En la Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo hay diariamente un tremendo trasiego. Los ciudadanos llegan hasta allí para mostrar su preocupación por todo tipo de cuestiones y el trajín es inevitable. Los asistentes suben y bajan, entran y salen, dudan y consultan y hay un continuo murmullo de fondo. Cuando el pasado martes 24, Isabel Rubio, de la plataforma ciudadana Pacto por el Mar Menor y en representación de otras cuatro entidades regionales, comenzó a exponer su queja sobre el estado del Mar Menor, el murmullo seguía ahí. Un poco antes, una veintena de búlgaros había elevado su reclamación sobre el uso de una lengua minoritaria y un grupo de bomberos sevillanos había defendido de forma muy conmovedora sus actuaciones de ayuda a los refugiados en Grecia, y ni unos ni otros habían terminado de despejar la sala. Rubio esbozó el asunto. Para ilustrar a los miembros de la Comisión sobre el tema que la llevaba a Bruselas, dio enseguida paso a un vídeo, elaborado en colaboración por la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) y el Instituto Español de Oceanografía (IEO), que se muestra una comparativa del antes y después del estado de la laguna. El vídeo duraba dos minutos. Y la sala enmudeció.

"La gente fue muy receptiva a las imágenes. En él se recoge cómo se veían las aguas cristalinas de antes de 2015 y cómo se convierten en la sopa verde, eso fue muy impactante. La gente iba a a sus casos unos detrás de otros, y cuando pusimos el vídeo, todo el mundo se quedó en silencio”, recuerda Rubio.

Después, desgranó las principales causas del deterioro de la laguna.

Este era su segundo viaje a Europa por el mismo tema y se producía en respuesta a una primera visita que representantes de las mismas asociaciones ciudadanas habían realizado a Bruselas, invitados por Podemos. En aquella ocasión se reunieron con europarlamentarios españoles para explicarles el grave problema ambiental que sufre el Mar Menor, y también con la presidenta de la Comisión de Peticiones. A la vuelta, era primeros de octubre, presentaron por Internet la petición, que es el cauce habitual para estas cosas. Ante estos escritos, la Comisión puede solicitar más información o no, así que todo podía pasar. Sin embargo, la convocatoria, la respuesta, en la que se les convocaba para esta reunión de enero, llegó en enero. “Ha sido muy rápido, porque normalmente tardan mucho”, puntualiza Rubio, quien considera que esta prontitud se debe a “la gravedad del asunto. Creo que les pareció grave y fuerte, y por eso nos han convocado muy pronto”, razona. Por las mismas fechas de aquella primera visita, les invitó también el PSOE, y a Bruselas fueron representantes de las mismas organizaciones, para entrevistarse con los directores generales de Medioambiente del Parlamento Europeo, en una cita que resultó “muy interesante”, describe la portavoz. Y es que Podemos y PSOE “habían pensado a la vez que la solución estaba en Bruselas, porque aquí no se había avanzado nada”, valora la naturalista.

Esta celeridad y el hecho de convocarles a exponer la petición de manera oral ya es un dato positivo. El otro, es que esta petición recién defendida en la Comisión ha quedado abierta. Dicho de otra forma: la Comisión podía haber decidido cerrar la petición ante las medidas que ha empezado a tomar la Administración, entendiendo que la ciudadanía ya está atendida, aclara Rubio. Pero no ha sido así. La Comisión ha declarado la petición 'abierta' “ y eso es muy bueno porque van a seguir recabando información, van a seguir investigando las medidas que está tomando el Gobierno Regional, y según ello pueden decidir mandar una delegación al Mar Menor para comprobar in situ lo que está pasando, y eso ya sería la bomba”, resume. Y sostiene que “eso nos gustaría muchísimo, sobre todo por la presión que supone al Gobierno Regional, porque podrían exigirle medidas correctoras sobre lo que se incumple, y podrían hasta poner una sanción a España”.

Pero, en realidad, desea que no se llegue a tanto. “Yo espero que el Gobierno Regional tome las riendas de este problema, que es muy grave, y que busque soluciones integrales, porque esta es la palabra: intetgral; tenemos que estar todo el mundo implicado, sin hacer las cosas cada uno por un lado. Si eso lo hace hoy el Gobierno Regional, a lo mejor no hace falta ni que vengan de Europa. Porque es un problema que deberíamos resolver aquí nosotros, no esperar a que vengan de fuera. Pero si no se resuelve aquí estamos dispuestos a ir a Europa o a donde haya que ir”, sentencia. Pero “es que se han incumplido hasta once directivas europeas..., unas por acción y otras por omisión...”, lamenta Rubio.

Lo cierto es que ahora el caso del Mar Menor es conocido en Europa. “Cuando hablamos en septiembre con la presidenta de la Comisión de Peticiones, que es sueca, ella no sabía lo que era el Mar Menor, ni tienen por qué conocer todos los lugares de Europa que puedan tener problemas. Y el vicepresidente que actuó en ausencia de la titular en la sesión plenaria del día 24 de enero, eslovaco, no sé si lo sabía, pero ahora te aseguro que sí que lo sabe. Desde nuestra visita de octubre a ahora se han enterado muy bien de lo que pasa, por eso ha sido muy importante que fuéramos ahí”, concluye.

Las organizaciones que viajaron hasta Bruselas con estas peticiones fueron Pacto por el Mar Menor, Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, Ecologistas en Acción de la Región de Murcia, Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena y Comarca (FAVAC) y Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE).