Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) han analizado cómo el cambio climático puede afectar a las interacciones entre unas pequeñas aves, los herrerillos (Cyanistes caeruleus), y los parásitos con los que conviven, según indica la entidad en una nota de prensa. Los resultados muestran que, con el aumento de la temperatura, los parásitos que se desarrollan en los nidos reducen sensiblemente su presencia, pero esta reducción no parece afectar a la condición física de los pájaros ni reducir las infecciones sanguíneas que les producen.
Los investigadores analizaron cómo afecta el aumento de temperatura en la presencia de parásitos en los nidos durante la época de cría. En concreto, estudiaron la cantidad de ácaros, Dermanyussus gallinoides, pupas de moscas, Protocalliphora azurea, y larvas de pulga, Ceratophyllus gallinae. "Estos parásitos viven en los nidos y terminan produciendo enfermedades sanguíneas que pueden afectar a la supervivencia de los polluelos y por tanto, al éxito reproductivo de las aves", explica Francisco Castaño, investigador del MNCN.
Para realizar el experimento el equipo instaló telas calentadoras en la parte inferior de las cajas nido, de manera que aumentaron la temperatura dentro de los nidos alrededor de tres grados y redujeron cerca de seis puntos porcentuales la humedad relativa. "La cantidad de ácaros y pupas de mosca se redujo significativamente pero esa reducción no fue significativa en el caso de las pulgas", explica Santiago Merino, director del MNCN que forma parte del equipo de investigación. "Sorprendentemente esta variación no afectó a las infecciones sanguíneas de los herrerillos ni a su condición física", concluye el experto.
2018-07-21