo del Oceanogràfic de València.
Los cambios ambientales afectan a la naturaleza, especialmente la fauna y la flora. Muchas especies, marinas y terrestres, funcionan como termómetros de la salud del planeta y sus comportamientos son cruciales para conocer mejor los aspectos sobre su biología, sus zonas de anidación o sus rutas migratorias.
La campaña antártica está centrada en estudiar la conducta individual de varias poblaciones de pingüinos (Pygoscelis papua -pingüino papúa o pingüino juanito-, Pygoscelis adeliae -pingüino de Adelia- y Pygoscelis antarcticus -pingüino barbijo-) que habitan en la zona de Isla Decepción, y determinar patrones de conducta que permitan establecer conclusiones sobre cada una de estas especies y, en particular, sobre cada individuo.
Reducción del alimento y migración
La reducción del alimento en sus zonas habituales, ocasionada principalmente por los cambios ambientales, está provocando la migración de varias poblaciones de pingüinos a otras áreas en las que la alimentación es más abundante. El objetivo del proyecto Perpantar es conocer la personalidad de cada individuo para determinar su respuesta a estos cambios y su tendencia a explorar nuevas zonas para tratar de paliar los efectos frente al cambio climático.
Para conocer el comportamiento de cada animal, el equipo le presenta un objeto desconocido, como un rodillo de pintura, que permita a los investigadores permanecer lo suficientemente alejados de los individuos para no influir en su conducta y así valorar su respuesta a ese objeto. En función de la reacción, los científicos podrán extraer conclusiones sobre su personalidad.
Además, los investigadores llevan a cabo distintos muestreos para la recolección de los datos, como heces, sangre y medidas morfométricas en individuos juveniles y adultos. Con las muestras de sangre, por ejemplo, se tratará de entender el estado de salud global de las colonias y otros datos que les permitan obtener un diagnóstico sobre las diferentes patologías existentes. Unas informaciones significativas para el futuro de las especies.
Asimismo, se han colocado pequeñas cámaras y geolocalizadores a los animales para determinar los patrones de migración de las colonias en función de la capacidad exploratoria de cada uno. Esta labor corre a cargo del equipo del acuario valenciano, que participa este año en la instalación de dispositivos satelitales a los animales para entender sus rutas migratorias y sus zonas de alimentación durante la época invernal.
Aprendiendo de los pingüinos del Oceanogràfic de València
Para poder llevar a cabo la instalación con los pingüinos de la Antártida, se han realizado ensayos previos con los animales que habitan en el Oceanogràfic de Valencia, ubicado en la Ciutat de les Arts i les Ciències.
La posibilidad de hacerlo en condiciones muy controladas como las del acuario valenciano, y acompañados del equipo de veterinarios e investigadores que conocen bien el comportamiento de cada individuo, hace del Oceanogràfic el lugar idóneo para ejecutar las pruebas y garantizar el éxito de los dispositivos en animales que habitan en el medio natural.
2023-02-06