El reconocimiento legal de las áreas protegidas ha contribuido a la protección de los suelos naturales frente a la presión constructora en España, y en especial la figura de Reserva Natural, según informa en una nota de prensa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a raíz de una de las conclusiones de un nuevo estudio del centro.

El trabajo ha revisado la situación, entre 1987 y 2006, en cuatro tipos de espacios protegidos con reconocimiento legal: Reservas Naturales, Parques Naturales, Lugares de Importancia Comunitaria (LIC) y Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), reconocidos legalmente a lo largo de esas dos décadas. En concreto, compara las tasas de construcción en esos cuatro tipos de áreas y en dos zonas de control próximas y circundantes, a uno y cinco kilómetros de distancia desde cada una de las áreas protegidas evaluadas. El análisis permite ver, dentro de las fechas señaladas, el antes y el después de la declaración de esas zonas cómo áreas protegidas.

Así, este estudio revela que las áreas protegidas, incluida la Red Natura 2000, han sido una política pública eficaz para salvaguardar los hábitats naturales en plena etapa de expansión constructora. Además, pueden servir para proteger terrenos ambientalmente valiosos en zonas de alta presión urbanística, como la costa o la periferia de las grandes ciudades.

“Los resultados muestran que las áreas protegidas evaluadas han sido en general eficaces para reducir la artificialización del suelo. No obstante, la eficacia no es igual en cada uno de los cuatro tipos. La figura de mayor éxito ha sido la Reserva Natural, frente a la Zona de Especial Protección para las Aves, que ha sido la menos eficaz”, explica el investigador del CSIC David Rodríguez, del Instituto de Economía, Geografía y Demografía.

La transformación del suelo de hábitats naturales y seminaturales en entornos artificiales por la acción humana es una de las principales amenazas para la conservación de la biodiversidad a escala global, y la principal amenaza a la biodiversidad en Europa y en España. Dichos cambios revisten especial trascendencia por su gravedad, que conlleva la destrucción completa de los hábitats preexistentes, y porque suelen ser cambios irreversibles”, detalla Rodríguez.

La nota recuerda que hasta el “estallido de la burbuja inmobiliaria” en 2008, durante 20 años se produjo en España un crecimiento acelerado de las superficies artificiales debido a la construcción masiva de viviendas, industrias e infraestructuras. Este crecimiento tuvo lugar principalmente alrededor de las grandes ciudades y a lo largo del litoral, en detrimento de hábitats agrarios y forestales. Todo ello, indica el estudio, aumentó la destrucción y fragmentación de los entornos naturales e incrementó el aislamiento de las poblaciones biológicas.

2018-04-12

  • Red de Áreas Protegidas incluidas en el estudio. Imagen: David Rodríguez-CSIC
    Red de Áreas Protegidas incluidas en el estudio. Imagen: David Rodríguez-CSIC.