Una nueva investigación ha comprobado que las carpas, una especie invasora presente en todo el mundo, pueden utilizar las heces de los patos para dispersar sus huevos, según informa en una nota de prensa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que ha participado en el trabajo.
El estudio indica que los huevos de la carpa común (Cyprinus carpio) y la prusiana (Carassius gibelio) pueden sobrevivir al sistema digestivo de los patos, que eventualmente los ingieren como parte de su dieta, y ser expulsados vivos entre sus heces. Esta podría ser una forma importante de dispersión de estos peces de agua dulce entre los diferentes lagos y otros cuerpos de agua a los que acuden los patos.
La carpa común es un pez de agua dulce ampliamente conocido e incluido en la lista 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La carpa prusiana es un invasor más reciente en plena expansión en la península Ibérica. Advierte la investigación que, si bien los ejemplares de esta especie han colonizado masas de agua en todo el mundo, aún no está claro cómo sus huevos llegan a zonas aisladas.
Este estudio partió de la hipótesis de que la carpa podría dispersar sus huevos a través del sistema digestivo de los patos. En otras palabras, los científicos querían comprobar si se podría estar dando el caso de que los patos se alimentaran de huevos vivos de carpa en un determinado lago, y luego los expulsasen a través de sus heces, aún vivos, en otro cuerpo de agua distinto.
Andy Green, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC y coautor del estudio, explica que para determinar si los huevos de pescado podían sobrevivir al paso intestinal después de ser ingeridos por un ave, alimentaron con huevos de carpa vivos a ocho ánades azulones cautivos. El equipo utilizó tanto huevos de carpa común como de la carpa prusiana, ambas especies invasoras con amplios rangos geográficos. Recuerda el estudio que ya es conocido el papel fundamental de los patos en la dispersión de muchas plantas acuáticas e invertebrados.
Señala Green que cada pato fue alimentado con unos 500 huevos. En las heces de seis de los patos empleados en el estudio se encontraron huevos vivos. Sin embargo, solo el 0,2% de los huevos ingeridos se recuperaron intactos en las heces frescas, hasta 24 horas después de su consumo por parte de los patos. De los 18 huevos recuperados, 12 contenían embriones viables. Finalmente, una carpa común y dos carpas prusianas eclosionaron con éxito.
“La dispersión de un solo huevo de carpa prusiana podría establecer una nueva población, dado su potencial para reproducirse asexualmente. Los huevos pasados que no nacieron murieron de infección de hongos. Los hallazgos sugieren que el transporte a través del intestino aviar puede jugar un papel importante en la dispersión de diferentes especies de peces de agua dulce”, concluye Green.
La investigación, realizada por un equipo con participación de la EBD-CSIC del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y que también han contado con la colaboración de científicos del Centro de Investigación Ecológica de Hungría, ha aparecido en el último número de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
2020-06-24