Una reciente investigación en el entorno de Parque Nacional de Doñana revela que la combinación entre las infecciones de parásitos y el aumento de la salinidad de las aguas podrían estar afectando más de lo que se creía a la supervivencia y fecundidad de los insectos acuáticos conocidos como barqueros de agua, según informa en una nota de prensa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), cuyos investigadores han participado en el trabajo.

La nota señala que las poblaciones de estos insectos están sometidos a múltiples impactos, entre ellos las invasiones, la acción antrópica, el cambio global y el parasitismo. Las especies de barqueros de agua que se han estudiado, Sigara lateralis y Corixa affinis, "tienen un papel regulador clave en el ecosistema ya que son uno de los grupos de insectos los más abundantes en sus hábitats y actúan como presa y depredador de otros organismos” contextualiza Vanessa Céspedes, investigadora de la EBD y autora principal del estudio, para quien "las extracciones de agua para el uso agrícola y urbano, así como el cambio climático están aumentando la salinidad en los sistemas acuáticos del Mediterráneo, y es probable que dicho incremento tenga un efecto relevante en las interacciones entre parásito y hospedador, así como implicaciones importantes para las comunidades de insectos y ácaros acuáticos (parásitos)".

Para el estudio, los barqueros de agua, pertenecientes a la familia Corixidae formado por más de 300 especies, fueron recolectados en la Reserva Biológica de Doñana, en Huelva. Se tomaron tanto ejemplares sanos como infectados por un ácaro acuático, el ectoparásito de la especie Hydrachna skorikowi. Posteriormente fueron tratados en el laboratorio para comprobar cómo la presencia de ácaros y la variación de la salinidad afectaban a su supervivencia, su fecundidad y el desarrollo del juvenil de los insectos.

“Con el trabajo de laboratorio se determinó, por una parte, que los barqueros de agua infectados por al menos una larva de ácaro acuático tuvieron una menor tasa de fecundidad y una baja supervivencia tanto en adultos como en fase juvenil. Por su parte, los juveniles infectados por tan solo un ejemplar de ácaro no lograron completar la muda hasta la edad adulta”, apunta Céspedes. “También hemos comprobado que la salinidad de las aguas temporales juega un importante papel en la disminución la fecundidad y la supervivencia de los insectos acuático porque les genera mucho estrés”, explica la investigadora.

Los resultados de esta investigación, realizada por un equipo de investigadores de la Estación Biológica de Doñana (EBD) y del MNCN, ambos centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), aparecen en el último número de la revista PLOS ONE.

2019-01-18

  • Un barquero de agua. Imagen: CSIC
    Un barquero de agua. Imagen: CSIC.