Pese la aplicación de medidas de mitigación, la degradación de los océanos es un hecho constatado, según se desprende de la Segunda Evaluación Mundial de los Océanos, tal y como informa en una nota de prensa el Instituto Español de Oceanografía (IEO), varios de cuyos expertos han participado en este trabajo.
La Evaluación Mundial de los Océanos es un informe en el que se evalúa el estado de los océanos del planeta, los servicios que prestan y las actividades humanas que influyen en su estado, y del que se realizó una primera edición en 2015. En esa ocasión se concluyó que muchas partes de los océanos habían sufrido un grave deterioro y que, si no se solucionaban, los problemas que se describían desencadenarían un ciclo destructivo de degradación a consecuencia del cual los océanos dejarían de poder proporcionar muchos de los beneficios de los que dependen los humanos.
El nuevo informe, presentado la semana pasada, señala que muchas presiones derivadas de la actividad humana continúan degradando los océanos, en particular hábitats importantes como los manglares y los arrecifes de coral. Entre esas presiones se cuentan las asociadas al cambio climático, la pesca no sostenible -incluida la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada-, la introducción de especies invasoras, la contaminación atmosférica causante de la acidificación y la eutrofización, el aporte excesivo de nutrientes y sustancias peligrosas, como los plásticos, los microplásticos y los nanoplásticos, el aumento del ruido antropogénico y la mala gestión del desarrollo de las zonas costeras y la extracción de recursos naturales.
Según el análisis, esta degradación no ha cesado respecto al primer informe de 2015, a pesar de la mejoras en la comprensión de estos ecosistemas.
En la Segunda Evaluación Mundial de los Océanos, en la que han participado más de 300 científicos, se actualiza la información presentada en la Primera Evaluación, teniendo en cuenta las novedades y los cambios de los que se tiene noticia desde 2015.
Así, señala que la comprensión de los océanos no ha dejado de mejorar gracias a las innovaciones en los sensores y las plataformas de observación autónomas que han generado un aumento considerable de la observación de los océanos. Además, apunta a que algunas respuestas de mitigación o reducción de las presiones y sus impactos asociados sobre los océanos –como la creación de áreas marinas protegidas, la gestión de la contaminación en alguna regiones y la ordenación de la pesca- han mejorado desde la Primera Evaluación.
En el trabajo ha tomado parte Carlos García-Soto, investigador del Centro Oceanográfico de Santander del IEO, que ha participado en el grupo de 19 expertos que ha coordinado la elaboración del informe y ha participado en ocho de los 28 capítulos. Manuel Hidalgo, investigador del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO, ha investigado en los capítulos sobre captura de invertebrados marinos y sobre desarrollo de enfoques de gestión; Jesús Arrieta, del Centro Oceanográfico de Canarias, es coautor del capítulo sobre utilización de recursos genéticos y Mónica Campillos, de la Sede Central del IEO, participa en el capítulo sobre cambio climático.
Los Estados Miembros de las Naciones Unidas, preocupados por el deterioro de los océanos, establecieron la realización de este trabajo, que ahora ha publicado su segunda edición, bajo el título de ‘Proceso Ordinario de Presentación de Informes y Evaluación del Estado del Medio Marino a Escala Mundial, incluidos los Aspectos Socioeconómicos’.
2021-04-26