“España está en la Champions de la Paleoantropología”, dijo ayer el divulgador científico Manuel Pimentel (a la izquierda, en la imagen) en la ponencia que impartió en Murcia y que supuso el arranque del ciclo 'La evolución humana en España', coordinado por el profesor Michael Walker (derecha), a su vez presentador de la sesión.

En referencia a los avances en este campo, Pimentel defendió que "parte de lo que pasa se está cuajando en España. Estamos en una geografía que tiene mucho que decir para la ciencia y la arqueología mundial”, insistió, “aunque las excavaciones no han hecho más que empezar”. En esta línea, mencionó enclaves muy populares en el país como la cueva de Altamira, señalando que “tenemos mucho Paleolítico Superior”, a lo que sumaba que “con Atapuerca hemos pegado un salto tremendo, es un antes y un después. Esperamos grandísimas sorpresas”, adelantó.

Sobre la Región de Murcia, el también ensayista y escritor describía su “patrimonio espectacular". Se refirió así a la Sima de las Palomas y al mundo Neandertal que cobija; e igualmente, y situándose en otro momento histórico, defendió que se espera que también en el sur se descubran grutas pertenecientes a la época de la citada de Altamira.

La Región, apuntó, “tiene muchísimo patrimonio y se ha mantenido. En Andalucía se excava mucho menos que aquí”, comparó, para añadir que “probablemente los equipos de Murcia vais a tener muchísimos avances porque estáis trabajando, aplicando nuevas tecnologías y creando equipos multidisciplinares”, alababa.

Por la amena charla de Pimentel pasaron figuras míticas como Lucy (el fósil casi completo de un homínido perteneciente a la especie Australopithecus afarensis, considerada en su día casi 'la madre de la humanidad'), Miguelón (un cráneo reconstruido de Atapuerca, el más completo del registro paleontológico del mundo, de unos 400.000 años de edad y único por su antigüedad), el Hombre de Orce o la pintura de la foca de la cueva de Nerja.

Tras una pequeña reseña del programa de televisión que dirige, 'Arqueomanía', en la que mostró imágenes de la grabación en la Cueva Negra de Caravaca durante la excavación dirigida por el propio Walker, desvelaba que “lo que levanta más morbo es la Paleoantropología". Su trayectoria profesional le ha enseñado que "interesa muchísimo al ciudadano, a la ciencia, a todos, por eso fue teniendo un peso más importante en el programa”, dedicado a escubrir el legado de civilizaciones pasadas. “Nos interesa nuestro origen no porque hable de nuestro pasado, sino porque hablamos de nuestro futuro”, sentenciaba Pimentel.

Y en concreto, reveló que “a la audiencia le encantan el neandertal, quizá porque pudo haber convivido con nosotros y nosotros pudimos contra él... existe ahí algo épico, melancólico y levanta mucha pasión”. De hecho, comentó, todo lo referente a los neandertales se ve envuelto en “vivas cuestiones”. ¿los fuimos echando hacia el sur de la actual España?, ¿hubo híbridos, mestizaje, o somos la misma especie?, ¿tenían los neandertales capacidad de abstracción, de rituales, de enterramientos, de arte?, ¿las migraciones fueron desde África hacia Europa, o entraron por el Estrecho de Gibraltar? “Muchos de estos debates entre científicos hacen palidecer a los de los políticos”, bromeó el exministro.

En cuanto a su faceta de director del espacio televisivo, confesó que lo que más le ha costado enfrentar ha sido la receptividad del científico, “porque suelen ser muy pudorosos con sus teorías”, detalló, pero que en su caso se solventó con mayor facilidad de la prevista. Además, relató los apuros logísticos, al tener tan solo 20 días para realizar todas las grabaciones de campo, y la coordinación con los distintos yacimientos, así como verse en la necesidad de bajar a las hondas simas y apuntarse sin más remedio a la espeleología.

La conferencia, titulada 'Arqueomanía: documentos sobre nuestros antepasados', en referencia al programa televisivo que dirige, se cerró con una nutrida rueda de preguntas en la que intervinieron alternativamente Pimentel y el profesor Walker y que se prolongó un buen rato en una sala que estaba descorazonadoramente solo medio llena.