El censo que se realiza en el marco del Proyecto Life Iberlince culminará a finales de 2017
En la Región no hay suficientes conejos para el lince, por ahora...
Todo apunta a que, por ahora, no hay suficientes conejos para intentar la reintroducción del lince ibérico en la Región de Murcia. El censo que se está realizando en el marco del Proyecto Life Iberlince está dando como resultado un bajo número de estos lagomorfos, que constituyen, junto con la extensión de terreno, el factor definitivo para que este felino se quede en un territorio, según revela Miguel Ángel Simón, director del citado proyecto de recuperación y reintroducción de esta especie y que acaba de clausurar el V Seminario Internacional de Conservación del Lince Ibérico, que se ha celebrado estos días en Sevilla.
Simón defiende que "no hay suficiente conejo para iniciar una reintroducción del lince ibérico ahora, aunque quizá pueda ser en un futuro. Lo que sí se puede hacer es mejorar las poblaciones de conejo, estrategia que ya depende de las Comunidades Autónomas", apunta.
Contrariamente a lo que pudiera parecer, "no es nada fácil recuperar las poblaciones de conejo. De hecho, si partes de cero, es misión imposible, porque hay que invertir mucho dinero y sin garantías; no merece la pena", detalla el experto, quien, sin embargo, añade que la Región posee una densidad baja pero suficiente para intentar mejorar el hábitat y aumentar la población natural, acción que resulta más económica que la repoblación.
De la misma opinión es Emilio Aledo, técnico del Servicio de Flora y Fauna de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia (CARM), que acaba de llegar del Seminario de Sevilla. Aledo cuenta que "los resultados de las cuadrículas de censo de conejo obtenidos hasta el momento, es decir, del periodo 2013-2015, ofrecen unos datos que son insuficientes para seleccionar un territorio con capacidad adecuada para establecer un futuro núcleo reproductor para el lince ibérico en la Región".
En cualquier caso, no se trata de una circunstancia aislada para esta Comunidad, pues otras que también están inmersas en este proceso de reintroducción del lince ibérico "tampoco están obteniendo resultados espectaculares", compara el biólogo de la Comunidad. Al conejo, cuenta Aledo, le influyen muchos factores, como las enfermedades y quizá esta larga sequía que lo mismo está concluyendo justo estos días, con la lluvia que está recibiendo la Región. Por todo ello, hay que entender estos datos como transitorios hasta que se cierre el análisis de todo el territorio previsto, que ocurrirá seguramente poco antes de que termine el proyecto, a finales de 2017, y que se presentará en forma de un Mapa de Densidad de Conejo. Acaso para entonces, la situación haya dado la vuelta.
Según estudios realizados hasta la fecha, la cifra mínima que se maneja es de cuatro conejos por hectárea, que sería válida para fincas de 10.000 hectáreas con lince, o 20.000 sin lince y a la espera de su llegada. La CARM está analizando cuadrículas de 2,5 por 2,5 kilómetros de lado, lo que supone que para una extensión de 20.000 hectáreas hay que revisar del orden de las 30 cuadrículas, trabajo que están desarrollando gracias a los agentes medioambientales y a una asesoría técnica. "Si no existen buenas densidades de conejo, el lince puede llegar y pasar por el territorio, pero no se quedará", sentencia el experto.
Por otro lado, Aledo añade que los censos de conejo deberán completarse con la información de regiones limítrofes "ya que uno de los principales factores que hay que tener en cuenta para la viabilidad de las reintroducciones es la existencia de corredores o la conectividad territorial con los lugares actuales de presencia de lince".
En este sentido, el análisis se está centrando particularmente en las vías de comunicación de la Región de Murcia con Andalucía y, más adelante, también se incidirá en el entorno de la frontera con Castilla - La Mancha. Aledo refiere que aún queda mucho por estudiar, ya que hay territorios cuyos datos se desconocen porque han sufrido cambios de uso, mientras que en otros casos hay que abrirse a otros paisajes, pues siempre se ha contado que el lince ocupa unos determinados hábitats de monte mediterráneo con matorral y claros, pero se ha visto que, si hay conejo, su presa principal, es capaz de residir en nuevos escenarios.
Al respecto, Aledo defiende que el territorio a priori ocupable por el lince ibérico en la Región es escaso. No en vano, los requisitos que exige el propio proyecto Iberlince hablan de áreas extensas "y Murcia es un región muy pequeña; por sí sola sería poco viable, comparada con Castilla - La Mancha, Andalucía, Extremadura o las áreas escogidas en Portugal", apunta. Sin embargo, está demostrado que según aumenta la suelta de ejemplares hay un mayor proceso de expansión porque "tienen que cubrir más áreas, y nosotros somos frontera con Castilla - La Mancha, por lo que podríamos unirnos con ella para disponer conjuntamente de un buen territorio. Quizá por Albacete pueda existir un buen enclave interprovincial", defiende.
Para Miguel Ángel Simón esto no sería un problema, ya que el Proyecto Life contempla casos similares entre Andalucía y Extremadura. "La competencia de los terrenos está distribuida por ámbitos geográficos, pero esto el lince no lo sabe", bromea, para añadir que "Bruselas es muy razonable" en estas cuestiones y que sería suficiente con presentar una justificación de las inversiones que se consideren necesarias.
A todo ello, el técnico de la CARM incide en que los datos son provisionales también porque "es necesario repetir los censos anualmente para conocer su evolución en el tiempo, entre otros motivos por la existencia de enfermedades como la neumonía hemorrágico vírica y la reciente aparición de una nueva cepa de este virus que puede diezmarlos". Este es un asunto que preocupa a Miguel Ángel Simón más que los atropellos, que siendo importantes porque afectan a una alta proporción de la población, "con dinero tienen solución, que consiste en hacer permeables las carreteras", describe. Pero "el problema es no tener una solución", que es lo que ocurre con la enfermedad hemorrágico vírica, cuyo virus mutó hace alrededor de cuatro años y aún se desconoce los efectos que tendrá en la población de linces, "porque la diezma, pero no sabemos si se van a recuperar otra vez", lamenta.
A la lista de amenazas Simón suma también la baja variabilidad genética de la especie, producida por el aislamiento, lo que puede llevar a la inmunosupresión y otros problemas.
La idea de estos esfuerzos realizados en la Comunidad dentro del proyecto Life, relata Aledo, es poder conocer mejor el territorio histórico del lince, que fue prácticamente toda la Península Ibérica, para poder avanzar sus movimientos dispersivos y, en una segunda fase, poder actuar sobre las amenazas, y en concreto sobre una de las principales, que son las infraestructuras, "aunque es muy difícil poder intervenir cuando no hay seguridad de que el animal vaya a estar", puntualiza.
Según el técnico, la realidad es que "el lince podría llegar o no a la Región, pero hay que estar muy pendientes". Por todo ello, considera que los trabajos no deben acabarse cuando finalice el Proyecto Iberlince, sino que merece la pena continuar con vistas a largo plazo. Además, alega que las mejoras que se obtengan sobre la población de conejo y otras variables benefician no solo al lince, sino también a otras especies predadoras. "Aportan una valiosa información para un amplio grupo de especies protegidas y amenazadas que dependen de este recurso como alimento", concluye.
(NOTA: Todas las imágenes, cortesía de la página web de proyecto Life+ Iberlince).