Un equipo internacional de investigadores con el que ha colaborado el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) ha descubierto la relación que se produce entre la infección por parásitos de aves del orden de los Psittaciformes, es decir loros y cacatúas, y la ingestión de ciertos compuestos en su alimentación, según informa la entidad en una nota de prensa. En concreto han descubierto que la mayoría de las especies estudiadas consumen alimentos con propiedades que las mantiene libres de parásitos sanguíneos mientras que las que no incluyen estos compuestos en su dieta se ven afectadas por estos parásitos que pueden condicionar su éxito reproductivo, su ecología o incluso su supervivencia.

Para este trabajo, los científicos estudiaron la presencia de parásitos en 19 especies diferentes en un amplio rango de distribución que va desde Sudamérica hasta Nueva Caledonia. "El hecho de que haya parásitos está influenciado por diversos factores como el clima, el hábitat, los vectores o la densidad poblacional. Este estudio confirma que el consumo de alimentos con propiedades preventivas o efectos terapeúticos también influye en la cantidad de parásitos sanguíneos presentes en las aves", explica Juan F. Masello, primer firmante del trabajo.

"Sabíamos que algunas especies de loros utilizan plantas aromáticas en sus nidos para repeler ectoparásitos. Gracias a los análisis de la dieta, el hábitat y el clima de las diferentes especies que hemos podido hacer durante este estudio, hemos podido constatar el papel de la dieta en la producción de antiparasitarios", contextualiza Masello. Los investigadores han descubierto parásitos sanguíneos solo en dos de las 19 especies con las que han trabajado. En el resto de especies, que consumen al menos algún alimento con propiedades antiparasitarias, no detectaron la presencia de parásitos. También han visto que los grupos que viven en zonas abiertas sufren menos infestaciones que los que viven en los bosques.

Comer de todo no siempre es una ventaja

Curiosamente, además de no incluir componenetes antiparasitarios, la dieta de las dos especies infectadas era omnívora. "De alguna manera hay una conexión entre la dieta omnívora y la probabilidad de ser infectado", apunta Masello. "Barajamos la posibilidad de que sea así porque estas especies, a través del consumo de carroña, podrían estar más expuestas a insectos que puedan propagar la infección (vectores), elevando la probabilidad de infección de los loros omnívoros", concluye el investigador.

Juan F. Maselló desarrolló el trabajo de laboratorio de esta investigación en el MNCN, gracias a una beca del programa Sythesys (Synthesis of Systematic Resources). Se trata de un proyecto que permite a estudiantes y científicos realizar trabajos de investigación en los centros que participan en este proyecto utilizando sus instalaciones y colecciones científicas o consultando a los expertos de las diferentes instituciones.

2018-09-23

  • El consumo de algunos alimentos podría explicar la ausencia de parásitos sanguíneos que se ha observado en muchos vertebrados. Imagen: MNCN-CSIC
    El consumo de algunos alimentos podría explicar la ausencia de parásitos sanguíneos que se ha observado en muchos vertebrados. Imagen: MNCN-CSIC.