En apenas seis meses ya han muerto atropellados en España 30 ejemplares de lince ibérico, casi la misma cifra que en todo 2019, de modo que "si no revertimos esta tendencia, 2020 podría marcar un fatídico record histórico en los atropellos de este felino tan amenazado", señala WWF en una nota de prensa en la que, de hecho, teme que "2020 será un año negro para el lince ibérico".

Una de las posibles explicaciones para esta trágica tendencia es que al haber menos tráfico durante el confinamiento los linces se “confiaron” a cruzar las carreteras y los coches que circulaban lo hacían a mayor velocidad. "Una combinación que ha resultado letal para la especie", sentencia el texto.

Así, durante el confinamiento, en tan solo siete días murieron tres linces atropellados en carreteras del entorno de Doñana. Una situación muy alarmante que la entidad ha denunciado muchas veces "y que no podemos consentir porque está poniendo en peligro gran parte de lo conseguido en la recuperación de esta especie", que se haya en peligro de extinción.

En 2002 quedaban menos de 100 ejemplares y la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) catalogaba al emblemático felino en Peligro Crítico de Extinción, a un paso del adiós definitivo del planeta.

Sin embargo, dos décadas después" y gracias al esfuerzo coordinado entre muchas entidades y ONG como WWF, hemos logrado aumentar su población hasta los 700 ejemplares y evitar así su desaparición. El caso del lince demuestra que es posible salvar a una especie de la extinción con grandes esfuerzos sobre el terreno gracias al apoyo de nuestros socios y socias", defienden.

Entre otras medidas pusieron en marcha el radio marcaje para conocer mejor sus hábitos y desplazamientos, la colaboración en programas de cría en cautividad y el trabajo constante con las instituciones locales y nacionales para proteger al felino.

Como novedad, recientemente han abierto una “ventana a su territorio” a través de la colocación de cámaras ocultas que ofrecen en tiempo real imágenes de una zona habitada por linces.

Si bien es un gran éxito de conservación, advierten de que "la especie se enfrenta a graves amenazas y todavía queda mucho por hacer para alejarla definitivamente del riesgo de extinción".

Actualmente, sus principales amenazas son la falta de conejos (su alimento favorito), el furtivismo (lazos, venenos y disparos de escopetas que han matado a 37 linces en los últimos años), la alteración y pérdida de sus hábitats naturales, la fragmentación y el aislamiento de sus poblaciones; y, sobre todo, los atropellos en carreteras.

Desde 2011 han muerto 149 linces atropellados en 54 carreteras de Andalucía, destacando dos grandes puntos negros: la autovía A4 Madrid-Sevilla (cerca de Andújar-Cardeña y con 31 linces muertos); y la carretera Hinojos-Villamanrique, próxima a Doñana, donde perdieron su vida 13 linces.

En este sentido, WWF lleva adelante la campaña 'Ni un lince más atropellado', con la que se oponen a nuevas infraestructuras con trazados que amenazan sus últimos refugios, han identificado los puntos negros de las carreteras donde los linces mueren atropellados y han logrado que se arreglen algunos de ellos. "A la vez, estamos trabajando para crear pasos seguros y conectar sus territorios de forma que no ponga en riesgo su vida".

Para garantizar su salvación, desde la organización conservacionista estiman que se necesita que existan en libertad 750 hembras reproductoras, mientras que ahora solo hay 160; y al menos ocho nuevas poblaciones en territorios aún no ocupados; y, por supuesto, "debemos seguir luchando para que no muera ni un lince más atropellado".

WWF asegura que seguirá "luchando para que todo el esfuerzo por su conservación siga dando frutos y lograr la recuperación total de una especie que estuvimos a punto de perder para siempre", concluye la nota.

2020-06-26

  • Un lince atropellado recientemente. Imagen: WWF
    Un lince atropellado recientemente. Imagen: WWF.
  • El radiomarcaje permite conocer mejor a esta especie, sus hábitos y zonas de desplazamiento. Imagen: WWF
    El radiomarcaje permite conocer mejor a esta especie, sus hábitos y zonas de desplazamiento. Imagen: WWF.