Javier Diéguez Uribeondo, director del Comité Organizador del XXI Simposio Internacional de Cangrejo de Río
"El cangrejo de la Península Ibérica sí es autóctono"
En Murcia, donde se cree que está extinto, su recuperación sería viable
El cangrejo de río tradicional de la Península Ibérica (Austropotamobius pallipes o Austropotamobius italicus) (en la imagen) sí es autóctono. Así lo asegura Javier Diéguez Uribeondo, doctor en Biología por la Universidad de Upsala (Suecia) y director del Comité Organizador del XXI Simposio Internacional de Cangrejo de Río, que se celebra estos días por primera vez en España, en las instalaciones del Real Jardín Botánico de Madrid.
Frente a un artículo publicado el año pasado en el que los responsables de una investigación aseguraban que este cangrejo era introducido, Diéguez apunta que existen cuatro líneas de investigación distintas “en las que con datos genéticos y con una muestra de cangrejos tremendamente mayor hemos llegado a la misma conclusión de que es autóctono”. Los trabajos son los que él mismo lleva a cabo como investigador del Consejo de Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), otro de un compañero investigador del mismo centro, uno más de la Universidad Complutense y el de un grupo francés y croata. Para Diéguez, se trató de “una noticia sensacionalista y un artículo especulativo de un grupo que nunca había trabajado en esto”.
Un poco más sobre el cangrejo de río autóctono de la Península ibérica
En el mundo hay casi 800 especies de cangrejos.
En España, nuestra una única especie autóctona convive con dos especies americanas, y se baraja que posiblemente existan ya otra americana y otra australiana “que por ahora son anecdóticas”, detalla el biólogo Javier Diéguez Uribeondo.
El cangrejo señal (Pacifastacus leniusculus), el cangrejo rojo (Procambarus clarkii) y el cangrejo de los canales (Orconectes limosus), encontrado recientemente, son focos crónicos de la enfermedad que padece.
El cangrejo ibérico pasa a lo largo de su ciclo anual por dos momentos delicados, la reproducción, en octubre, y la muda, entre junio y julio, e incluso agosto según la temperaturas, y que en la Región de Murcia viene a coincidir con fechas en las que apenas llueve, lo que agrava esta situación.
El cambio climático, con la alteración de hábitats que conlleva, les afecta, como a todos los organismos, y provocará probablemente que haya un relevo de las especies actuales por otras más adaptadas.
La trascendencia de considerarlo una u otra cosa radica en que se están haciendo esfuerzos en la recuperación de la especie y si se trata de un animal exótico podría dar la impresión de que las cuantías económicas invertidas estaban mal empleadas. Al respecto, Diéguez puntualiza que “el dinero que se destinaba para una especie como ésta, que está en peligro de extinción, ya era muy poco e intermitente como para que ahora alguien lo ajuste, lo que lo llevaría a su extinción”.
No hay que olvidar que nuestro cangrejo de río, el único autóctono en España, se encuentra gravemente amenazado en toda su distribución europea (desde la Península de los Balcanes hasta la Península Ibérica y está presente en las islas británicas) y aún padecen una enfermedad que ya lo atacó y diezmó su población en los años 70, y que llegó con las especies invasoras como los cangrejos americanos. La constante dispersión de las especies invasoras está ocasionando una rápida pérdida de su hábitat, ya de por sí sometido a la alteración por actividades humanas.
Afortunadamente, estos esfuerzos en su recuperación están dando buenos resultados. “En esto somos líderes en el CSIC, en concreto en el Jardín Botánico, porque hay un grupo de investigación en enfermedades emergentes”, apunta.
El tema de las enfermedades emergentes es precisamente el núcleo del debate en el congreso. De hecho, la organización ha elegido la sede madrileña, entre otros méritos, por sus últimos estudios llevados a cabo que han permitido identificar algunos de los factores del hongo que afecta al cangrejo de río y que causa la citada enfermedad, llamada afanomicosis, que aún continúa activa. Las ponencias abordan desde cómo combatir la enfermedad con estudios de genómica a cómo mejorar las líneas autóctonas resistentes a la enfermedad que causó el declive. En este apartado, refiere el experto, se ha expuesto cómo aplicando estos conocimientos científicos ahora mismo hay lugares en Navarra con una producción de cangrejo autóctono tan numerosa, con más de 20.000 ejemplares al año en un solo punto, que se podrían pescar y ello no supondría un problema para su supervivencia. En otros sitios, cuenta, no se ha llegado a este punto, pero están siguiendo el modelo porque está dando resultados en cuanto a líneas resistentes y producción. “Ese modelo lo comencé yo mismo en los años 90 en colaboración con un equipo sueco”, le viene a la memoria a Diéguez.
Según sus datos, hay 500 poblaciones de cangrejo autóctono detectadas en España, pero en Murcia, por la información que maneja, está extinto (por la misma causa que en el resto del país: la enfermedad introducida por el cangrejo rojo americano). En el CSIC existen datos, protocolos y métodos para recuperarlo y gente capacitada y con experiencia para llevarlo a cabo, así como fuera del CSIC. Diéguez considera que los trabajos de recuperación serían viables. La cuestión es que se trata de una decisión estratégica de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, “pero quizá se atienden antes otros problemas, quizá desconozcan esta información, o a menudo ocurre que no la conocen en profundidad. Lo que pasa es que la no acción lleva a la extinción”, sopesa el doctor.
En este sentido, entiende que, habitualmente, “hay muchas cosas a las que atender aparte de un cangrejo, pero en este caso no es la importancia de un cangrejo, es lo que representa. El medio acuático es el más castigado, y así lo reconoce la directiva europea. La biodiversidad de los ecosistemas acuáticos está muy amenazada y totalmente alterada por las especies invasoras. En este contexto, el cangrejo es el mayor representante de cómo este medio se ha visto afectado, y cuando uno invierte en recuperar el cangrejo, esa inversión lleva además a la recuperación de otros organismos acuáticos que no se ven pero que son fundamentales. Es como una especie paraguas”, compara.
El Simposio alcanza este año su edición número veintiuno, pero comenzó en 1972, así que son muchos años hablando de cangrejos de río. Aun y todo, todavía quedan muchas cosas de conocer de estos artópodos, entre las que Diéguez recalca que representan hoy modelos de estudio muy interesante de temáticas como enfermedades emergentes, especies invasoras o estudios de genética. “Hoy hemos visto cómo se usan a los cangrejos para estudios en medicina oncológica, estudiando modelos genéticos de cómo se expresa o se puede alterar el DNA”, pone por caso.
El encuentro, organizado por la Asociación Internacional de Astacología (International Association of Astacology, IAA), se celebra del 5 al 8 de septiembre e incluye ponencias, mesas redondas, debates o presentación de nuevas publicaciones.
A la izquierda, cangrejo autóctono. A la derecha, dos cangrejos rojos americanos.
(NOTA: imágenes del cangrejo autóctono y del XXI Simposio Internacional de Cangrejo de Río: CSIC).