Mario Mairal, uno de los coordinadores del I Biomaratón de Flora Española de la Sebot, en un viaje a Canarias.

Con vocación multitudinaria y festiva, este fin de semana llega a todo el país el I Biomaratón de Flora Española, una actividad que además de hacernos reposar la mirada en nuestras plantas silvestres e impulsar el conocimiento científico, busca también relanzar el diálogo entre los investigadores y los aficionados. Organizado por la Sociedad Botánica Española (Sebot) en torno a la fecha que hoy se celebra, el Día de la Fascinación por las Plantas, la cita aspira a recrear una gran fotografía de la flora nacional tal y como puede contemplarse estos días. Cientos de ciudadanos de toda España, sociedades, ONG, universidades, centros de investigación y Parques Nacionales ya han confirmado su presencia.

De hecho, la participación es muy sencilla: basta con echarse al campo los días 21, 22 y 23 de mayo y realizar cuantas fotografías sean posible del mundo vegetal. No hay que buscar la flor más esplendorosa, ni la rareza, ni el ejemplar más recóndito: basta con fotografiar lo que hay, de modo que se consiga describir de una manera gráfica el momento que atraviesan nuestros paisajes. Las imágenes, que han de estar georreferenciadas, se suben a la web de iNaturalist indicando la fecha. En la web se ha abierto un apartado para este ambicioso proyecto de ciencia ciudadana y, más en concreto, hay una página dedicada exclusivamente a la Región de Murcia. Si no se conoce el nombre de la planta no hay problema: se apunta el término general de ‘Plantae’ y más adelante algún usuario conocedor de la especie la detallará. La idea es inundar la página con especies de nuestra Comunidad.

«Lo principal es reivindicar la importancia de la diversidad vegetal, de la que tanto dependemos, así como de la investigación y catalogación. Pero también crear conciencia y hacer ciencia ciudadana, porque toda esa información será útil para aumentar el conocimiento, ya que pasa a un registro mundial de datos de biodiversidad que todo el mundo puede utilizar. Así, los ciudadanos se convierten un poco en científicos. Y todo eso, además de divertirnos y aprender», recuenta Mario Mairal, doctor en Biología y uno de los coordinadores nacionales del Biomaratón. Mairal añade asimismo, como objetivos adicionales, «acercar un poco el conocimiento entre unos y otros y ver que la ciencia es accesible. Y que se haga de modo altruista, porque aquí no hay objetivos personales. Que se junte gente con muchas ganas de hacer cosas y se vea arropada por otras personas, aunque estén alejadas físicamente. Y a lo mejor, tras este encuentro, pueden seguir quedando otros fines de semana y reivindicarse a nivel local o realizar acciones de conservación o de estudio, de modo que puede ser un pistoletazo para que la gente con intereses parecidos se conozca».

Desconexión del medio natural

El Biomaratón era necesario porque «cada vez estamos más desligados del medio natural, y especialmente de las plantas, que tanta importancia han tenido en nuestra evolución cultural y como sociedad”, recuerda Mairal. El investigador subraya cómo «el inicio de las sociedades humana está intrínsecamente ligado a las plantas. Los primeros asentamientos humanos se dieron gracias a su uso y domesticación, e incluso antes ya fue importante el reconocimiento para su recolección». Con la agricultura, agrega, «surgió la posibilidad de dedicarse a otras actividades que no fueran caza y recolección, naciendo los gremios. Pero ahora hay una desconexión total y ya no se es consciente de lo que dependemos de ellas, desde respirar y alimentarnos hasta establecer nuestra sociedad como la conocemos».

La biodiversidad vegetal es uno de los mayores artífices de este Biomaratón, relata el naturalista oscense, quien considera que el afán de defenderla se debate entre el interés como especie, «porque una biodiversidad en un buen estado nos protege: actúa como tampón frente a infecciones, virus o pandemias, previene la erosión del suelo… nos beneficia en ámbitos de salud y económicos», y la subjetividad humana, con la «autocomplacienica, al maravillarnos con esa biodiversidad, y esto tiene un fondo romántico donde nos situamos un poco los botánicos a los que nos gusta estudiar la biodiversidad», sostiene.

Así, lamenta que existe un olvido a nivel institucional y «no se destinen suficientes recursos para proteger estos bienes tan necesarios» al mismo tiempo que «parece que incluso se ningunea este tipo de ciencia y estos estudios, de modo que hay también un poco de olvido a nivel académico».

Mario Mairal no se atreve a dar una respuesta rotunda sobre cómo está la flora en España, pero aprovecha para recalcar que precisamente en el I Congreso Español de Botánica, que la Sebot organiza en septiembre en Toledo, se abordará este tema. «Necesito ver diferentes posturas, porque la de un gestor es muy diferente de la de un conservacionista», medita. Pero sí se le viene a la cabeza el problema de muchos taxones que están restringidos a áreas muy pequeñas. Para ellos, sugiere, se necesita implementar herramientas de conservación poco desarrolladas en nuestra legislación, como microrreservas de flora, «porque de pronto hay obras, minería o diferentes amenazas que pueden acabar con especies únicas, y a veces las acciones se limitan a una traslocación como medida compensatoria que en ocasiones no da buenos resultados», apunta.

Y aunque en España «hay un buen número de zonas con un buen estado de conservación», nuestra naturaleza está supeditada a todas las amenazas a nivel global -como la aridificación-, al aumento de infraestructuras, pérdida de habitas, intensificación agrícola o la PAC, que «es un caballo de batalla muy importante». Y a todo ello se une la ausencia de una conexión entre científicos y gestores. «Echo mucho de menos que todo el conocimiento científico pueda utilizarse a nivel de gestión en todos los ámbitos de la conservación; en la mayoría de los sitios que conozco esta transferencia de conocimientos es muy escasa», comenta Mairal.

El Biomaratón viene también a recordar este extremo. Por eso, Mairal y un conjunto de unas ocho personas han bregado para que este evento de ciencia ciudadana se haga visible este fin de semana de norte a sur.

La idea surgió en concreto en el seno del Grupo de Trabajo de Sistemática de la Sebot, una entidad joven -de apenas dos años de vida- pero que no descansa, organizando eventos propios y animando a la participación en otros. El mismo Mairal estará esta semana ‘desconectado’ en algún punto del Sureste español, por las Sierras Béticas, buscando ejemplares de arenarias, un grupo de plantas «bastante endémico de la Península y muy interesante», cuya historia evolutiva están estudiando últimamente. Quizá acaricie las tierras murcianas. Quizá en esa incursión pueda aportar al Biomaratón una imagen de nuestra tierra. Su fotografía, y otras similares, dejarán constancia de esta vegetación resiliente, que estos días sabrá sobreponerse a las altas temperaturas como ya lo hiciera antes. Eso, y mucho más, nos lo contarán los resultados que se obtengan este fin de semana en el I Biomaratón de Flora Española.

Actividad coordinada a nivel regional por elclickverde. Para cualquier duda, consulta en elclickverde@gmail.com

FICHA DE LA ACTIVIDAD: l Biomaratón de Flora Española