El fartet, un pequeño y curioso pez endémico del litoral mediterráneo de la península Ibérica y que está catalogado 'En peligro de Extinción en la Región de Murcia', precisa "mejoras urgentes" en su hábitat principal de este territorio, que se sitúa en el entorno del Mar Menor, según se desprende del Seguimiento Biológico de la especie realizado el pasado año y que ahora publica la Comunidad Autónoma.
Este vertebrado se distribuye en la Región por tres zonas separadas, siendo de ellas el Mar Menor y sus humedales adyacentes el lugar en el que es más continua su presencia, "aunque sigue perdiendo hábitat respecto a la distribución en los años 80", advierte el texto.
A su vez, el fartet (Aphanius iberus) no se distribuye de manera homogénea por la laguna sino que se concentra en los humedales cercanos y en las orillas de la albufera, sobre todo de la semi-cubeta sur. Las subpoblaciones que se encuentran más amenazadas son las de La Hita, El Carmolí y Lo Poyo. De hecho, "prácticamente ha desaparecido de La Hita", un emplazamiento en el que los anteriores seis muestreos habían sido negativos, pero donde tras la riada de Santa María han aparecido seis ejemplares, por lo que esta subpoblación está en estado crítico de desaparición. En el Carmolí, tras la riada hubo que rescatar ejemplares que habían alcanzado la cuneta de la carretera de Los Urrutias. En Lo Poyo, el mar cubrió las charcas de la Rambla de Ponce el pasado otoño, y no se sabe si volverán a formarse o esta localidad está perdida para la especie.
En mejor estado de conservación y menor grado de amenaza se encuentran las de las Encañizadas, con una población muy abundante, y Punta Lengua de Vaca, aunque en ambos sitios "está por ver los efectos a corto plazo de la DANA". También está presente en las Salinas de San Pedro del Pinatar, de Marchamalo y del Rasall, en general en buen estado. Y este año no se ha detectado en Veneziola.
La principal amenaza es la desaparición del hábitat por colmatación de charcas y proliferación de carrizo, así como la escasez de charcas conectadas con el Mar Menor y con suficiente profundidad para reproducirse y no secarse en verano. En coherencia con ello, en este paisaje se necesitan mejoras con urgencia consistentes en la creación de charcas con contacto con el Mar Menor en los citados humedales de La Hita, El Carmolí y Lo Poyo. "La nueva configuración de la costa tras la riada, constituye una oportunidad para la consolidación de charcas adecuadas", recuerda el trabajo.
El pez también vive en la laguna de las Moreras, situada más al sur, en Mazarrón. Concretamente, aquí ocupa dos puntos. Así, en la antigua gravera que se encuentra lindante a la Rambla y que actúa de filtro verde, los parámetros poblacionales son buenos "aunque la bajada del nivel del agua constituye una amenaza", mientras que en la laguna de decantación de la depuradora hay una población de baja abundancia.
Respecto al río Chícamo, en Abanilla, más al norte, donde una vez existió, hoy el fartet se ha extinguido. Dejó de observarse en 2012 y, desde entonces, los muestreos han sido negativos. Además, aquí pervive el cangrejo rojo americano, especie exótica invasora que no solo excava el fondo del río impidiendo que se arraigue la vegetación acuática, sino que incluso depreda sobre el fartet. Y a todo ello se suma que se ha localizado otro pez, el samaruc, especie endémica de humedales de la Comunidad Valenciana que ha sido introducido de manera ilegal, como ya ocurriera en el pasado, según apunta el estudio.
Sin embargo, en 2018 apareció una nueva localización, la tercera, muy cerca de esta extinta y aguas abajo, en la Rambla Salada de Fortuna y zona inundable por el pantano de Santomera. Con una abundancia relativa alta en primavera y verano, se vio que estaba en aumento. Se desconoce si la colonización se ha producido tras la riada del 2012 a través del Embalse de Santomera, o ha sido introducido. Los autores del trabajo esperan que los análisis genéticos pendientes arrojen luz sobre este punto. Pero en el muestreo del pasado otoño, tras la más reciente riada de Santa María, no se han detectado fartets, aunque se está a la espera de comprobar la eventual recolonización. Por contra, el seguimiento sí ha revelado que "la gambusia, especie exótica invasora y competidora del fartet, ha aumentado enormemente tras este evento" en el lugar. La crecida en el embalse, que llegó a su máxima capacidad, hizo que el agua ocupara toda la zona inundable, propiciando la invasión de la gambusia y pudo arrastrar al fartet desde Rambla Salada hasta el pantano.
Añadido a estas localizaciones, se conservan tres stocks cautivos del Grupo Poblacional Operativo 'Río Chícamo', desaparecido en estado silvestre, en balsas o charcas particulares autorizadas, una en Abanilla y dos en Fortuna, genéticamente distinta del resto de la Región. Su posible reintroducción en el río está pendiente de los resultados de los análisis genéticos.
Para el muestreo, los técnicos de la Comunidad utilizaron tres métodos de captura, dos pasivos -nasas de plástico de una sola entrada y sin cebo, y nasas de rejilla metálica con dos entradas- y uno activo -mangueo con salabre- al que se recurre cuando fallan los dos primeros. Los ejemplares capturados se depositan en una bandeja -la batea- para la toma de datos, y son devueltos inmediatamente al agua. En cada zona se mide la abundancia relativa y se analiza la estructura poblacional y la proporción de sexos (los machos exhiben un dibujo a rayas, y las hembras, a puntos). Además se anotan variables como la temperatura del agua, profundidad, vegetación o amenazas.
Este estudio del fartet, que cuenta con un Plan de Recuperación en la Región, se ha realizado Dentro del Programa de Seguimiento Biológico de Especies de Fauna Vertebrada Amenazada en la Región de Murcia (2017-2020).
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2020-04-20