ante los problemas de convivencia por el aumento de usuarios del patrimonio natural
Se buscan senderos para el encuentro
La afición al disfrute del patrimonio natural va en aumento. Aquella lacónica imagen de los audaces montañeros, casi solitarios, ascendiendo a la cumbre, ha devenido en decenas de senderistas, ciclistas, usuarios de vehículos motorizados, cazadores, recolectores de setas y otros frutos silvestres, escaladores, corredores y demás visitantes, tratando todos de dar gusto a su entusiasmo. Ello acarrea sumar nuevos problemas, como los de masificación y convivencia, a algunos ya existentes de largo tiempo atrás, entre los que se incluye el cierre de los caminos públicos. Ahora, dos entidades regionales han decidido hacer frente a unos y otros y han comenzado a trabajar independientes pero en paralelo, de manera que sus avances se retroalimentan, transitando así quizá la única vía que lleva a una mejora real. Y, para comenzar, ambas parten de que el primer gesto debe pasar por el entendimiento entre esta multitud de usuarios y con la Administración, incluso antes de solicitar la aplicación de una ley que, están convencidos, les asiste. De alguna manera, puede decirse que se buscan senderos para el encuentro.
Así, hace solo unas fechas nacía en el Noroeste la Plataforma de Asociaciones que realizan Actividades Físico-Deportivas en el Medio Natural (Pladenat). La integran ya unas 25 entidades, principalmente asociaciones de senderismo y ciclismo, pero también de espeleología o running. El deseo es trabajar entre todos con un funcionamiento interno horizontal, explica Javier Tudela, uno de los socios fundadores y secretario del club de bicicleta de montaña MTB Caravaca. Tudela, ocupado estos días en la redacción de los estatutos, señala que el objetivo es que la plataforma se erija en una figura mediática capaz de hacer fuerza, como en su reciente oposición al establecimiento de un coto de caza "en un área de monte público muy transitada por senderistas en la Sierra de Caravaca. Por eso, Pladenat ha hecho presión”, aclara.
En los orígenes de la plataforma confluyen varios aspectos. Así, recuerda el técnico que Pladenat surgió después de estar mucho tiempo pensando “qué podíamos hacer todos ante el cierre de los caminos”. “La demanda social de la montaña es ahora mismo la mayor que ha habido nunca. Antes, la gente no se quejaba cuando iba viendo una cadena, una valla o un muro. Ahora sí”, apunta. Asimismo, le previene la Ley de Montes nacional, con la que se pretendía retirar a los agentes forestales la potestad de entrar en fincas privadas. “Si en el noroeste lo quitan, quedan escasamente dos agentes del Seprona para toda la comarca”, avisa. La otra “gota que colmó el vaso” fue la Ley de Caza de Castilla – La Mancha, cuyo articulado multa con 30.000 euros cualquier actividad que espante la caza, el día de caza o los días previos. “Incluso prohíbe la recogida de setas y espárragos. Me preocupa que sea el trampolín para que se extrapole a otros lugares”, advierte Tudela, quien considera este precepto “un ataque a los derechos de los ciudadanos”.
En este sentido, insiste en que no se trata de una plataforma anti-caza, porque la idea es entenderse entre todos los usuarios del monte. “Esto no puede ser un monólogo”, reclama, y señala que ha remitido un escrito a la Federación de Caza de la Región de Murcia con la intención de recibir información de la señalización cazadora y coordinar las salidas montañeras. De igual manera, sus acciones en general van a pasar en primera instancia por el “consenso y el entendimiento, por trabajar la empatía”. "No buscamos que se sancione con una multa, sino que se arreglen las cosas" sostiene.
Desde la Federación de Montañismo de la Región de Murcia (Fedme-FMRM), entidad que ha participado en la fundación de Pladenat, también se están movlizando en esta misma dirección. Al respeto, dos de sus miembros acaban de elaborar un extenso documento en el que coinciden con la plataforma en que el camino es la avenencia entre los usuarios del patrimonio natural. En el informe 'Caminos y senderos. Algunas ideas sueltas sobre su calificación, inventariado y cierre', Manuel Águila y Lázaro Giménez repasan no sólo las circunstancias que afectan a la libertad de paso en el campo, como sugiere el título, sino que también se detienen en cómo se ve afectada la conservación ante el aumento de visitantes a este patrimonio natural y la necesaria coexistencia de usuarios. El trabajo, donde recogen conclusiones extraídas de experiencias vividas de antaño y que se concluyó el pasado marzo, pone sin dudar el énfasis en que el primer gesto debe pasar por el entendimiento entre las partes. “Ahora, quizá, el tema más urgente en el patrimonio natural es el mecanismo de convivencia entre actividades”, requiere Águila.
Así, su primera idea es "hablar con la Dirección General de Medio Ambiente (DGMA) y conseguir que no todo sean prohibiciones, sino que logremos una regulación entre todos, senderistas, montañeros, usuarios de la bicicleta de montaña...", resume el también biólogo. "Este estilo de trabajo, para nosotros, es importante", recalca. Es el modelo que se ha aplicado, por ejemplo, para proteger un nido de águila perdicera en la Región. "La DGMA decidió prohibir las actividades incluso en las zonas donde se presuponía que podrían existir nidos en un futuro, y vimos que la mayor parte de la gente se iba a levantar contra la medida si se imponía así, por decreto. Así que hicimos un documento para fomentar el entendimiento entre las partes, para dar a los escaladores una visión de que no todo vale, hacerles ver que no pueden abrir vías ferratas en cualquier sitio. Y la DGMA ha decidido entablar conversaciones con ellos, con los agentes forestales y demás implicados, y en lugar de prohibir, conseguir regular con el consenso de todos", recuerda.
La falta de entendimiento entre los usuarios ha derivado en ocasiones en verdaderos problemas, como los conocidos casos de agresiones a ciclistas con elementos que los pueden herir gravemente, como alambres o trampas; los cierres de los caminos o las disputas con los cazadores. Sin embargo, desde Fedme-FMRM también tienen ejemplos en que estas diferencias se han superado. Es el caso del acuerdo obtenido con los aficionados al parapente. Ocurrió en la Sierra de La Muela, en territorio del búho real y el halcón peregrino. Las conversaciones consiguieron que finalmente los deportistas abandonaran el área de vuelo en temporada de nidificación. Porque, al final "el respeto a la naturaleza se asume no tanto por imposición como por información y conocimiento. Ahora, hay encuentros de hasta veinte aficionados y no se desvía ni uno hacia la zona protegida", recalca, satisfecho, Águila.
EN MESES
El problema del cierre de los caminos y senderos de uso público no es nuevo en España. Las vías tradicionales van perdiéndose sin avisar. Águila, técnico de senderos de Fedme-FMRM, advierte de que "en cosa de meses se cierra un camino que ni por asomo se te había ocurrido que lo cerrarían. De noviembre a enero está ya cerrado a cal y canto, y así, se termina por anular esa ruta", lamenta. Y describe cómo en la costa la mayoría del monte es propiedad privada, pero existen caminos públicos en los que, de pronto, un buen día, primero aparece un cartel, luego ponen una cadena, después una puerta y por fin una valla... "Esto se evitaría con el inventario", sentencia.
Cierre de caminos y senderos
En esta misma línea de actuación de consensuar antes que litigar, Tudela propuso, en las reuniones previas a la constitución de Pladenat, entre otras medidas y de cara al progresivo aumento del cierre de los caminos, que se realizara un inventario de los mismos. La competencia de elaborar este listado recae en los ayuntamientos, por lo que se planeó que fueran las asociaciones quienes solicitaran a sus ayuntamientos la redacción del documento. Fedme-FMRM recogió la propuesta en el citado informe y la volcó sobre su asociados.
Ahora aspiran a que la presión la ejerzan los alrededor de 140 clubs locales sobre los 45 ayuntamientos de la Región y lograr que estos elaboren el inventario de caminos y senderos, al que les obliga una ley de 1986, en el primer tramo de la próxima legislatura. "Es un momento ideal, tras el cambio de corporación", estima Águila, que también es técnico de Senderos de Fedme-FMRM.
En la Región solo algunos municipios cuentan con un inventario de caminos, pero sin senderos; y entre todos destaca Alhama de Murcia, que posee incluso una Ordenanza que regula su uso. Pero Águila es optimista al respecto y cree que lo lograrán "porque es importante para los propios ayuntamientos cumplir la ley, y porque les interesa saber de qué tienen que preocuparse de mantener y de qué no; ya que en ocasiones los ayuntamientos han arreglado caminos sin saber si eran públicos o privados".
Todo ello, a pesar de que Águila considere que "en realidad, estamos peor que hace veinte años. El problema ha crecido tremendamente en los últimos cinco a siete años y los caminos están en un estado de abandono creciente". El experto considera que "somos más gente saliendo a la naturaleza: senderistas, montañeros, cazadores, todoterrenos, motocross... lo que ha conllevado que muchos propietarios se acuerden ahora de esa finca a la que casi no iban, bien para sacarle más partido, bien para cerrarla y así evitar que sean invadidas por terceros". Y añade: "Hay denuncias que ni siquiera han recibido respuesta, y creo que es porque en la Administración no saben qué hacer y lo dejan correr, o no quieren enfrentarse con un determinado propietario, que también".
Y es que en su caso, como en el de Tudela y otros muchos, tiempo ha que vienen interponiendo denuncias a modo particular o a través de los clubes. "Recuerdo un camino en Moratalla, que era público según el catastro pero pusieron una puerta. Solicité la licencia de obras para instalar la puerta, y pedí que si era camino público, la quitaran...", evoca Tudela; o cuando "ibas al Ayuntamiento y no sabían ni de quién es el terreno ni qué herramienta jurídico administrativa podían emplear. Por fin hemos dado un paso. Ahora hay que exigirles que elaboren y aprueben su inventario de caminos y senderos, que evitaría muchos conflictos", defiende. De este modo, añade, se podría salvaguardar un patrimonio de viales que no se sabe si son públicos, o privados con servidumbre de paso", reivindica Águila.
El siguiente paso sería la restauración de los caminos y del tránsito libre. "Allá donde existe inventario, hemos iniciado los trámites de recuperación de los caminos", asegura Águila. El experto aboga por promover la implantación de medidas como los pasos acodados, unas aberturas situadas al lado del cerramiento que dibujan una línea quebrada, de forma que, habitualmente, las reses no pueden hacer el ángulo y no tienen forma de acceder al otro lado del vallado (imagen de la derecha). Es una de las soluciones que reivindica para nuestros montes regionales, y de las que "tenemos el territorio nacional plagado", pero faltan aquí. Otras alternativas al cierre sin más son las dobles escaleras, a cada lado del cerramiento, las puertas batientes o los senderos unidireccionales. Y para evitar, por ejemplo, asfaltados agresivos optan por habilitar tramos para caminantes y ciclistas o pavimentar con resinas transparentes.
Afecciones de los usuarios
Tanto desde Pladenat como desde el escrito de Fedme-FMRM tienen en su horizonte la necesidad de que los usuarios de los montes, que cada día son más, sean conscientes de sus obligaciones cuando visitan el patrimonio natural.
Águila, que es también guía de montaña, reconoce que se ha encontrado en repetidas ocasiones con "una creciente ocupación del territorio para hacer atajos, o incluso por abrir nuevos caminos y senderos". Porque a veces, los usuarios también cometen errores. "No puede ser que alguien, por su cuenta, empiece a abrir senderos", defiende al recordar casos en que así ha ocurrido para carreras de montaña a pie o en bici, o en vías de escalada. Porque, compara, "tirar la basura es una cosa, es reversible, pero no sucede igual con un camino que se abre, con un diseño en zig-zag que genera una erosión grande, o cuando se destrozan senderos de hace cien años", se queja, y añade: "lo que no puede ser es que la Administración regional tenga que desmontar vías ferratas -itinerario para escalada reforzado con piezas metálicas- abiertas sin criterio ambiental y sin permisos".
Además, usos nuevos o antes minoritarios, como las rutas nocturnas, están surgiendo en medio del panorama, generando inquietudes y recelos por su gestión y las dificultades que la oscuridad impone a la salvaguarda del patrimonio. Igualmente ocurre con la presencia de mascotas. En las redes sociales se suscitan no pocas discusiones en las que se valora si el medio tiene capacidad para asumir a tantos usuarios y tan diversas actividades, y si todos los usuarios son conscientes de sus responsabilidades.
Por ello, Águila considera que la situación requiere un "autoanálisis" y "conseguir que arraigue un cambio de mentalidad" para lograr que puedan "convivir las pasiones que cada uno tiene". "La convivencia es posible, hay experiencias que lo demuestran", reclama Águila, quien para ilustrar esta afirmación recurre a una vivencia en los Cárpatos eslovacos, donde "hace 25 años ya existía una pasión mucho mayor que aquí por el senderismo, y estaba permitido adentrarse en la mayor parte de sus parques naturales. La conservación de esos parques es ahora exactamente igual que antes, porque la pasión por el senderismo y montañismo ha aumentado muy aparejadamente con la sensibilización", recalca. Sensibilización y también formación: "En Asturias, un sendero abierto se ha regenerado en quince días; aquí es una brecha de erosión enorme. Es lo que ha ocurrido en la Senda de Las Columnas, en Murcia, y está costando muchísimo recuperarlo", advierte.
Una de las soluciones puede pasar por redactar, en un futuro, un manual de buenas prácticas o documento similar. No en vano, tanto Águila como Giménez (el coautor del informe) son miembros del Consejo Asesor Científico de las Montañas, perteneciente a la Federación Española de Deportes de Montaña y en el que tienen cabida solo una treintena de expertos. En realidad, cuenta Águila, existe normatvia suficiente como para poder regular las actividades: "saber si hay que pedir permisos, con cuánta gente se puede entrar a un determinado lugar, o limitaciones de fechas..."; y aun y todo la intención es "abrir un debate y terminar de darle forma a un documento de esas características, que pueda corregir algunas situaciones".
Pero ambas entidades están de acuerdo en que cuando este sendero del encuentro no es posible, hay que tomar otras medidas. “A veces no podemos quedarnos de brazos cruzados, hay cosas que no podemos consentir”, confiesa Tudela, y el informe de Fedme-FMRM reza: "Si esa vía fracasa, siempre queda la de exigir que se cumpla la ley". Pero, ¿cabemos todos? Hay esperanza en el futuro. “La gente ama más la naturaleza cuando practica deporte en ella”, defiende Tudela, mientras que Águila confía en que “somos capaces de entendernos, que cada uno asumamos nuestro papel. Vamos a recorrer un camino conjunto en donde haya muy buenos entendimientos entre la administración regional, los ayuntamientos y los usuarios. Cuando la gente habla entre sí, al final podremos convivir”, asegura.
Beneficios económicos del disfrute de la naturaleza
Uno de los desencuentros que algunos los usuarios del patrimonio natural tienen con la administración es que, tradicionalmente, se asume que no generan beneficios económicos a la sociedad, a diferencia de lo que ocurre habitualmente con los cazadores.
Por ello, una de las medidas que se va a tomar desde la Plataforma de Asociaciones que realizan Actividades Físico-Deportivas en el Medio Natural (Pladenat) es que otras actividades también revierten en la sociedad. Así, Javier Tudela, uno de los fundadores de Pladenat y secretario del club de bicicleta de montaña MTB Caravaca, quiere difundir el hecho de que los ciclistas, por ejemplo, invierten en comprar sus bicicletas, se federan, aprovechan las paradas de sus salidad para tomarse algo en los bares locales, se inscriben en carreras... "Y todo eso también son beneficios a la sociedad", defiende. "Incluso es mejor para el sistema sanitario, proque se fomenta el deporte, se incide en la salud y se reduce el gasto sanitario", reivindica. Con este objetivo, espera en un futuro realizar un estudio que determine que media de dinero se gastan los ciclistas en España.
A todo ello, Manuel Águila, técnico de senderos de Fedme-FMRM, añade que "el movimiento del senderismo sirve para dar vida económica a un territorio". Los senderistas "gastamos: necesitamos el equipo, comemos, dormimos, compramos los productos de la tierra... hay lugares que antes se consideraban solo como terrenos erosionados, áridos, y donde ahora subsisten familias con sus alojamiento y un pequeño bar para los senderistas", cuenta.
Si quieres adherirte al debate o a las entidades
+ Plataforma de Asociaciones que realizan Actividades Físico-Deportivas en el Medio Natural (Pladenat).
Tiene su página en FB. Su correo es pladenat@gmail.com.
Ha surgido en el noroeste de la Región de Murcia, pero admite a asociaciones que estén recogidas en cualquier federación del territorio nacional.
Para adherirte, hay que enviar un número de teléfono con Whats App, para que ser incluido en el grupo al que se envían las notificaciones. Se debes indicar a qué asociación se pertenece, e indicar si se quiere actuar como delegado de la misma en Pladenat.
+ Federación de Montañismo de la Región de Murcia (Fedme-FMRM).
Tienen una página en FB y una página web. Su correo es fmrm@fmrm.net.
Teléfono: 968 340 270.