El Mediterráneo está desprotegido y su riqueza natural disminuye a un ritmo alarmante, según informa la asociación conservacionista WWF en una nota de prensa, en la que hace referencia a la principal conclusión del nuevo informe de la entidad, que alerta de que los países de la cuenca mediterránea han fracasado en su compromiso de proteger el 10% de la superficie marina.
Por ello, frente a la próxima reunión que se celebrará en Nápoles (Italia) desde el 2 hasta el 5 de diciembre para acordar nuevas acciones más allá del 2020 con el fin de detener y revertir la pérdida de biodiversidad, WWF solicita a los gobiernos que incrementen sus inversiones recursos y esfuerzos para no perder este espacio marino único y a sus especies, gravemente amenazadas por la sobreexplotación, la destrucción de sus hábitats, la contaminación y el cambio climático.
Este informe muestra que durante la última década casi todos los países mediterráneos han mostrado un desempeño insuficiente para cumplir con su obligación legal de crear una red de áreas marinas realmente protegidas para 2020. Diversos estudios señalan que la creación de esta red contribuiría a restaurar un capital marino que genera aproximadamente 5.6 billones de euros al año, principalmente gracias a las pesquerías, la acuicultura y el turismo.
En la reunión de la próxima semana en Nápoles, tomarán parte los gobiernos mediterráneos de ambas orillas, como Parte Contratantes del Convenio de Barcelona. “El Convenio de Barcelona ofrece a los gobiernos mediterráneos, tanto de la cuenca europea como africana, una herramienta única y útil para trabajar juntos, sin embargo, necesita un cambio transformador”, apunta Óscar Esparza, experto en áreas marinas protegidas de WWF España.
El Convenio de Barcelona fue adoptado en 1976 para prevenir y gestionar los riesgos producidos por la contaminación y proteger la biodiversidad marina en el Mediterráneo. Cuatro décadas después, el informe de WWF concluye que los gobiernos han fracasado en proteger el Mediterráneo, amenazado por las previsiones de crecimiento de sectores económicos como el aumento del tráfico marítimo internacional, la multiplicación de los contratos de petróleo y gas en alta mar o el aumento del turismo, entre otros
“El Mediterráneo es uno de los puntos calientes de la biodiversidad marina mundial en el confluyen fuertes presiones demográficas y numerosas actividades marítimas. Los líderes del Mediterráneo deben hacer de la protección de la biodiversidad una prioridad política y comprometerse a proteger de manera efectiva al menos el 30% del Mediterráneo. Proteger este mar es protegernos a nosotros”, añade.
El informe (titulado 'Towards 2020 How mediterranean countries are performing to protect their sea') analiza los retrasos y fallos de casi todos los países mediterráneos para lograr una protección real de las áreas marinas, que hasta el momento, son en su mayoría papel mojado. Por ejemplo, Croacia, Italia, Eslovenia y España han designado una superficie considerable de espacios marinos protegidos, pero las medidas de gestión son aún insuficientes o inadecuadas para garantizar su conservación y protección.
Respecto de España, el informe destaca el reto de gestionar el Corredor de migración de Cetáceos del Mediterráneo entre otros grandes espacios recientemente designados. Además, valora positivamente el proyecto LIFE IP Intemares, en el que participa como socio WWF España.
Otros países, como Albania, Algeria, Chipre, Israel, Marruecos, Montenegro, Eslovenia y Turquía han limitado sus esfuerzos de gestión a unas pocas áreas. Por otro lado, Egipto, Líbano, Siria, Túnez y Mónaco no han puesto en marcha ningún plan de seguimiento en ninguna de las áreas.
2019-11-29